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Paseo de la Malvarrosa. Los hosteleros limpian terra- zas y mobiliario.

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Paseo de la Malvarrosa. Los hosteleros limpian terra- zas y mobiliario. redacción

«La prevención ha fallado y ahora estamos vendidos»

Los hosteleros de Valencia lamentan la falta de medidas contra el temporal | Inician las tareas de limpieza en los locales mientras miles de peces muertos siguen sin retirarse de la playa

REDACCIÓN

VALENCIA.

Jueves, 23 de enero 2020, 00:47

«Desde primera hora de la mañana vecinos, curiosos y turistas aprovecharon la tregua del temporal en el día festivo para acercarse hasta la playa y presenciar el desastre con sus propios ojos. Con el mar en retroceso se pudieron palpar las consecuencias de su fuerza. Muchos recorrieron el paseo marítimo comprobando el daño hecho. Son los hosteleros los que más lo sienten lamentando las escasas medidas de prevención contra una borrasca que ya tenía nombre incluso antes de llegar.

Con botas de agua, palas para retirar la arena, mangueras y pequeñas bombas portátiles se disponían a empezar «la lucha contra la natura», así lo describieron algunos. Abrir las puertas fue lo más duro.

«La prevención ha sido precaria y ahora estamos vendidos, no sabemos si nos ayudará el seguro, esto es un desastre», dice cabreado Ginés Navarro propietario de 'La Murciana'. sin dejar de sujetar la escoba con fuerza. Sus hijos y sobrinos jóvenes arrimaban también el hombro ayer retirando la arena mojada del interior del restaurante. Las instalaciones estaban en estado «deplorable».

Javier Arnal con una pala retira la arena de la terraza de su local 'El Bobo' y tras comprobar los desperfectos y las filtraciones en el interior no duda en señalar que «si hubiera estado la playa bien mantenida no hubieran sido tantos los daños». Según relata las tareas no son continuadas y eso ha empeorado el estado de la playa. «Siempre nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y aunque haya habido una inclemencia muy importante, las playas deberían de estar más cuidadas y con más mantenimiento, es lo que he echado de menos para evitar todo esto», dice.

Ayer los hosteleros echaron en falta la ayuda de los servicios municipales para comenzar los trabajos de limpieza. «No podemos usar maquinaria pesada porque dependemos de los recursos de la administración, pero tampoco podemos esperar», dice Ginés Navarro. La Policía Local cortó un tramo del paseo al tráfico y controlaba la zona al tiempo que operarios de limpieza empezaban con la retirada de arena, algas y desperdicios arrastrados por el mar.

El de la Malvarrosa no ha sido el único paseo afectado. Tan sólo unos metros hacia el norte, desde la Patacona corría el agua que ha dejado intransitable un paseo que acostumbra a estar concurrido. Pocos avances pudieron hacer los hosteleros de la zona que aún encontraron agua en las puertas de sus restaurantes.

Hasta cinco personas de mantenimiento trataban de encontrar el modo de canalizar el agua hacia el mar. «La opción que barajamos es la de abrir un canal en la arena para que baje el agua hasta la orilla, pero puede que no funcione si no ha bajado el nivel del mar y podría entrar aún más agua. Otra opción estaría en las bombas o en camiones que puedan ofrecer más ayuda», explicó uno de los operarios en la Patacona.

El azote del temporal en Valencia se ensañó en la Devesa. El fuerte viento alzó un mar incontrolable que arrastró hasta zonas de playa como el Perellonet miles de peces procedentes de piscifactorías arrasadas. Los animales que morían nada más llegar a la arena han protagonizado una impactante imagen que circula por chats y redes sociales.

No sorprende que ayer varios grupos de personas acudieron con cubos, cestas e incluso bolsas de plástico en las que cargaron kilos para su consumo. De la arena a la bolsa. «Hasta por el grupo de conversación de los vecinos de la finca he recibido imágenes y mensajes porque habían llenado el congelador de pescado, es increíble, Sanidad debería alertar de esto», dice una vecina sorprendida.

El fuerte olor a pescado y el tránsito de personas que no pueden evitar pisarlos no les frena en su objetivo. «Los hemos cogido de la misma orilla, mira está fresco, puedes coger si quieres», ofrecen un par de hombres cargados con cestas. Y lo que algunos echan de menos es «retirarlos y limpiarlos ya, no entiendo porque no hay un control sobre esto, deberían mandar a agentes de la policía para evitar que ese pescado acabe servido en restaurantes».

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