Kike Mateu, primer paciente con coronavirus en Valencia: «Sólo pensé 'qué mala suerte'»

El periodista radiofónico Kike Mateu daba cuenta a primera hora de la tarde de ayer de un plato de macarrones. El primer paciente diagnosticado de coronavirus (COVID-19) en la provincia de Valencia dejaba pasar la tarde tras recibir una catarata de llamadas. «No sabes la gente que ha contactado conmigo», apuntó. «Pero insiste, escribe que estoy perfecto. Es la pura verdad. Me encuentro bien dentro del engorro que es esto», señaló el locutor, que estuvo en Milán en el partido de Champions entre el Atalanta y el Valencia disputado en estadio de San Siro.

Mateu es un torbellino, no para de hablar. Los primeros síntomas aparecieron el lunes por la tarde. «Empecé a tener fatiga, algo de tos seca y ya está. Lo típico de cuando te encuentras mal», apuntaba ayer por la tarde aislado en su habitación del Clínico de Valencia.

«El martes me levanté peor y viendo que había estado en Milán y por responsabilidad llamé al teléfono de emergencias del 112 para informar de mi situación», señaló el locutor de Intereconomía. «Me pasa esto, he estado en el partido del Valencia. Y me dijeron que pasaría una unidad médica por casa y que me harían las pruebas para ver si podía tener el coronavirus», relató Mateu con total normalidad, mientras espera a que el COVID-19 no sea más que una anécdota en su vida.

«El martes no vino la unidad que tenía que pasar por casa a hacerme la prueba. Mi esposa, mi hijo y yo nos quedamos en casa por responsabilidad. No fuimos a trabajar y el chaval no fue al cole. Volví a llamar al 112. Insistí en que había estado en Milán. Me dijeron que pasarían el jueves (al día siguiente) porque había muchas peticiones», apunta. Mateu reaccionó de inmediato: «Me fui al hospital».

Su primera parada fue en la Casa de la Salud. «No sabía nada de que la sanidad privada no cubría este protocolo. Cuando llegó mi turno expuse mi situación y me mandaron al Hospital General», relata mientras hace una parada en el plato de macarrones.

Mateu se equivocó y en lugar de dirigirse al General, situado entre la avenida del Cid y Tres Cruces, enfiló al Clínico de Valencia para que fuera su parada definitiva. «Mira tío, no he ido a un hospital en mi vida. Me equivoqué. Pensaba que el Clínico era el General y allí me quedé», apunta con esa sobredosis de optimismo que destila Mateu en cada conversación.

Llegó la hora de las pruebas, pinchazo y a esperar. De inmediato se activó el protocolo como paciente de riesgo. El bombo de la Champions ha sido demasiado caprichoso. Un rival asequible que goleó al Valencia y el coronavirus de regalo. La alerta saltó a media tarde del miércoles y el caso pasó a ser un caso de estudio.

La hora D fue las cuatro y media de la mañana de ayer jueves. «Ahí es cuando me dijeron que era positivo por coronavirus». ¿Qué pensaste en ese momento? «Pues me dije: 'Joder, qué mala suerte'». Otro se hubiera hundido, pesimista y agorero. Mateu lo primero que hizo fue activar un protocolo de seguridad.

«Hice memoria para ver con todas las personas que había estado en los días posteriores a mi regreso de Milán el pasado jueves. Y poco a poco mandé un mensaje a cada uno advirtiéndoles de mi situación, que había salido positivo y todo lo que me había pasado», relata. Mateu voló de Valencia a Pisa, alquiló un coche y se dirigió a Milán. «Dormí en un pueblecito muy pequeño». Después, viaje de vuelta. «Insisto, estoy muy bien. Y quiero demostrar con esto que todo sale bien», terminó.