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Bienvenida. Elisa, Mario, Beatriz, Salvador y Sara, con sus pequeños. I. Arlandis
Los primeros bebés del confinamiento

Los primeros bebés del confinamiento

El virus no frena los deseos de ampliar la familia y los expertos notan un ligero repunte de embarazos y nacimientos pese al temor a la pandemia

Daniel Guindo

Valencia

Jueves, 24 de diciembre 2020

La vida se abre paso y ni siquiera una pandemia global inédita en este siglo ha eclipsado la ilusión de ampliar la familia en la Comunitat. Los primeros bebés del confinamiento, concebidos cuando el virus se hacía fuerte en la región, ya están en casa, ajenos a que han llegado al mundo en la peor crisis sanitaria de la época moderna.

No fue fácil. El temor a lo desconocido, el blindaje inicial de los hospitales públicos, la preocupación de los efectos del Covid-19 o la creciente inestabilidad laboral estresó a los futuros padres y madres. Pero frente a ello, el estado de alarma y el teletrabajo también dejaron un escenario propicio para que las parejas pudieran estar más tiempo juntas, lo que se tradujo en un aumento de los índices de fecundidad, como suele ocurrir tanto en las vacaciones navideñas como en las estivales.

Maite Izquierdo es la directora de la unidad de diagnóstico prenatal del hospital Vithas 9 de Octubre y apunta a tres puntos de inflexión. «Al principio las parejas estaban en casa y pensaban que iba a ser un periodo más corto. Se hacían actividades, programas de ejercicio, de comer sano y eso ayudó», señala tras detectar un repunte en el número de ecografías de las 12 semanas. Pero luego «la gente se empezó a dar cuenta de que la cosa era crónica y que los trabajos peligran, por lo que tras la euforia inicial vino el frenazo». También se paralizaron momentáneamente los tratamientos de fertilidad. Progresivamente se fueron recuperando estas técnicas y, de forma paralela, volvió a aumentar el interés por concebir, sobre todo entre las parejas de más edad que prefieren no demorarlo más.Por su parte, Mónica Vizcaíno, ginecóloga de la Clínica Parc Central de Torrent, también ha notado un repunte en el número de embarazos desde el inicio del confinamiento hasta ahora, aunque ha detectado un mayor número de abortos diferidos -interrupción del proceso a las pocas semanas-, situación que asocia a la inquietud y preocupación que provoca la crisis sanitaria. Frente a ello, Natalia Ibáñez, jefa de servicio de Ginecología del Hospital IMED, señala un aumento en el número de embarazos asistidos en el centro con respecto al año pasado, pero en este caso lo relaciona con la tendencia de crecimiento de este nuevo hospital y no tanto a los efectos del confinamiento decretado en marzo.

El ejercicio, la dieta sana y el teletrabajo durante el aislamiento domiciliario ayudó a incrementar los índices de fecundidad

Para Nerea Ruiz, ginecóloga del Hospital La Salud e integrante del equipo Gynemama Salud, la sensación es que también ha habido un repunte de embarazos, aunque destaca la incertidumbre que, sobre todo al principio, acompañaba a las gestantes. Coincide con sus compañeros en que, tras el parto, la imposibilidad de recibir visitas en el hospital a causa de la pandemia ha hecho que los padres pudieran vivir el momento de una forma más íntima y con mayor tranquilidad.

Por último, Salvador Martínez, responsable de Pediatría y la UCI neonatal del hospital Vithas 9 de Octubre, cree que el confinamiento puede haber mejorado la tasa de fecundidad y resaltó que, en estos meses, la atención telefónica y online a través de emails con imágenes se ha incrementado alrededor de un 300%.

Hugo llegó por sorpresa en pleno confinamiento y nació en el Hospital La Salud de Valencia. Iván Arlandis

Hugo

«Nos decían que éramos unos valientes, pero no fue buscado»

Para Elisa y Mario, esperar otro bebé fue una auténtica sorpresa, especialmente al recibir la noticia en pleno confinamiento. «Ya estábamos encerrados y no me bajaba la regla, por lo que le dije a mi marido que se acercara a la farmacia a por un test de embarazo. Salió positivo y no nos lo creíamos. Y fue a por otro, y también positivo», recuerda acompañada por su esposo y el pequeño Hugo, que había nacido apenas 24 horas antes en el Hospital La Salud de Valencia. «Tardamos cerca de dos meses en comunicarlo a la familia y nos decían que éramos unos valientes, pero no había sido buscado, apareció», señala mientras sus ojos irradian felicidad por la buena nueva.

Esta pareja tiene otra hija de tres años y sospechan que fue «fruto de la relajación» que la mujer se quedara de nuevo en estado. Elisa recuerda los temores que le invadieron al principio. «Yo estaba trabajando y salía a visitar instalaciones mientras Mario se quedaba en casa con la nena. Iba obsesionada con el bicho, con guantes, mascarilla... Dejaba la ropa en la calle, usaba lejía y me bañaba en cuando volvía a casa. Aunque al final aprendes a convivir con el virus». Este matrimonio optó por la sanidad privada para el seguimiento del embarazo y el parto porque «en la pública, con lo que había, estaban muy ocupados y te daban las citas justas. Además te veía la matrona, no el ginecólogo», indica. Ahora, estos progenitores residentes en Sarrión apostarán por pasar las navidades en la intimidad. «Queremos que el año que viene no falte nadie en la mesa».

Nicolás nació unas tres semanas antes de lo previsto en el Hospital Vithas 9 de Octubre de Valencia. Iván Arlandis

Nicolás

«Llevábamos un vida más tranquila y creo que nos ayudó»

Beatriz se casó con Adrián en diciembre de 2017 y desde mediados de 2018 buscaban ampliar la familia. Sin embargo, tuvo que llegar el confinamiento para que su gran ilusión se hiciera realidad. «Fue una hipersorpresa y llegas a pensar por qué de todos los momentos del mundo tiene que ser en éste. Pero al final ha sido lo mejor de la pandemia», describe reconfortada esta vecina de Mislata. Beatriz explica que su marido, por cuestiones de trabajo, suele viajar bastante, por lo que el avance del virus hizo que se quedara en casa. «Llevábamos una vida más tranquila, todos los días eran lunes, y creo que aquello benefició para que me quedara embarazada». La gestación arrancó con un pequeño susto. «No me bajó la regla y no le di importancia por la situación de nervios que estábamos viviendo por la pandemia. Pero pasaron un par de semanas y me hice un test de embarazo. Salió negativo, pero seguía sin tener el periodo y me dolía la tripla como si me fuese a bajar la regla. Al final, llamamos al Hospital Vithas 9 de Octubre y nos pusieron un montón de facilidades. Me llevaron al ginecólogo de guardia, con escafandra y todo, y la analítica confirmó que estaba embarazada y alucinamos un poco porque creíamos que tendría algún problema médico», describe. «Nos dio un poco de susto porque no sabíamos hacia donde iba esto». Finalmente, el pequeño Nicolás llegó al mundo unas tres semanas antes de lo previsto, por lo que por precaución ha tenido que pasar unos días en la UCI pediátrica del citado hospital.

Nadia nació en el Hospital IMED Valencia y sus padres se muestran muy agradecidos con el personal. Iván Arlandis

Nadia

«La pandemia nos hizo dudar si seguir intentándolo o esperar»

Sara y Salvador también llevaban desde principios de año detrás de un retoño, pero no fue hasta el estado de alarma cuando recibieron la buena nueva. «Estábamos probando y, cuando llegue, bienvenido, pero creíamos que no sería tan pronto. En el confinamiento nos surgieron dudas de si seguir adelante y hasta nos planteamos volver a los métodos anticonceptivos si me volvía a bajar la regla», describe Sara. Sin embargo, y en pleno estado de alarma -se habían trasladado desde Valencia al chalet familiar de Salvador en Picassent- supieron que esperaban un bebé. Al conocer la noticia «tratamos de aguantar todo lo que pudimos, pero al final lo tuvimos que contar porque tenía angustia y había cosas que no podía comer», detalla. Sara lamenta que, a causa de la pandemia, «me tiré nueve semanas sin saber cómo iba mi embarazo» y que los protocolos sólo protegían de forma específica a las embarazadas si eran personal sanitario, por lo que temía tener que regresar a su puesto de trabajo en una clínica de estética. «Somos muy estrictos y no me la quería jugar», añade. De hecho, el 5 de junio celebraron su aniversario con seis amigos. «Cuando terminó pensamos que era un riesgo innecesario, por lo que hablamos con los amigos y les dijimos que no íbamos a quedar con nadie». Finalmente, la pequeña Nadia nacía en el Hospital IMED de Valencia arropada por unos profesionales a los que estos padres querían obsequiar con una carta de agradecimiento por la cercanía y el buen trato recibido.

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