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La sustitución de las asignaturas tradiciones de 1º de la ESO por ámbitos de conocimiento no sólo se consolidará de forma obligatoria el curso que viene, sino que avanzará de manera voluntaria en 2º. Y la idea no acaba de convencer a buena ... parte del profesorado de Secundaria.
Se critica tanto la imposición de la medida como la repercusión que puede tener en el rendimiento del alumnado, unos argumentos que fueron trasladados por la mayoría sindical en la mesa de negociación del jueves y que por otro lado defiende la plataforma 'Docents en contra dels àmbits', de reciente creación y que suma un millar de adhesiones.
La medida se ha aplicado este curso por primera vez de manera generalizada con el objetivo de facilitar la transición desde 6º de Primaria a 1º de la ESO. Es una forma de trabajar más parecida a la de la etapa inferior, por lo que la conselleria la justificó en que favorecería al alumnado, amortiguando la pérdida derivada de la suspensión de las clases durante el último trimestre del ejercicio pasado. Consiste en fusionar dos o tres asignaturas en una misma área de conocimiento, con las horas correspondientes y trabajando contenidos de todas ellas de manera combinada, como puede ser a través de proyectos.
Un ejemplo del ámbito científico-tecnológico es la agrupación de las materias de Matemáticas, Biología y Tecnología, mientras que en el sociolingüístico abunda la agregación de Castellano, Valenciano y Geografía e Historia. Participan profesores de varios departamentos y las clases pueden impartirse en codocencia, lo que hace fundamental la coordinación entre los profesionales para preparar los contenidos a impartir.
La postura del sindicato mayoritario en la escuela pública, el STEPV, es clara. «Nos oponemos a la obligatoriedad, deberían ser voluntarios para los centros. Que este año se haya organizado así para mejorar la atención del alumnado que venía de Primaria después de seis meses sin acudir a clase no debería significar que se impongan para siempre«, tal y como defendió tras la mesa sectorial en la que se negociaron los criterios que regularán los ámbitos el curso que viene.
La organización también destacó que para su aplicación se necesita «implicación, motivación, formación y coordinación del profesorado», apostando por impulsar una campaña «para explicar las bondades de este modelo», pues «la imposición crea más rechazo que apoyo, como está sucediendo».
La postura de ANPE CV fue especialmente contundente, alegando que no hay «fundamento empírico» que los avale o que no se han analizado los resultados del primer año de implantación. También señaló que supone una pérdida de calidad y una reducción de contenidos, que se pretende un «enmascaramiento del fracaso escolar» y que no se ha contado con la opinión de los profesores afectados, en referencia a la obligatoriedad. De hecho, pidió la retirada de la resolución que se sometió a negociación.
Por parte de CSIF se reclamó la optatividad tanto en 1º como en 2º y se criticó que «se han aplicado sin más recursos ni formación específica para el aprendizaje o perfeccionamiento en esta metodología, y sin datos tangibles y baremables que demuestren que supone una mejora de la calidad de la educación pública de la Comunitat Valenciana«.
En misma línea se expresó UGT PV, que remarcó que si esta forma de trabajar se aplicó obligatoriamente por la situación de pandemia y el curso que viene vamos hacia la normalidad, «no tiene sentido que se prorrogue», pidiendo en cualquier caso voluntariedad, más facilidades para la coordinación y recursos.
Por último, la postura de la Federación de Enseñanza de CC.OO. PV fue distinta, pues sí apostó por trabajar por ámbitos en el primer ciclo de la ESO, pero siendo los centros los que decidan su aplicación el curso que viene. A su juicio, se precisan medios y ayudas para la coordinación, con el objetivo de que en el 2024-2025 todos los centros puedan funcionar así «con garantías».
La plataforma 'Docents en contra dels àmbits' también es especialmente contundente. El manifiesto que recoge sus argumentos se sintetiza en que «pedagógicamente supone una pérdida de contenidos y una postura epistemológica en favor de una comprensibilidad que puede repercutir negativamente en la formación del alumnado«. En el documento se añade que rebajan el nivel de exigencia e «infantilizan la Educación Secundaria, trasladando un esquema de materias propio de Primaria».
En este sentido defienden que el alumnado de la ESO «no tiene ningún problema con el sistema profesor-asignatura» y que «ningún estudio serio avala la idea de que se sienta más cómodo con tres profesores que con diez». También se alega que «destruyen buena parte» de los contenidos teóricos, «tan necesarios como los prácticos» y que resultan especialmente perjudiciales para el alumnado con mayores dificultades.
Lógicamente la postura de la conselleria es del todo distinta. Si bien se reconoce que no es una manera de trabajar habitual en la ESO, se defiende que está dando muy buenos resultados, de ahí la medida de «acompañar» a todos los centros que quieran ampliarlo a 2º, dando continuidad al sistema ya implantado en 1º.
En el borrador de la resolución negociada con los sindicatos, que recoge los criterios de implantación de la media para el nuevo curso, se señala además que «combina el aprendizaje competencial y significativo del trabajo globalizado con el respeto por las aproximaciones al conocimiento que tienen las diferentes especialidades (docentes)».
También defiende sus virtudes en aras de la transición entre etapas y destaca que permite «atender y enriquecer a todo el alumnado, tanto a aquellos con más dificultades de aprendizaje como a los que tienen una mayor capacidad y motivación«.
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