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La ola de calor extremo ha llevado a varios sindicatos de profesores a reclamar la posibilidad de suspender las clases en el caso de que las temperaturas en las aulas sean especialmente elevadas e impidan la actividad lectiva. Otra medida que se plantea es que la administración permita flexibilizar el horario, evitando las clases de las horas centrales del día, las que mayor riesgo entrañan.
Desde la Federación de Enseñanza de CC. OO PV recomiendan que se tome la temperatura cada hora «y en función del diagnóstico que la comunidad educativa coordinada con las Ampas solicite al centro el cese de las actividades lectivas si se llega a situaciones en las que la temperatura supera el máximo permitido de 27 grados y 70% de humedad».
La organización considera que estas solicitudes por parte de las Ampas son imprescindibles para pedir «la restricción del horario», y que junto a los acuerdos del profesorado «son suficientes para poder parar las clases antes del fin de la jornada escolar». También reclama a la conselleria que dé instrucciones que sirvan para mejorar las condiciones en las aulas.
En este sentido, desde la Conselleria de Educación se remitió la pasada semana una circular a los equipos directivos que remitía al protocolo de la Conselleria de Sanidad, que insiste en las recomendaciones básicas, como hidratarse adecuadamente o buscar espacios de sombra.
Desde el departamento recuerdan además que la competencia para decidir una suspensión extraordinaria de la actividad lectiva corresponde a los ayuntamientos, al tener las atribuciones sobre protección civil. También han explicado que no tienen constancia de que se haya decretado tal medida en las últimas horas.
Desde el área de Enseñanza de UGT PV consideran que «deberían tomarse, en el corto plazo, medidas similares a las de otras comunidades autónomas, como la flexibilización de horarios para evitar que en las horas de máximo calor permanezca el alumnado en centros sin condiciones«. Se refieren a protocolos como el que se aplica en Extremadura, donde existe la posibilidad de limitar la jornada, por ejemplo hasta las 12.30 horas, evitando las horas de mayor temperatura.
Además, la organización pone a disposición de los centros a sus delegados de prevención de riesgos laborales para realizar mediciones, de manera que si se certifica una situación problemática «se pueda llamar a inspección con todas las garantías para suspender actividades».
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También recuerdan que hay estudios que señalan que con elevadas temperaturas se produce una bajada del rendimiento, lo que dificulta la realización de tareas lectivas, especialmente exámenes, y pide que se garantice el confort térmico en los tribunales de oposición (ubicados en institutos), que el próximo sábado acogen el segundo examen.
En este sentido, desde el sindicato CSIF recuerdan que el fin de semana pasado ya se produjo un desamyo y varios episodios de mareos durante la primera prueba. La organización denuncia que se está superando la temperatura máxima permitida en un recinto de trabajo (27 grados) y reclama, pensando más en el medio y largo plazo, un plan de infraestructuras que aborde la climatización en los centros.
Por su parte, desde ANPE CV se pronuncian en un sentido similar, destacando las quejas que trasladan los centros por las elevadas temperaturas que se están registrando en las aulas. A su juicio, urge abordar la adecuación de los espacios educativos para evitar incidencias, ya sea por calor en verano o por frío en invierno.
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Desde el sindicato Stepv han trasladado una serie de recomendaciones a los centros, recordando que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales señala que cuando un trabajdor detecta una situación de riesgo grave o inminente debe interrumpir su actividad, lo que implica que pueden abandonar el aula, aunque no sucede lo mismo con el alumnado, que siempre debe permanecer acompañado.
Por ello «se debe buscar un lugar en el centro donde las condiciones sean adecuadas para realizar la actividad docente», señalan. También destacan que la potestad de suspender la actividad corresponde a la dirección, comunicando la decisión a la alcaldía del municipio y la dirección territorial competente. En caso de mantenerse las clases, «se puede convocar el consejo escolar o al Ampa para plantear que las familias, en la medida de sus posibilidades, no lleven al alumnado al centro para protegerlo del calor».
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