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Un bar en el centro de Valencia con limitación de horario damián torres

Prohibido apalancarse en los bares de Valencia

La hostelería toma medidas para rentabilizar más sus negocios. Algunos bares no sirven postre, otros no tienen cafetera y otros limitan el tiempo que se puede ocupar una mesa

BELÉN HERNÁNDEZ

Sábado, 21 de enero 2023, 19:03

Se acabaron las comidas que terminan convirtiéndose en cenas. Los costes aprietan, y hay ciertos establecimientos de Valencia que se han visto obligados a tomar ... medidas restrictivas para no ir ahogados a final de mes.

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Las nuevas normas que aplican algunos establecimientos varían desde limitar el tiempo por consumición hasta de prescindir de tener cafetera para impedir que haya comensales ocupando una mesa durante una hora con la excusa de tomarse un cortado.

Son casos puntuales. La mayoría de estos negocios avisan con carteles para prevenir las quejas de los clientes. Han encontrado así la forma de optimizar al máximo sus recursos pero, ¿cómo te lo tomarías si te dicen que no te sirven postre?

Los bares han sido históricamente nexos de unión. Se han convertido incluso en lugares simbólicos para muchas relaciones. ¿Es compatible disfrutar e ir con prisas? Las terrazas de Valencia se quedarán con secretos confesados a medias si comienza a ponerse de moda dar veinte minutos para tomarse un café .

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Por ahora, los negocios que implementan estas reglas se pueden contar con los dedos de una mano. Pautas factibles para quien de verdad quiera llevarse algo de beber a los labios y más molestas para aquellos que utilicen la invitación a tomar café como una inocente excusa para conseguir quedarse cinco minutos más con la persona amada.

20 minutos para un café

Cuando uno se encuentra con este llamativo cartel en un local del centro de Valencia es imposible no mirarlo dos veces para cerciorarse de que ha leído bien. Pero al parpadear, la imagen permanece y la norma está clara: tienes 20 minutos para tomarte un café, 25 para una cerveza y otros 25 para un refresco.

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Este aviso en un establecimiento situado detrás de la Lonja en la plaza del Doctor Collado reniega de aquellos clientes que pagaban una única consumición para poder pasar toda la mañana en una terraza tomando el sol.

Bares sin cafetera

Por increíble que parezca, puedes encontrarte en la situación de sentarte en un local y que te adviertan de que no tienen cafetera. Otra estrategia adoptada por algunos hosteleros que, aunque es menos sutil que la anterior, comparte el mismo propósito: impedir que la clientela acapare las mesas para dejar los huecos disponibles para atraer a otros consumidores.

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Restaurantes sin postre

Tomarse un dulce tentempié para culminar una buena comida no siempre es una opción. Es probable que, tras preguntar por el surtido de postres, te encuentres ante la impactante respuesta: «No tengo nada».

Ya sea por un imprevisto, una falta de suministros o una mera estrategia comercial, esta es otra de las posibilidades con las que te puedes encontrar al salir a comer por Valencia. ¿Una recomendación? Leer la carta hasta al final antes de tomar asiento porque quien avisa no es traidor.

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Turnos de comidas

Esta medida vino con la pandemia, y en algunos restaurantes llegó para quedarse. Sí que es más frecuente ver que algunos restaurantes parten sus servicios de comidas o de cenas en dos turnos. Nuria Montes, la secretaria general de HOSBEC, informa de que esta práctica es frecuente en los hoteles.

«Es común que se ofrezcan cenas a las 20.30 horas y un segundo turno sobre las 22.30. Así los horarios se acoplan también a los turistas», explica Montes.

Una hora y media para comer

Si tus comidas no se alargan demasiado, es común que no te hayas percatado de que cada vez son más los restaurantes que especifican en sus páginas web que tienes una hora y media para terminar tus platos.

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Las experiencias son diferentes dependiendo del establecimiento. Hay hosteleros que no se toman esta norma tan a pecho siempre y cuando los comensales no tarden demasiado en pedir la cuenta y hay otros que recuerdan incesantemente a sus clientes el tiempo que les queda. «¡Falta media hora!» Y disfrutar de la gastronomía se convierte en una carrera contrarreloj.

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