![Prohibido fumar a menos de dos metros en la Comunitat](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202008/17/media/cortadas/mesa%20y%20fumador_20200817201003-RcokiJA7uKCSIfyNQ58ev8I-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Lola Soriano
Valencia
Lunes, 17 de agosto 2020
La consellera de Sanidad Ana Barceló lo ha dicho bien claro, «ya no vale eso de pasear por la calle con el cigarrillo apagado con la excusa de que va a empezar a fumar y así quitarse la mascarilla». Las nuevas normas acordadas en el Consejo Interterritorial de Sanidad entre el Gobierno y las comunidades autónomas, marcan que no se podrá fumar tabaco, cigarros electrónicos, cachimbas o vapers en la vía pública, en las terrazas y en las playas si no se garantiza que se guarda una distancia de al menos dos metros.
A partir de hoy, si un consumidor quiere encender un pitillo en un espacio público, tendrá que realizar un distanciamiento social de dos metros. A pie de calle, los fumadores consultados afirman que acatarán las medidas e incluso la mayoría asegura que les parece bien, dado el avance de contagios del Covid-19.
Lorena Gálvez, vecina de Valencia, que ayer mismo paseaba cerca del mercado de Colón opinó que «veo bien que apliquen esta norma. Se entiende que es una medida que adoptan para evitar más contagios». E incluso reconoce que «a ver si nos sirve para dejarlo».
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Un joven cliente de una terraza del Mercado de Colón, Jorge López, asegura que «tiene sentido que pongan estas reglas, a pesar de que yo soy fumador y la medida me afecta». Jorge argumenta que «será algo bueno para evitar nuevos contagios de coronavirus». Razona que «la situación es la que es y hay que aceptar las normas». Añade que respetará las distancias «y buscaré un espacio donde fumar». También indica que «cuando estoy en casa de mis padres, no fumo, y quiero lo mejor para el bien común».
Otra clienta de una terraza próxima, María José Gálvez, en la jornada de ayer ya preguntó antes de sentarse si se podía fumar. «Como todavía no había entrado en vigor sí lo hice, pero ya sé que el martes ya no es así si no hay distancia». Afirma que considera correcto «que no se deje fumar en la calle si no hay distancia de dos metros». También reconoce que «soy fumadora social, es decir enciendo un cigarro cuando estoy tomando algo y quedo con amigos. En la calle intento no fumar. Si todos cumplimos las normas, se minimizarán los riesgos».
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Gabriele Gambardella, italiano afincado en Alemania que pasa unos días en Valencia, también apura un cigarro. Ello no impide que defienda la medida adoptada en España. «Sería mejor que se prohíba totalmente fumar en la vía pública». Afirma que durante la pandemia es «alucinante ver cómo en distintos países tenemos medidas muy diferentes. Soy italiano y allí van a obligar a llevar la mascarilla sólo en horario de tarde-noche. En Alemania, donde vivo, no es obligatorio llevarla todo el tiempo, sólo cuando entras en un local, supermercado o espacio cerrado. Y aquí en España se lleva siempre». Tanto él como su compañera Rachel Donfranchesco, opinan que «no vemos mal que limiten el tema de fumar en la calle. Se está viviendo un momento muy difícil y lo importante es preservar la salud». Eso sí, reconocen que tienen dudas. «Cómo se controlará que se cumplan las distancias».
Antonio López explicó que «tendremos que cumplir las normas porque la situación está mal y si vas con cautela, puedes buscar un rincón donde no molestar». Eso sí «espero que no sirva de precedente para que tras el Covid se instauren las medidas».
Los hosteleros consultados no ven mal las medidas, eso sí, aseguran que necesitan presencia policial. «Hemos recordado a algún cliente que se ponga la mascarilla y se ha molestado. Y hay veces que se acercan mendigos a pedir y no la llevan. No podemos estar enfrentándonos ni recordándolo», indica Félix Bastardo Pérez, del café Delta.
Anabel Navas, hostelera de Mi Cub, en el Mercado de Colón, afirma que «lo que necesitamos son medidas iguales para todos y más coordinación porque hay veces que vienen clientes de otras ciudades y nos dicen que allí es distinto». Indica que «por supuesto que seguiremos las normas, como hemos hecho desde el principio, pero que quede claro que no somos policías y es complicado recordar a la gente las normas que deben de cumplir». Añade que incluso tiene un metro en el local para asegurarse, cada vez que se va un cliente, de que las mesas cumplen las distancias.
Pepo López, de Vino y Flores, detalla que «el otro día un cliente se enfadó con otro porque estaba fumando, pero aún no estaba la medida aprobada. Tuve que mediar y apaciguar». Como no es fumador opina que «no se debería de dejar fumar en la calle de ningún modo porque si yo salgo de un portal de mi casa cómo se garantiza que no coincida con una persona fumando a mi lado».
Otro hostelero de Don Juan de Austria, Jorge Arroyo, indica que ve mal la medida. «Si el problema es el tabaco, que el Estado no permita su venta, pero quieren mantener ingresos derivados de la venta y luego pedir distancias. Nos ponen a los hosteleros en una situación complicada».
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