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'Negrita' y Rudolph' son los últimos de una larga lista. La de perros robados en refugios de protectoras valencianas. Sus responsables no albergan dudas sobre su destino: «Cría ilegal, peleas clandestinas o uso como 'sparring' para entrenar a otros perros empleados en esta actividad delictiva». Así lo denuncian dos protectoras valencianas, Adopta Un Perro Abandonado (AUPA) y Modepran. Una reciente operación de la Policía Nacional demostró que la Comunitat se encuentra en el circuito internacional de peleas ilegales de perros y las protectoras consultadas cifran en una docena los animales sustraídos en los últimos tres años en recintos de municipios como El Puig, Valencia, Paterna o Carlet. Algunos de estos canes, alertan, son recuperados después con «serias cicatrices u hormonados», evidencias de haber sido transformados en gladiadores de las dentelladas.
La última sustracción bajo sospecha se produjo hace poco más de una semana, en el centro de acogida de animales de la mancomunidad de l'Horta Nord, un refugio situado en El Puig bajo gestión de AUPA. «Debieron aprovechar la luna llena y los ladrones saltaron una valla de dos metros para llegar a donde estaban los animales», lamenta Daniela Pilón, presidenta de la entidad.
Al día siguiente comprobaron que faltaban 'Negrita', un cruce de razas de 30 kilos y tres años, y 'Rudolph', un perro de caza bretón de año y medio. «Sabían a por qué iban. Son animales muy activos, con mucha energía. Quien se expone a asaltar un refugio no lo hace para quedarse unos perros que podría adoptar, sino para usarlos de 'sparring' en peleas ilegales'», asegura Pilón. La sustracción, la segunda que padece el refugio de El Puig, y la Guardia Civil investiga los hechos tras la denuncia.
Amparo Requena es presidenta de la protectora Modepran y de la sección de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Valencia (ICAV). «Detrás de estos robos en centros hay grupos organizados. Y su objetivo son las peleas ilegales. Lo sabemos por el tipo de razas que se sustraen y porque algunos de los animales robados han aparecido meses después con cicatrices, orejas cortadas o signos de haberles suministrado hormonas», explica.
En concreto, Modepran cifra en una decena los animales sustraídos en los últimos tres años en sus centros de Valencia, l'Horta o la Ribera. A los asaltantes, tampoco les valía cualquier animal. «Se llevan los perros potencialmente peligrosos, buscan razas como rottweiler, pitbull, american stafforshire...», lamenta Requena.
Según las fuentes consultadas, los focos de cría ilegal de perros para combates clandestinos están en Malilla, Nazaret, barriadas de Carlet y Alginet, Gandia y Oliva. En febrero, la Policía Nacional constató la presencia en Alicante de organizadores de peleas clandestinas. Cinco de ellos acabaron detenidos.
Modepran ha denunciado a la Policía Local estas evidencias de cría ilegal y peleas en barrios de la zona sur de Valencia, sin embargo en el cuerpo municipal no constan intervenciones. Sólo algún decomiso de perro con signos de maltrato en manos de traficantes de droga.
Las protectoras urgen «más inspecciones y voluntad para atajar el problema», pero las fuerzas de seguridad se topan con la discreción y seguridad que caracteriza a estas competiciones ilegales.
El abandono de perros tras pasar por estas redes supone un problema añadido para los refugios, ya de por sí muy saturados. «Nos llegan transformados. Física y psicológicamente», describen. Ya no se pueden poner en recintos compartidos porque al haber sido educados en la violencia «literalmente se comen a los otros animales», denuncian. Y esa agresividad inculcada también complica las adopciones.
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