![Vivienda afectada por la DANA.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/23/1488566406-kmMI-U23094028262ReC-1200x672@Las%20Provincias.jpg)
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Volver al hogar después de una inundación no es solo una cuestión de recuperar pertenencias o reparar daños materiales, es un proceso cargado de emociones y desafíos psicológicos. El impacto de enfrentarse a una vivienda inundada, a los recuerdos afectados y al miedo a futuras catástrofes puede generar ansiedad, estrés y sentimientos de pérdida que pueden perdurar durante mucho tiempo.
En este sentido, asegurar el edificio para prevenir eventos similares no sólo facilita la recuperación física del hogar, sino que también contribuye a reducir el estrés asociado al retorno. Sin embargo, no hay que dejarse llevar y empezar a acometer obras sin sentido. Primero hay que realizar un diagnóstico preciso y buscar las soluciones más pertinentes para cada caso.
El documento oficial que recoge estas medidas que pueden ayudar a los casi dos millones de valencianos que viven en zonas con riesgo de inundación, según el Plan Territorial sobre Prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana (PATRICOVA), es la Guía para la Reducción de la Vulnerabilida de los Edificios frente a las Inundaciones.
El objetivo de esta guía, elaborada por el Consorcio de Compensación de Seguros, que es una entidad pública del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, es servir como orientación ya que para «los propietarios de una vivienda, negocio o de un edificio público que se encuentren en zona de riesgo, es recomendable tomar medidas para protegerse o recuperarse de una inundación».
Empecemos por el principio. Para analizar los métodos de reducción del impacto que puede sufrir un edificio o instalación al inundarse, hay que comenzar por valorar su riesgo que es una combinación de tres componentes: peligrosidad, exposición y vulnerabilidad.
También hay que tener en cuenta la magnitud del evento tal y como tristemente hemos podido comprobar. Según la Guía del ministerio «dependerá de la extensión de la zona inundada, de la altura y velocidad que alcance el agua, del tiempo de llegada de la inundación y su tiempo de permanencia y de la cantidad de sólidos transportados, etc.» Es decir, todos los factores que han afectado a Valencia conformando una tormenta perfecta.
Para una vivienda en concreto, de entre estos factores la permanencia del agua pero sobre todo su nivel y velocidad, son claves en el grado de afección, ya que los daños pueden ser relativamente pequeños cuando los volúmenes que entran en el edificio son menores, o muy severos cuando la altura o velocidad del agua son elevadas.
En este sentido, el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI) del Ministerio de Agricultura, tiene una herramienta excelente para comprobar si una vivienda en concreto ha sufrido inundaciones previamente y la altura media que alcanzaron las mismas. Basta con entrar en https://sig.mapama.gob.es/snczi/ y en el árbol de servicios seleccionar la capa Cartografía de zonas inundables por riesgo fluvial en 10, 100 o 500 años.
Una vez sepamos la altura que ha alcanzado el agua, bien en otras épocas gracias al Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables, bien por haberlo sufrido recientemente se pueden identificar los daños producidos en las distintas cotas:
Identificar exactamente los posibles daños que pueden producirse o ya se han producido es crucial para poder establecer las medidas adecuadas para reducir su vulnerabilidad. De lo contrario las correcciones elegidas quizás no sean las más apropiadas, ni las más rentables. Es decir, lo primero es identificar los puntos débiles de la edificación y para ello hay que hacerse estas dos preguntas:
El siguiente paso es identificar e inventariar los elementos de valor del edificio. Por supuesto, los seres vivos, incluídas las mascotas de cualquier tipo y también el continente y el contenido:
Finalmente, se inicia la fase de buscar elementos paliativos que nos ayuden en caso de desbordamiento o aguas intensas.
Hay distintas alternativas para prevenir, paliar o disminuir los daños producidos. La Guía para la Reducción de la Vulnerabilida de los Edificios frente a las Inundaciones, las divide a grandes rasgos en las que mantienen el agua en el exterior de la edificación y las que mejoran la capacidad de ese elemento estructural de soportar los efectos del agua.
Cabe tener en cuenta que la mayoría de estas recomendaciones requieren un proyecto ya que pueden afectar a la estructura, los servicios, los accesos, etc. por lo que será necesario trabajar con el técnico correspondiente y tener presentes los requisitos legales, códigos y ordenanzas municipales y autonómicas.
Pero vayamos al grano ¿cómo puedo hacer que mi casa esté más protegida contra las inundaciones? ¿qué obras se pueden realizar? En este sentido, se distinguen cuatro tipos de acciones agrupadas en:
Estas acciones presentan ventajas y desventajas. Por ejemplo, las de tipo evitar requieren de la existencia de una parcela exterior y en caso de inundaciones de altas velocidades las medidas pueden fallar e incluso ceder. Además, el edificio queda aislado del exterior por lo que es necesario disponer de un Plan Familiar de Emergencias, que ahora veremos. En cuanto a las de tipo resistir, reducen los daños causados en el edificio y éstos son menores pero a veces requieren modificaciones de la estructura de la vivienda. Las de tipo tolerar son en ocasiones la única solución viable, salvo la retirada o abandono y suelen requerir del diseño de un profesional ya que también afectan a la estructura pero su gran ventaja es que reducen considerablemente los desperfectos causados por las inundaciones y no requieren de parcela exterior.
Sea cual sea la medida elegida para proteger una estructura, desde la Guía para la Reducción de la Vulnerabilida de los Edificios frente a las Inundaciones se recomienda tener un Plan de Emergencia Familiar. En él se describen los pasos a seguir por la familia para que esté al menos un poco preparada por si una inundación llega a sus casas. Los principales puntos:
Todas las actuaciones mencionadas por la Guía del ministerio se deben aplicar según el diagnóstico que se realice de cada edificio. Recordamos, que es clave conocer la peligrosidad de la zona en la que se reside, analizar por dónde puede entrar o ha entrado el agua y cómo ha dañado la vivienda. Sólo entonces es el momento de tomar la decisión sobre qué hacer para intentar reducir los daños. Se recomienda por optar por una combinación de medidas como las siguientes:
Una realidad que no debemos olvidar y que está recogida en todas las normativas oficiales que hacen referencia a inundaciones, sean de la administración que sean, es que el riesgo no se puede reducir a cero; es decir, que antes o después volverá a ocurrir. Tardará más o menos, pero se repetirá. Resta saber si las actuaciones, tanto desde los organismos oficiales, como las medidas que se puedan tomar a nivel particular podrán reducir o minimizar el daño para que no se vuelva a repetir tamaña catástrofe producida por la tragedia del pasado 29 de octubre.
Información elaborada a partir de la 'Guía para la Reducción de la Vulnerabilida de los Edificios frente a las Inundaciones', de los Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente; del Catálogo Nacional de Inundaciones Históricas y del Plan de Acción Territorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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