efe
Madrid
Miércoles, 13 de marzo 2019, 11:20
La Policía creará un plan personalizado de seguridad para cada víctima de violencia machista y sus hijos con el objetivo de que tengan claras determinadas medidas de autoprotección: entre ellas, cómo usar el teléfono móvil, cómo huir en caso de intento de agresión o cómo protegerse en el hogar.
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El nuevo Protocolo para la valoración policial del nivel de riesgo de la violencia de género que entra en vigor hoy, una instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad, obliga a crear para todas las víctimas de violencia machista un Plan Personalizado de Seguridad con medidas de autoprotección.
El citado plan «cobra fuerza y sentido como herramienta para autoprotección real de la víctima», una vez evaluado su nivel de riesgo por parte de la Policía, indica el protocolo. Todas las víctimas, con independencia del nivel de riesgo en el que se las categorice, tendrán un plan individualizado y ajustado a su estilo de vida y características.
Las medidas persiguen la «participación activa de la propia víctima en su protección y la de los menores a su cargo» y para diseñar este plan los agentes tendrán en cuenta, entre otras variables, las características física de la mujer, su edad, en qué tipo de vivienda habita, si trabaja o no, si tiene alguna discapacidad...
El Protocolo ofrece numerosas medidas que pueden incluirse en un plan personalizado y hace hincapié en que los agentes evaluarán cuáles son pertinentes y cuáles no. A continuación, algunas de las medidas sugeridas para elaborar un Plan de Seguridad Personalizado:
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Cambiar de número, solicitar a la compañía telefónica que no incluya datos personales en ficheros públicos, bloquear las llamadas y las comunicaciones con el agresor, no responder a números desconocidos, tener siempre activada la geolocalización -siempre que el agresor no conozca el número-, guardar teléfonos policiales y de asistencia e instalar la aplicación AlertCops.
Restringir el acceso a redes sociales, utilizar pseudónimos, no aceptar solicitudes de amistad de desconocidos ni del entorno del agresor, no difundir información personal.
Adoptar rutinas de seguridad en los desplazamientos y salidas en las actividades cotidianas, identificar a vecinos y amigos de confianza que puedan ser localizados en caso de emergencia, no encontrarse con el agresor, llevar una copia de las disposiciones judiciales, formarse en defensa personal. En caso de cambio de domicilio, comunicarlo exclusivamente al Cuerpo de Seguridad encargado de su protección.
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Salir rápidamente del domicilio. Si no es posible, confinarse en un lugar seguro y llamar a la Policía, pedir auxilio desde ventanas -si son seguras, usarlas para escapar-, alejarse de habitaciones donde pueda haber objetos peligrosos, tener preparada una bolsa de emergencia en un lugar seguro: con documentos, dinero en efectivo, medicamentos, llaves, etcétera.
Enseñar a los niños a salir de la habitación cuando se produzca un hecho violento. Cuando tengan la edad suficiente, enseñarles un sitio seguro donde dirigirse fuera de casa. Disponer de una habitación segura en la casa con cerradura y teléfono. Avisar a los menores para que identifiquen una situación violenta -acorar una palabra o gesto para que sepan que deben pedir ayuda-. Enseñarles a pedir ayuda a vecinos o familiares y también a ponerse en contacto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando no los vea el agresor. Deben saber decir su nombre completo y dirección y conocer que han de dejar el teléfono descolgado cuando llamen. Practicar con los menores estas estrategias para que puedan ejecutarlas con destreza. Informar al colegio de la situación.
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Cambio y refuerzo de la cerradura e instalación en otras habitaciones y ventanas. Dejar las llaves puestas por dentro. Instalar videoporteros y mirillas de buena visibilidad. Añadir luces adicionales en el exterior. Instalar sistemas de alarma.
Informar al responsable de la situación. Solicitar el cambio del centro o del horario de trabajo. Cambiar las rutas para ir y volver. Desplazarse acompañada de personas de confianza. Mostrar en el entorno de confianza una fotografía reciente del agresor. Tener copia de las disposiciones judiciales en el lugar de trabajo.
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