El proyecto de reforma de la Almoina se encargó a espaldas del director

La concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales encargó por contrato menor (a dedo) al diseñador Daniel Nebot el desarrollo de un nuevo proyecto expositivo del museo de la Almoina marginando a su director, Albert Ribera, en dicho proceso. El coste para el Ayuntamiento se eleva a 16.335 euros y el plazo para la presentación de la oferta es de dos meses.

La concejala Glòria Tello presentó a finales de octubre una serie de iniciativas para la mejora del centro arqueológico de Valencia, donde se muestra entre otras etapas la que corresponde con la ciudad fundacional. Entre estas propuestas se encontraba el encargo de un proyecto museográfico al citado experto, autor asimismo del que servirá para la remodelación del Museo Histórico Municipal, donde se custodia la Reial Senyera y que pasó recientemente por la junta de gobierno.

El propio Ribera confirmó a LAS PROVINCIAS que desconocía el encargo a Nebot hasta que el mismo interesado le llamó. El director del museo presentó el pasado febrero un completo informe sobre las deficiencias del edificio, tan extenso que las alternativas dadas a la concejalía pueden servir incluso de anteproyecto de una reforma.

Entre las inversiones acordadas se encuentran los 7.911 euros gastados en la reparación de los audiovisuales, unas pantallas que han dado problemas desde el inicio de la apertura del museo y cuyo mantenimiento cuestiona Ribera en el citado informe. «Cambiar o eliminar la mayor parte de los audiovisuales por otro sistema que permita asegurar un mantenimiento asumible», indica en el documento. El gran problema de la exposición es la humedad condensada que se forma en el recinto, situado en el subsuelo, por lo que la pasada semana se decidió la retirada de piezas de la misma, restos óseos, piezas metálicas y otros materiales sensibles a un cambio en la temperatura y la humedad, por lo que podrían resultar dañados.

La concejala de Ciudadanos Amparo Picó fuela que alertó de esta circunstancia, precisamente cuando el Consistorio había decidido volver a cobrar entrada. El museo ha sido gratuito durante un breve periodo de tiempo por las malas condiciones para el público, entre otras circunstancias por las averías de los audiovisuales en las distintas zonas, que ayudan a los visitantes a conocer la historia de los hallazgos.

Otros contratos menores que se han adjudicado ya se refieren a un estudio arquitectónico sobre las filtraciones del museo municipal, en esta ocasión con un coste de 12.650 euros. Este informe decidirá si se retira la lámina de agua, la característica singular de la plaza de la Almoina, por los problemas que da cada pocos años. La degradación de las juntas de goma entre las placas de cristal produce goteras que dañan los restos arqueológicos.

También se ha encargado la obra de cerramiento del vestíbulo del ascensor, que ha llegado a quedar inutilizado por la suciedad y vertidos de todo tipo los fines de semana, cuando se congrega botellón en la zona. La inversión asciende a 36.872 euros y consiste entre otras intervenciones en la colocación de una verja junto al elevador.

Las primeras excavaciones se remontan a los años 80, en una parcela todavía propiedad del arzobispado. Después llegó la cesión a 75 años a favor del Consistorio a cambio de una serie de propiedades donde fueron construidas iglesias. Este convenio se anuló hace escasas fechas para que la permuta fuera definitiva a favor de la ciudad. Además de los restos romanos, se encuentran también trazas de edificios y piezas de época musulmana y visigoda, tanto de edificios públicos como áreas residenciales.