El próximo sábado comenzarán las pruebas para conseguir el título oficial de Valenciano que organiza la Junta Qualificadora de Coneixements de València (JQCV), con 29.920 aspirantes matriculados en las 24 sedes repartidas a lo largo de la Comunitat. El organismo certificador tiene capacidad para ... evaluar a 42.000 personas (desde el nivel B1 hasta el C2), atendiendo al número de plazas ofertadas, lo que significa que una de cada cuatro se quedarán vacantes. Síntoma de que las necesidades de la población en este sentido -obtener el certificado para enriquecer su currículum o acceder a un puesto de trabajo- están bien cubiertas. Y más teniendo en cuenta el descenso de matrícula que están sufriendo estas convocatorias en los últimos años.
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Además, se espera que sea más acusado en los próximos ejercicios como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley por la que se regula la libertad educativa. Otro signo de la caída de la demanda es que la vía de acreditación de las Escuelas Oficiales de Idiomas (EOI) ha reducido de manera drástica su oferta.
Según los datos facilitados por la Conselleria de Educación, en apenas dos años la matrícula en la JQCV se ha reducido un 17,31%, teniendo en cuenta que en la convocatoria de 2022 se registraron 36.182 aspirantes. Entre medias, en 2023, se situó en 35.095, por lo que se observa un cambio de tendencia de cara a las pruebas del sábado, que desde el departamento autonómico se atribuye a los efectos de la citada ley en lo que se refiere a dos de los tres certificados con mayor demanda: el B2, el C1 y el C2.
Cabe recordar que la norma da de oficio y de manera automática el primero por aprobar la asignatura de Valenciano en Bachillerato, mientras que para el segundo se necesita al menos una media de siete sobre diez. El más alto (C2) no se certifica por estudios cursados, por lo que no hay más remedio que pasar por el examen.
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Según los datos oficiales, para la inminente convocatoria se han matriculado 2.950 personas para la prueba del B2 (4.063 en 2023), 14.896 para el C1 (17.601 el año pasado) y 9.677 para el C2 (10.189). Por lo que respecta a los niveles anteriores (875 en el A2 frente a 1.270 y 1.522 en el B1 en lugar de 1.972), la administración vincula el descenso con que cada vez más ciudadanos cuentan con el certificado tras haberlo conseguido en convocatorias previas o, incluso, mediante el anterior procedimiento de acreditación por estudios superados, que sólo permitía llegar hasta el B1.
Que la tendencia irá a más se da por seguro. La nueva ley expedirá de oficio los certificados a los nuevos alumnos, los que titulen a partir de este ejercicio, y además, tiene efectos retroactivos hasta llegar a las promociones que terminaron en el 2009-2010 (para los certificados más altos que se homologan). Es decir, a medida que se gradúen nuevas promociones o se soliciten los títulos de las anteriores se irá reduciendo el volumen de potenciales interesados en las pruebas de certificación.
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36.182 aspirantes
se matricularon en las pruebas convocadas en 2022 por la JQCV. Desde entonces la cifra se ha ido reduciendo, especialmente en la convocatoria actual.
890 plazas
ofreció Educación en 2024 para acreditar el nivel de Valenciano a través de las EOI. En años anteriores no se bajó de 7.000.
38.878 solicitudes
se presentaron para conseguir el título automático por los estudios cursados durante la primera semana de octubre. Se prevé que 337.000 exalumnos puedan beneficiarse de los efectos retroactivos.
Por lo que respecta a los exámenes de las Escuelas Oficiales de Idiomas, tienen el mismo fin pero se programan en fechas distintas, en este caso en junio. La conselleria aplicó un acusado recorte de plazas para la convocatoria de 2024, lo que motivó numerosas quejas de interesados e incluso mociones de ayuntamientos instando al departamento autonómico a que incrementara la oferta. Al menos 135 de los aspirantes afectados presentaron escritos ante el Síndic de Greuges, que inició una investigación que acaba de cerrar con la siguiente conclusión: «Consideramos que a través de otras vías queda garantizado el derecho de la ciudadanía a realizar pruebas por las que se acredita el nivel de conocimientos de valenciano». Las pesquisas han servido además para sacar a la luz las irregularidades que cometía el Botánico en relación a esta vía.
Los escritos partían de la misma premisa: las plazas para pruebas libres de las EOI (niveles B1, B2, C1 y C2) se agotaron unos segundos después de abrirse la matrícula, que era telemática. Como es habitual, se pidió un informe a Educación sobre la cuestión, solicitando datos sobre la convocatoria de 2024 y de cursos anteriores, los medios personales asignados para cubrir las pruebas, cifras sobre aspirantes que se quedaron fuera e información sobre la posibilidad de impulsar algún procedimiento extraordinario para darles una alternativa.
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La conselleria trasladó que para la convocatoria de febrero de 2024 se programaron 890 puestos, que no se disponía de datos sobre gente que se quedó sin plaza (la plataforma se cerraba una vez agotada la oferta) y que existían otras vías de certificación, como la convocatoria de la JQCV. En cuanto a los cursos anteriores, los puestos ofrecidos fueron muy superiores (entre 7.262 y 8.889 en los últimos cinco ejercicios), si bien el departamento alegó que la de 2024 se había dimensionado a la capacidad de la plantilla de profesores de las EOI para sacar adelante el trabajo de corrección y evaluación de las pruebas libres, que además se sumaba a las tareas propias con los alumnos matriculados en clases de idiomas.
También explicó que en los ejercicios previos (todos correspondientes a la etapa del Botánico) se recurría a personal externo para poder sacar adelante el trabajo de corrección derivado del volumen de plazas, lo que chocaba con el real decreto de 2019 que fija los principios básicos de evaluación aplicables a estas pruebas. «La contratación de personal externo no es posible, dado que contraviene una normativa estatal de obligado cumplimiento para garantizar la validez y fiabilidad de la evaluación de la prueba y la certificación del nivel», se alegaba.
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El Síndic emitió una resolución de recomendaciones, planteando que se adoptaran las medidas oportunas en medios, espacios y recursos para que los interesados pudieran certificar su nivel a través de las EOI «o en otras instituciones públicas de acuerdos a la demanda existente». A este requerimiento, Educación contestó que las EOI son centros de formación, no certificadores, y que las necesidades de la ciudadanía están cubiertas mediante la JQCV. Además, aportó datos, como que una de cada cuatro plazas de la convocatoria de 2024 no se ha cubierto con la matrícula (y luego siempre son menos los que realmente se presentan), y que sólo para el C1, el más demandado, se dispone de más plazas vacantes que toda la oferta de las EOI que impulsó el Botánico. El Síndic ha optado por cerrar el expediente con la conclusión antes referida.
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