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Carteles aparecidos en la pasarela que parte de San Marcelino.

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Carteles aparecidos en la pasarela que parte de San Marcelino.

El puente en Valencia que reclama nuevo nombre

La marea de voluntarios que cruzan con palas y escobas la pasarela a l'Horta Sud han resignificado la plataforma que parte de San Marcelino

Viernes, 8 de noviembre 2024, 00:47

El que quiera ser líder debe ser puente, dice un proverbio galés. Este puente se inauguró hace poco más de dos años, en marzo de 2022, sin saber que lo que iba a liderar es una ola de solidaridad pocas veces vista. En origen servía para conectar dos barrios de Valencia, que no es poco. El de San Marcelino, distrito obrero que surgió tras la Guerra Civil compuesto por viviendas sociales, y el de La Torre, pedanía alrededor de una alquería fortificada. También permitía llegar a pie desde la capital hasta la comarca de l'Horta Sud, sobrevolando el nuevo cauce del Turia y la V30, una demanda histórica de los vecinos.

Se presentó como la pasarela más larga de la Comunitat Valenciana, una de las pocas que existían exclusivas para peatones y ciclistas. Los políticos se pusieron el gorro y el chaleco para hacerse la foto. Tenían 300 metros por delante para recorrer en busca de la mejor pose. Nadie imaginaba entonces que ese puente iba a adquirir otros tintes, otros significados; que se convertiría en uno de los símbolos de la mayor catástrofe natural ocurrida nunca en la Comunitat.

Que lo que han separado las carreteras y el río se vuelva a unir. El anuncio se hizo en 2016. Una nueva construcción permitiría el tránsito a pie o en bicicleta entre Valencia y localidades como Sedaví, Alfafar, Albal, Benetússer, Catarroja o Paiporta. En el camino se encuentra también Sociópolis, un proyecto iniciado por el arquitecto Vicente Guallart que pretendía plantear distintas tipologías de viviendas para toda clase de estructuras familiares, desde jóvenes que viven solos hasta mayores tutelados. Iba a estar compuesto por 18 torres, pero la crisis económica paralizó el proyecto y dejó aislados los pocos bloques construidos. La pasarela también iba a auxiliarles a ellos.

Pasarela antes de ser inaugurada en 2022. LP

La inversión prevista rondaba los seis millones de euros y el plazo de ejecución, cuatro años. Luego tardó algo más, como suele suceder con estas infraestructuras. Pero lo importante es que cumplió el cometido de derribar una gran barrera. Y con el tiempo otros más. Porque en aquel momento no se podía prever que una cruenta dana arrasaría con gran parte de las vías que comunican una zona y otra. Y que la pasarela iba a ser invadida por voluntarios dispuestos a ayudar en las zonas anegadas por la riada. Hace una semana, aprovechando la festividad de Todos los Santos y tras contemplar el desastre provocado por el agua enfurecida, decenas de personas se armaron con palas y fregonas para ir a limpiar calles, retirar escombros o sacar de las casas cubos de barro. La finalidad con que se levantó el puente había superado cualquier expectativa.

¿Tiene algún nombre esta pasarela? En un primer momento se la bautizó con el de Jorge Meliá Lafarga, ingeniero de caminos, canales y puertos de la Consellería, al frente de un buen número de infraestructuras en la provincia de Valencia. Entre otras destaca una de las primeras vías verdes de España, la que discurre desde la rotonda de la Torre Miramar hacia Puçol por la huerta. De hecho esta obra ciclopeatonal formaba parte de un proyecto de carril bici que conecta Valencia con La Torre y con el resto de municipios. Y fue la última que firmó antes de fallecer, cuando estaba a punto de jubilarse. Sus compañeros, unas semanas atrás, le habían homenajeado por su trayectoria e incluso se había instalado en su honor una escultura compuesta por bicicletas colgadas de un poste, que se puede obsevar junto a la pasarela en el acceso a La Torre.

Escultura en homenaje a Jorge Meliá Lafarga. LP

Una búsqueda en google permite descubrir, sin embargo, que para este localizador el lugar cuenta con otro nombre, el de Lucia Beamud, que era presidenta de La Torre y alcaldesa pedánea de este pueblo hasta 2019. Y al parecer lo denominaron así los vecinos en agradecimiento a ella por haber sido una de las más reivindicativas con la necesidad de ejecutarlo. Ahora quienes lo transitan lo han rebautizado. Lo llaman Pasarela de la Esperanza. Incluso han colgado carteles para defender ese nombre. Y tiene todo el sentido. Va a ser imposible no recordar la marea de gente recorriendo las rampas y escaleras que conforman esta enorme estructura con la intención de dar apoyo y consuelo. La gran mole, que cuenta con pérgolas y planchas de hormigón, se quedaba pequeña para acoger al escuadrón espontáneo empeñado en librar l'Horta Sud de la masacre.

Cientos de voluntarios cruzan el puente hacia l'Horta Sud. Signes

Al puente Assut de l'Or, en la Ciudad de las Ciencias, se le conoce como el jamonero por su aspecto. Al de la Exposición muchos valencianos lo denominan como el de Calatrava, por ser este arquitecto su autor, y otros se refieren a él como el de la peineta. Nunca se sabe de dónde pueden provenir los nombres y apodos. El de la Esperanza es el homenaje mínimo que se le puede dar a un pueblo volcado por salvar a los suyos de una riada devastadora.

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