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Alumnos durante la convocatoria de selectividad de 2023, en una imagen de archivo. Jesús Signes

Así queda la ley de libertad educativa: C1 de Valenciano para todos los alumnos que sacaron un '7' en selectividad desde 2010

La lengua de los exámenes también se podrá elegir en pruebas libres de FP o en las que permiten obtener el graduado escolar

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 18 de junio 2024, 00:54

La ley por la que se regula la libertad educativa, que fijará el modelo lingüístico en los centros educativos valencianos, está un poco más cerca ... de su aprobación en Les Corts. La semana pasada se trataron en la comisión de Educación las enmiendas de los partidos, saliendo adelante las presentadas por el PP y Vox -todas menos una-, que han servido para completar y clarificar aspectos de la proposición inicial. Por ejemplo, la extensión a Primaria, FP o educación para adultos de la posibilidad de elegir en qué lengua oficial se hacen los exámenes de materias no lingüísticas -se limitaba a la ESO y Bachillerato-, o que los centros puedan elegir entre Matemáticas o Conocimiento del Medio para ser impartidas en la lengua mayoritaria (sólo se contemplaba la primera).

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Otros cambios tienen que ver con los certificados automáticos de valenciano, que también serán retroactivos para los alumnos que en años anteriores sacaran en la selectividad al menos un notable en la asignatura, con que la elección de lengua en los exámenes se extienda a pruebas libres, con la cobertura de la exención o con el requisito lingüístico para acceder a la inspección.

El siguiente paso en la tramitación se dará en el pleno de Les Corts, en el que se debatirán las enmiendas que siguen vivas: las del PSPV y Compromís, que ya pasaron por la comisión y lo lógico es que tampoco se aprueben. Y en otro punto del orden del día se votará el articulado de la ley, que sí saldrá adelante atendiendo a la mayoría parlamentaria de los partidos del Consell. Solo quedará su publicación oficial para que empiece a desplegar efectos. Si no hay sobresaltos, el próximo curso entrarán en vigor todas las disposiciones salvo los nuevos programas de lenguas vehiculares, los que fijarán el peso del castellano y el valenciano en las asignaturas, que tendrán que esperar al 2025-2026.

Retroactividad

Mayor cobertura

Una de las enmiendas del PP amplía la retroactividad de los certificados oficiales de valenciano por homologación de estudios. Es decir, por haber superado la asignatura durante las sucesivas etapas. La proposición de ley, en su redacción inicial, los daba a los alumnos que la hubieran aprobado en Primaria a partir del 2009-2010 (un A2 automático), a los que hicieran lo propio en la ESO desde el 2008-2009 (un B1) y a los que lo consiguieron en Bachillerato también desde el 2009-2010 (un B2). En esta última etapa, si la nota media (de 1º y 2º) era de al menos un siete sobre diez, se conseguía el inmediatamente superior: el C1.

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Es la misma homologación de la que disfrutarán los alumnos que vayan aprobando a partir de la entrada en vigor de la ley, con una salvedad. Estos también conseguirán el C1 sacando al menos un notable en la prueba de Lengua y Literatura Valenciana de la selectividad, opción que no se contemplaba en la retroactividad. Por eso la enmienda popular, para igualar las opciones. Así, el certificado también llegará a los que consiguieron un siete o más en el examen a partir de la convocatoria del curso 2009-2010.

Elección de lengua oficial

También en las pruebas libres

PP y Vox presentaron dos enmiendas muy similares para que la posibilidad de elegir la lengua oficial en los exámenes de materias no lingüísticas se extendiera a más etapas, además de la ESO y Bachillerato. El resultado fue acordar una propuesta conjunta que daba cobertura también a la Primaria, la FP y a la educación de personas adultas.

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Por otro lado, Vox registró otra enmienda, también aprobada, para que esta prerrogativa se aplicara además a los estudiantes que se presentan a las pruebas libres para entrar en un ciclo formativo (de grado medio o superior), a las destinadas a obtener el graduado en ESO o a las que permiten conseguir el título de Bachiller. De esta forma, ya se trate de asignaturas o módulos, los alumnos podrán optar por responder en castellano o valenciano siempre que sean pruebas de evaluación en áreas no lingüísticas, e independientemente de la lengua en que se hayan recibido las clases. Incluso si se trata del inglés. Esta opcionalidad se aplica a exámenes parciales y finales.

Examen de valenciano en selectividad

Seguridad jurídica para los exentos

La ley recupera los requisitos previos a los mandatos del Botánico para sortear la evaluación de la asignatura. En zonas valencianohablantes la podrán solicitar, durante dos cursos, los estudiantes recién llegados (por ejemplo procedentes de otra comunidad), que hasta ahora sólo disponían de una adaptación curricular. También los que acrediten una residencia temporal durante tres ejercicios, en lugar de dos.

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En cuanto a la selectividad, la propuesta inicial decía que se podrá acoger el alumno que «no haya cursado la materia durante los tres últimos cursos escolares», una opción que da cabida a aspirantes de zonas de predominio lingüístico castellano o valenciano. Sin embargo, esta redacción podría interpretarse como que sólo se refería a estudiantes que llegaron en los años previos de otras regiones o de sistemas extranjeros, y no a residentes que estaban exentos en la ESO y Bachillerato. El PP ha enmendado este artículo para que no haya dudas jurídicas. La podrán pedir los que «no hayan sido evaluados en dicha materia durante alguno de los tres últimos cursos, por no haberla cursado o por haber obtenido la exención de la evaluación y calificación de la misma».

La inspección

C1 y función de supervisión

La proposición de ley establecía que disponer de un nivel C1 de valenciano dejaría de ser requisito para acceder a la inspección, valorándose sólo como mérito. Finalmente se mantendrá tras una enmienda del PP, que se sustenta en peticiones planteadas por organizaciones como USIE CV e Insnovae. Sí se relaja para docentes especialistas de FP o profesores y catedráticos de enseñanzas de Música, Artes Escénicas o Artes Plásticas y Diseño.

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Los populares también han modificado la disposición adicional que regula las atribuciones de la inspección, reforzando su función de supervisión a la hora de garantizar que los programas de lenguas curriculares se ajustan a lo dispuesto en la ley, como el cumplimiento de la proporción razonable entre lenguas oficiales.

Aspectos técnicos

Colegios rurales, libros y FP

Otra enmienda del PP sirve para dejar claro cómo se aplican los nuevos programas lingüísticos. Se tendrán que basar en las preferencias que trasladen las familias en el proceso de admisión y en la consulta prevista para los niveles sucesivos, que determinará cuál será la lengua mayoritaria. Y serán los centros, mediante sus consejos escolares o las titularidades en los concertados, los que los aprueben, concretando qué materias se imparten en cada lengua. También se clarifica el procedimiento para los colegios rurales agrupados, que tienen aularios en diferentes municipios, de manera que se tendrá que determinar una lengua mayoritaria en cada uno de ellos.

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Además, se matiza el artículo que dice que los libros de texto «en valenciano» deben respetar la denominación lingüística de la lengua de la Comunitat (valenciano, no catalán) y seguir la normativa oficial. En la redacción final queda claro que se refiere tanto a los editados en castellano como en valenciano.

Por último, también por efecto de otra enmienda popular, se amplía la disposición final que regula el calendario de aplicación, de manera que los programas lingüísticos vigentes en FP, que se derivan de la Ley de Plurilingüismo del Botánico, quedarán sin efecto en el curso 2025-2026. Cabe recordar que los estudios profesionales quedan fuera de la nueva ley, por lo que la conselleria deberá hacer un desarrollo normativo específico para concretar cómo queda el peso de las lenguas.

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