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Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA hace hoy 25 años. LP
Hijo de la víctima de ETA

Quico Tomás-Valiente: «Cuando mataron a Broseta mi padre dijo a sus hijos: no odiéis, que su recuerdo os haga sonreir»

El periodista se enteró del asesinato mientras trabajaba y hoy eleva un mensaje a los terroristas: «Habéis fracasado y causado mucho sufrimiento inútil desde el fanatismo asesino y la cobardía»

Domingo, 14 de febrero 2021, 00:05

Imagine estar trabajando en una agencia de información y que una de esas noticias urgentes que difundir sea el asesinato de su propio padre. Eso es, ni más ni menos, lo que tuvo que vivir, hace 25 años, Quico Tomás-Valiente, reputado periodista de la Agencia Efe, escritor y experto en información jurídica, uno de los cuatro hijos del profesor asesinado por ETA. Siempre ha preferido mantenerse al margen a la hora de hablar públicamente como familiar de una víctima. Pero hoy hace una excepción y responde a las preguntas de LAS PROVINCIAS. Trae a la luz una reflexión de su padre, la historia de un consejo de ida y vuelta tras el crimen de Broseta: que el recuerdo de las víctimas nos despierte una sonrisa en lugar de odio. Tal era la grandeza humana de aquel valenciano que nos fue arrebatado. Su hijo lanza un mensaje a los asesinos etarras: «Habéis fracasado causando sufrimiento inútil desde el fanatismo asesino y la cobardía».

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-¿Cómo recuerda el 14 de febrero de 1996?

-Yo tenía 27 años. Estaba en la Agencia EFE y cubría precisamente temas de tribunales, Audiencia Nacional, el Supremo... En la agencia llegó la noticia y dieron un avance. Todos lo supieron inmediatamente y alguien tenía que decírmelo porque la noticia estaba ya en la línea. Un compañero, Paco Pardo, que cubría temas de Interior y con el que he seguido colaborando durante muchos años escribiendo varios libros a medias, se acercó a mi mesa y me lo contó.

-¿Cómo encaja un hijo algo tan difícil y amargo?

-En cuanto al momento del atentado, realmente cada uno reacciona de un modo distinto. Yo no perdí los nervios. Me di cuenta al poco tiempo de que mi padre estaba muerto, aunque tardé en asimilarlo un buen rato. Hice desde aquella mañana unas declaraciones con la intención clara de poner en evidencia la inutilidad, el fracaso que, a pesar del dolor causado, entrañaba aquella acción para ETA. Sólo podían matar. Es una expresión de impotencia, en el fondo. Y, de hecho, muchos años más tarde, vemos que así era. ETA no sólo ha sido derrotada, es que toda su historia es la historia de un fracaso, un fracaso trágico, pero también patético.

-¿Qué sintió al ver el movimiento de rechazo tan unánime que se extendió entre la juventud?

-Una parte importante de la derrota de ETA la han causado movimientos como el de las manos blancas, pero sobre todo la respuesta cívica al terrorismo en el País Vasco. Ya desde los años ochenta, intelectuales de la talla de Koldo Michelena, la librería Lagun en San Sebastián...y luego Gesto por La Paz. A finales de los noventa surgió el movimiento de las manos blancas, a raíz del atentado contra mi padre, en la Autónoma de Madrid, y muy poco tiempo más tarde, la rebelión de Ermua. Ha habido auténticos héroes, sobre todo en el País Vasco, cuando más arreciaba el terrorismo.

-¿Siente que se ha hecho justicia tras el asesinato su padre?

-Ciertamente, y aunque todavía quedan muchos asesinatos sin resolver, la Justicia, en el sentido del Estado de derecho, ha triunfado sobre ETA. Han sido las instituciones las que han derrotado al terrorismo, las fuerzas de seguridad, el Poder Judicial, los partidos que han soportado la presión asesina... Además, es importante saber que lo han hecho desde las propias reglas del estado de Derecho, sin aceptar la lógica de guerra entre unos y otros, desde la lógica del cumplimiento de la ley, que es igual para todos.

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-¿Ha sentido la necesidad de dirigirse a quien asesinó a su padre o a la banda y transmitirle algún mensaje, o preguntar algo? ¿Si pudiera hacerlo qué sería?

-Nunca he sentido ninguna necesidad de dirigirme al mundo etarra personalmente, o al asesino Bienzobas y los otros directamente. Lo hago públicamente: basta con decir que han fracasado, que han causado mucho sufrimiento inútil porque han actuado desde el fanatismo asesino y la cobardía.

-¿En qué se apoya el hijo de una víctima de ETA para sobreponerse?

-Me gustaría recordar que mi padre era muy amigo de Manuel Broseta, el profesor valenciano también asesinado por ETA. Cuando murió Broseta mi padre estuvo con sus hijos y les dijo: «no odiéis y que el recuerdo de vuestro padre os haga sonreír». Ese mismo mensaje nos lo transmitieron los hijos de Broseta cuando fue asesinado mi padre, unos años más tarde.

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