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V. AGUDO
VALENCIA
Lunes, 29 de abril 2019, 02:57
Impotencia y miedo, mucho miedo. Esas son las sensaciones que reflejan las caras de los agricultores cuyos árboles van a ser arrancados para cumplir el plan de erradicación. «Mi padre plantó los almendros, los ha cuidado toda la vida y ahora da mucha rabia ver la barbaridad que están haciendo», afirma Rafael Lucas, un labrador alicantino que no da crédito a «la locura que se ha desatado».
La Xylella no sólo se ha cebado con los almendros, sino que también ha atacado a los albaricoqueros y cirueleros, pero lo más dramático es que se ha extendido por la sierra a las aliagas, el romero o la manzanilla. «Cómo atajamos eso, quemamos la sierra», se pregunta Lucas indignado.
El drama prolifera por los municipios de El Comtat y la Marina. Ninguno escapa a la Xylella. «Hay agricultores que recogen cada año 30.000 kilos de almendras y ahora se van a quedar sin nada. Y eso se traduce en que la gente tiene menor poder adquisitivo, compra menos en los comercios y los pueblos irán muriendo poco a poco sin que a nadie le importe», explica.
Rafael Lucas tiene el miedo en el cuerpo, al igual que los centenares de labradores de la zona. «Por ahora ha afectado a los almendros, pero como llegue a los cerezos o a los olivos va a ser un auténtico desastre».
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