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Urgente La Primitiva de este lunes deja tres premios de 35.758,38 euros
Ramón López, en el puerto de Torrevieja. Sonia Terrero
Ramón, el de Covapa

Ramón, el de Covapa

Ramón López Cabrera, expresidente de Covapa y de la Federación de Ampas Gabriel Miró de Alicante, fallece tras varias semanas luchando contra el Covid-19

Joaquín Batista

Valencia

Miércoles, 17 de marzo 2021

Ramón falleció el lunes en el Hospital del Vinalopó de Elche tras varias semanas luchando contra el Covid-19. Era concejal de Ciudadanos en Orihuela desde 2019. Pero fue un cargo tangencial, de última hora. Con todos los respetos. Él era Ramón el de la Confederación Valenciana de Asociaciones de Padres (Covapa), o Ramón el de la Gabriel Miró de Alicante. O Ramón el del APA del Manuel Riquelme de Hurchillo (Orihuela), su colegio, donde le nació el amor por la escuela, por la creencia de que la mejora de la calidad educativa también se consigue con la participación activa de las familias.

Joaquín Marzá, el director, recordaba ayer cómo empezó todo. Él era el maestro de Infantil de su hija, y habían desarrollado un proyecto para promover la implicación de los padres y madres, de manera que eran evaluados en base a su participación. Ramón llevó a casa un suspenso, y tras la correspondiente tutoría aprendió la lección. Se implicó, presidió la asociación, luego la Federación Gabriel Miró y luego Covapa. Y fue consejero escolar de la Comunitat Valenciana. Vivió la transformación de su centro, que pasó de la cajita de cerillas a las instalaciones nuevas, de tener un puñado de alumnos a más de doscientos y una demanda creciente. «Es una obra de todos pero Ramón fue una parte muy importante», resume Joaquín Marzá.

El Manuel Riquelme le corría por las venas. Durante sus llamadas interminables -quienes le trataron saben que eran más bien debates telefónicos devoradores de baterías- solía sacar a colación su colegio, los premios recibidos o las lágrimas de Vicente González Lizondo, entonces presidente de Les Corts, cuando a mediados de los 90 le invitaron a presenciar el homenaje a la Senyera. Hoy las banderas cuelgan a media asta en su recuerdo.

Ramón se creía la participación -disfrutaba en esos consejos escolares algo tediosos de horas y horas de debate, enmiendas, discusiones y dictámenes- y creía en la educación pública de una forma poco ortodoxa, a su manera, lejos de los matices ideológicos y los mantras que a priori se asocian, de forma injusta, a la enseñanza en la que caben todos.

En 2019 la Concapa, la confederación de padres de la concertada, entregó uno de sus premios a la Federación Gabriel Miró. Eran los últimos días de su presidencia. Recuerdo su discurso en defensa de la pública, de su calidad, pero complementada con la concertada, sin pedir su eliminación, sin la odiosa polarización. Fue el más aplaudido.

Después dio el salto a la política. No sé por qué, pero creo que quería seguir siendo parte activa. Que el suspenso de hace tantos años se le grabó a fuego, le hizo aprender. Deja rota a su familia, a su mujer y sus hijas. Y a muchas otras, como las de sus Ampas. Fue un placer, Ramón.

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