RegistroAnotacionesmeteorológicasdel 14 de octubrede 1957. LP

«En realidad lo que pasó es que llovió mucho»

Recuerdos de las riadas Los documentos, aparatos e investigación de las lluvias caídas en 1957 son un valioso legado científico para Valencia

Miércoles, 6 de noviembre 2024, 01:31

Víctor Alcover, un maestro entre los meteorólogos valencianos, resumió las lluvias de 1957 de la manera más sencilla: «En realidad lo que pasó hay que resumirlo diciendo que llovió mucho, llovió demasiado». En 2007, cuando le entrevistamos para el libro 'Hasta aquí llegó la riada', Alcover era jefe del grupo de predicción para las comunidades de Valencia y Murcia del INM. Y reconoció que en la famosa riada todas las previsiones fueron superadas y los pluviómetros se desbordaron por encima de los 200 litros.

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El Almanaque de LAS PROVINCIAS que resumió la inundación de 1957 manejó y condensó todos los informes oficiales de aquella tragedia. Y escribió, con informes oficiales del 20 de octubre, que el pantano de Buseo registró, el 14 de octubre, 852 litros por m2, mientras Liria anotaba 610. En La Pobla de Vallbona se consignaron 850 litros y en la ciudad de Valencia otros 650. ¿Son registros fieles? ¿Variarían con medios modernos? Son, en todo caso, los que los investigadores de los tiempos modernos disponen para trabajar.

Víctor Alcover, en 2007, habló con admiración profesional de Víctor García Miralles y Antonio Carrasco Andrés, responsables del Centro Meteorológico valenciano en 1957 que hicieron un minucioso trabajo publicado en 1958. Con ese trabajo en las manos, Alcover dijo que «la cantidad de agua caída sobre Valencia es la misma que se da en tres años sobre la ciudad, la que descarga durante un año en Londres, y casi similar a la media anual de Francia y otros países húmedos».

«Se extenderá la inestabilidad, sobre todo a partir de mediodía (...) con chubascos a veces tormentosos y de cuantía irregular», dice el informe nacional que se publicó en los periódicos el 13 de octubre de 1957. Alcover, a la vista del escueto parte de avisos, afirmó que «es suficiente; está dicho lo principal». Y señaló que en otras ocasiones ya se habían dado casos de lluvias torrenciales con desbordamientos de pluviómetros. También dijo que la red de observadores, en 1957, estaba integrada por no profesionales, y no todos pudieron salir a vaciar los pluviómetros cuando empezaron a desbordar. En los registros hay muchas anotaciones que se detienen en los 200 litros por metro cuadrado. El observador de Bejís, sin embargo, sí cambió el pluviómetro y pudo registrar 364 litros; el de Villar del Arzobispo anotó con precisión el desbordamiento del aparato.

Alcover, en la entrevista concedida en 2007, descubrió el barógrafo usado por el Centro Meteorológico de Valencia cincuenta años atrás y lo prestó para una exposición, junto con las carpetas de informes mecanografiados y los cuadernos de anotaciones hechas a pluma por los atentos funcionarios observadores del INM. «Día de las dos avenidas catastróficas del Turia», anotó el observador, a pie de página del informe del 14 de octubre de 1957.

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