El día de los reencuentros y las salidas en grupo

La Comunitat estrena medidas. Con el alivio de las restricciones vuelven las visitas, el deporte en compañía y las reuniones en mesas de seis, sin perder de vista la evolución de la pandemia

MAR GUADALAJARA

Martes, 13 de abril 2021, 00:20

Que la pandemia ha puesto patas arriba la vida social, es más que evidente. Cada vez cuesta más recordar cómo se saludaba con dos besos incluso a un desconocido, cómo se solía invitar a cuantos más mejor a casa o hacer reservas para una veintena de amigos, con esas mesas interminables en las que acabar hablando, únicamente, con los cuatro que se sientan alrededor. El virus aún no da tregua y las relaciones siguen estando secuestradas por restricciones, medidas de prevención y normas para preservar la salud. Y seguir con esta vida, ahora tan distinta. Por eso cualquier cambio resulta un alivio. Ayer la Comunitat pudo respirar un poco más, estrenando las medidas que abren la mano a las reuniones, los reencuentros y las quedadas en grupo.

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Reencuentros en casa

Visita a la familia

«Hacía cuatro mese que no veía a mis abuelos y tenía ganas, se echan de menos las reuniones familiares de antes»

Anna lo tenía pensado desde hacía días, cuando se enteró el jueves pasado del cambio en las normas. «Si ya se pueden reunir más de dos grupos de convivencia por fin podré ver a los iaios», dijo y acto seguido les avisó de que aprovechando el festivo iría a merendar cómo solía hacer antes de la pandemia. La reacción de ellos fue aún mejor. «Al final estamos todo el día encerrados en casa, a penas salimos, mi marido aún baja a pasear por las tardes, pero yo ni eso», comentó Dolores, que al saber que iría compró «todo lo que sé que le gusta», porque eso es lo que solía hacer con todos sus nietos: agasajar.

«Ahora no podemos ver a nadie, y eso que yo tengo seis nietos, la mayoría son chicas y cuando se juntaban aquí en casa no me dejaban ni hablar», dice Antonio bromeando y recordando lo que se formaba en casa esos días de reuniones familiares. Ayer al subir en el ascensor Anna ya sonreía, un poco nerviosa. En el momento en el que se abrió la puerta se lanzó sobre los dos sin pensarlo. «Tenía muchas ganas, echaba de menos las bromas de mi abuelo, discutir con él y las risas, porque con ellos no te aburres», decía Anna. Hacía cuatro meses que no se veían «desde la cena de Nochebuena, en Navidad», recuerda Dolores.

Como ellos, ahora las familias valencianas podrán volver a reencontrarse en casa, «aunque sea por turnos», matiza Antonio. «Porque yo tengo tres hijos, mis nietas mayores ya están independizadas, así que veo por un lado a los hijos, luego a los nietos; esto no hay quien lo entienda», añade entre risas pese a todo.

Ejercicio y deporte en grupo

Salir a correr con el equipo

En el viejo cauce del río el deporte sigue siendo la actividad más practicada. Pero la diferencia es que ayer los aficionados practicaban en grupo, con amigos o con familia. Así lo permiten las nuevas normas: «al aire libre, se puede correr sin mascarilla, y con seis personas pero si tienes entrenador pueden juntarse hasta grupos de diez», enunciaba de memoría un chico que entrenaba junto a varias chicas jóvenes que se estaban preparando para mejorar su marca. «Se nota mucho cuando lo dejas, que es lo que nos pasó en el confinamiento, y también no es lo mismo hacerlo sólo porque no tienes la motivación», comentaba una de ellas.

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Y lo cierto es que muchos coinciden en que el deporte es mucho mejor practicarlo en conjunto o al menos poder compartir los logros. «Nosotros llevamos corriendo unos 20 años y desde hace ocho pertenecemos a CEU RUN, y antes de todo esto además de entrenar dos veces por semana con el grupo, cada fin de semana teníamos una carrera y competíamos, ahora hemos podido hacer alguna carrera virtual pero no es lo mismo, ni por el ambiente, ni la motivación o el contacto con otros corredores», relató Paco, que junto a su mujer ha seguido entrenando durante la pandemia. «Siempre entrenamos los dos juntos por ser unidad familiar pero nos alegramos de que ahora podamos juntarnos con más parejas o corredores, con lo que también se hace más ameno». Sobre la mascarilla, reconocía, como todos, que es mucho más incómodo. «Intentábamos ir solos por eso, también correr en horarios con menos gente, o zonas que estuvieran fuera del casco urbano».

Merche con su grupo aún no ha podido quedar a correr, pero durante todo este tiempo han impulsado una liga solidaria, marcando retos con los compañeros. «La verdad es que no nos habíamos visto porque hay algunos de Valencia, otros de Castellón, pero luego llegó la pandemia y ya, fue imposible», comenta.

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Con el equipaje, esterillas y con las mascarillas, así entrenaba ayer el grupo de Leo. «Es un entrenamiento individual, nos colocamos separados con las esterillas y aún así preferimos llevar la mascarilla», explica. Son los herederos del Centro Excursionista de Valencia, ahora Sociedad Excursionista de Valencia. «Somos escaladores y hacemos salidas a la montaña, pero con el confinamiento Leo nos empezó a entrenar en casa, nos conectábamos todos a través de una aplicación y para seguir en forma, ahora que ya podemos hacerlos todos juntos es genial, porque al acabar nos vamos a almorzar», dice entre risas una de las integrantes del club.

Las mesas de seis

El aperitivo con los amigos

Las mesas de las terrazas del paseo de la Alameda, montadas desde primera hora de la mañana, ya eran visiblemente más numerosas. En los bares y restaurantes se preparaban para el festivo, estrenando también las mesas para seis. «La gente está mareada, desde el jueves, cuando se anunció que se iban a cambiar las medidas nos están llamando para reservar mesas de seis para el fin de semana y tuvimos que explicar que hasta hoy, nada», relató Ángel, el encargado de La Peluda, en Alameda.

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Justo en este bar, un grupo de amigos tomaba el aperitivo. «Por fin hemos podido quedar haciendo una única reserva, antes era mucho más lío, tenías que pedir dos mesas de tres, que estuvieran al lado, al final siempre es bueno que se vaya avanzando en estas cosas, aunque sea poco a poco», dijo uno de los chicos.

Para la hostelería el cambio es mínimo; preferían ampliar el horario. «Habría sido mucho mejor para nosotros ya que ahora que alarga el día y vamos hacia el buen tiempo», lamentó Ángel.

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