Ver 14 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 14 fotos
Del siglo XX al siglo XXI, de colegio mayor en ruinas a centro integral de servicios para el estudiantado de la Universitat de València. ... Tres años después de haberse culminado su remodelación, el Espai Vives arranca una nueva era en el año de su 70 aniversario, una cita histórica en la que, gracias a su reconversión, «buscará ser la casa de todos los estudiantes de la UV». La rectora de la institución educativa, Mavi Mestre, ha inaugurado hoy el recinto tras más de tres años en obras y ha resaltado el nuevo sistema de atención en la que el alumnado tendrá más facilidades para acceder a los servicios reubicados en el complejo de Blasco Ibáñez gracias a la agilización de citas previas.
El Espai Vives cuenta desde ya con 1600 metros cuadrados de entorno laboral, 214 destinados a salas de reuniones y 800 dedicados exclusivamente al estudiantado y las actividades de índole cultural que quiera organizar y desarrollar allí la propia comunidad universitaria. Unas iniciativas «pensadas por y para el estudiantado», en palabras de Mestre. La construcción cuenta con un marcado carácter laboral pues acoge hasta hasta cuatro áreas de servicios administrativos de la UV aunque también cuenta con un amplio abanico de espacios destinados a los estudiantes con nuevas zonas comunes en la planta baja y el tercer piso. Allí podrán tener lugar congresos, asambleas o jornadas incluso nivel nacional, según ha comentado la rectora de la UV.
El Servicio de Información y Dinamización y la sede de la Asamblea General de Estudiantes, que hasta ahora estaban ubicados en el aulario III, el Servicio de Estudiantes, el de Relaciones Internacionales y Cooperación, las áreas de Empleo y Emprendimiento, servicio UVdiscapacitat han sido desplazados hasta el Espai Vives, donde también estará la Delegación de la Rectora para Estudiantes.
Los entornos laborales han sido modificados para hacerlos más abiertos y con mejor luminosidad, factores que, según se ha explicado en la visita, suponen no sólo un cambio estético sino sobre todo «una mejora en la calidad de vida en las personas que trabajan en el edificio». Durante la visita también se han notado las diferencias en las áreas de trabajo pues, por ejemplo, en el departamento de atención a la discapacidad se conjugan espacios diáfanos con oficinas cerradas para prestar «un servicio directo y con niveles de máxima confidencialidad».
Por ello, el nuevo sistema permitirá obtener cita desde todo tipo de dispositivos y plataformas como la web o la aplicación de la UV y tendrá habilitada una zona específica para el trámite con tal de «eliminar los mostradores, las ventanillas y reducir al máximo el desplazamiento del estudiantado en el interior del edificio». De hecho durante las próximas semanas se podrá acceder vía WhatsApp. No obstante, una de las novedades más relevantes con las que está equipado el Espai Vives es que el estudiantado pueden acceder al edificio sin cita previa para sacarla in situ mediante unas máquinas que les habilitan un ticket físico que se envía de manera automática a la unidad de la que se quiere ser atendido.
Las obras han durado algo más de tres años, teniendo en cuenta que se iniciaron en julio de 2021, cuando la previsión era que se prolongaran durante uno y medio o dos. Y es que no han sido pocos los contratiempos. El primero, el mal estado de la estructura del inmueble, que dilató la intervención de la primera fase, consistente en la instalación de una especie de exoesqueleto de acero laminado en pilares, que además ganaron en volumen, forjados y vigas de todas las plantas. Además, en 2022, la obra tuvo que lidiar con el impacto del alza de los precios de los materiales de la construcción, que obligó a realizar una revisión excepcional de los precios establecidos en el contrato. De lo contrario, se corría riesgo de tener que paralizar la ejecución. La tramitación requirió de diferentes informes, elevándose el coste en 2,2 millones, que se sumaron a los 13,3 de la adjudicación (IVA incluido).
También se registraron incidencias antes del inicio de la intervención, como la necesidad de ampliar los plazos para la redacción del proyecto, en parte por las peticiones trasladadas por los servicios afectados, o la paralización de la licitación de las obras por el recurso de una de las empresas que se presentó al concurso público.
El edificio racionalista fue diseñado en 1935 y se inauguró en 1954, funcionando como residencia de estudiantes de manera ininterrumpida hasta el verano de 2012, cuando cerró por sus problemas estructurales. Se optó por convertirlo en un centro de servicios ante la imposibilidad de devolverle su histórica función, pues las normativas de construcción y seguridad actuales son incompatibles con un uso residencial sin alterar sus características, algo limitado por la condición de BRL. El complejo lleva el nombre del prestigioso humanista valenciano Lluís Vives, «uno de los primeros alumnos de la Universitat de València», tal y como ha definido su actual rectora.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.