Personal sanitario en la UCI de un hospital valenciano. iván arlandis

El repunte de pacientes de coronavirus satura las UCI de algunos hospitales de la Comunitat Valenciana

El incremento de la presión asistencial aumenta la ocupación en las salas del críticos del General de Valencia, Elda, Alcoy y Gandia

r. gonzález / d. guindo

Lunes, 14 de diciembre 2020

La presión asistencial que sufren los hospitales valencianos, especialmente las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), no presenta la misma intensidad en todos los centros valencianos que tratan de contener el avance de la pandemia. En la actualidad, y fruto del repunte de pacientes experimentado durante los últimos días, las salas de críticos de los hospitales General de Valencia, Gandia, Elda y Alcoy presentan ya un elevado grado de saturación, como confirmaron fuentes de los sindicatos Satse, CSIF y CCOO, que reclaman un refuerzo de personal sanitario. Y todo ello a la espera del efecto del último puente festivo.

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Especialmente delicada es la situación del Hospital General de la capital valenciana. Tanto, que el Sindicato de Enfermería Satse ha tenido que denunciarlo ante la Inspección de Trabajo. Según la formación, la falta de habitaciones de aislamiento para pacientes Covid hace que los trabajadores no tengan separación de los pacientes infectados, lo que contraviene los criterios técnicos del Instituto Nacional de Salud e Higiene en el Trabajo (INSHT).

En concreto, la UCI Covid de este centro sanitario está dividida en dos salas. Cada una de ellas cuenta con cinco habitaciones acristaladas para aislar a los pacientes infectados, mientras que diez pacientes más permanecen «en abierto» con una separación entre camas de 2,4 metros y sin acristalamiento, únicamente separados por parabanes de madera. «La mayoría de estos pacientes están intubados y producen aerosoles, lo que hace imposible la contención y separación de ambientes, por lo que se considera toda la sala, incluido el control de enfermería, contaminada», explicaron.

Precisamente este punto de control de enfermería, en el que los profesionales monitorizan las constantes vitales de los pacientes, se encuentra a unos tres metros de las camas sin acristalamiento –y con ventilación, depuración y renovación de aire deficientes–, lo que aumentaría los riesgos de contagios de estos profesionales por la producción de aerosoles por parte de los pacientes intubados, advirtieron. Otro problema de esta UCI –que Satse también ha reflejado en su denuncia– es que cuenta con una ratio de 1 enfermera por cada 2,6 pacientes, cuando las recomendaciones del Ministerio de Sanidad son de 1 enfermera por cada 1,6 pacientes.

Además, al ser un servicio Covid, los trabajadores de la UCI no pueden salir fuera durante su jornada laboral para, por ejemplo, comer. Por ello, cuentan con una sala de descanso para entre 22 y 25 trabajadores por turno, cuyo aforo se ha limitado a entre 4 y 6 personas por ser una sala cerrada sin ventilación. «Resulta muy complicado comer algo en esta sala, o poder descansar un mínimo durante el turno, puesto que la sala puede estar completa de aforo», lamentaron.

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Asimismo, el General de Valencia es el hospital que más tarjetas sanitarias atiende de toda la Comunitat. Sin embargo, en junio la dirección «decidió despedir a las enfermeras de refuerzo contratadas en marzo para la primera ola. Cuando aumentaron los casos por la segunda ola y se intentó contratar de nuevo a estos profesionales, ya habían encontrado trabajo en otros departamentos de salud, de ahí que Satse inste a Sanidad «a tomar cartas en el asunto».

La presión en las Urgencias de este hospital también es especialmente elevada y en la mañana de ayer había hasta 46 pacientes pendientes de ingreso, seis de ellos con Covid; una situación que se viene repitiendo durante los últimos días y que ha obligado a la dirección del centro a habilitar nuevas zonas, incluso con espacios prefabricados. Desde la dirección confirmaron que se ha habilitado un área de preingresos con capacidad para diez camas.

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En esta línea, el sindicato CCOO criticó ayer que «la masificación y los déficits estructurales impiden atender con dignidad a los pacientes en el Hospital de La Ribera«. Por ejemplo, el servicio de Urgencias está masificado, con una media de 30 pacientes esperando para ser ingresados.

La preocupación también se extiende por la comarca de la Safor por el incremento de casos Covid, principalmente desde el pasado puente festivo, por lo que la UCI del hospital de Gandia ya se encuentra al límite. Doce de las trece camas están ocupadas y está previsto la habilitación de uno de los quirófanos hospitalarios como sala de críticos, al igual que en el anterior brote. De hecho, el incremento de hospitalizaciones en UCI se ha producido en la última semana, pasando de 4 a los 12 hasta este domingo.

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Por otra parte, el sindicato CSIF ha interpuesto un recurso contencioso-administrativo contra la Conselleria de Sanidad «ante el riesgo que supone, para pacientes y profesionales, la resolución de 24 de noviembre en materia de recursos humanos». Este plan permite que las direcciones de departamentos de salud puedan obligar a personal facultativo a desempeñar funciones distintas de su especialidad o a trasladarlos de ubicación.

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