Al rescate de la presa de Buseo
Obras de emergencia intentan evitar que colapse la estructura del embalse, que sufrió un grave deterioro durante la dana
«Esto es una bomba», dice el alcalde de Chera, Alejandro Portero, cuando se le pregunta por el embalse y la presa de Buseo, a ... 2,5 kilómetros de esta pequeña localidad de la comarca de Utiel-Requena. El primer edil recuerda todavía con preocupación lo que ocurrió el pasado 29 de octubre, cuando el agua rebosó por encima además de producirse desprendimientos en laderas próximas a los estribos de esta infraestructura. El colapso y derrumbe de todo estuvo muy cerca. Demasiado.
Por este motivo, la Conselleria de Agricultura activó de inmediato un plan de emergencia para consolidar todo, mientras a medio plazo se trabaja en una solución definitiva. De momento, la inversión ronda los cinco millones de euros y la actividad es frenética en los alrededores.
La presa de Buseo, un bien patrimonial de la Generalitat, pasó de 0,77 a 8 hectómetros cúbicos embalsados en un día, hasta que empezó a verter sobre su coronación a las nueve de la noche del 29 de octubre. Desde el departamento dirigido por el conseller Miguel Barrachina estiman que en el momento de la «máxima crecida, la lámina de agua se situó entre 2 y 2,5 metros por encima de la coronación».
«Aquella noche fue todo muy complicado, a partir de las nueve de la noche se nos fue la luz y ya no pudimos seguir el SAIH que tiene el embalse. Me imagino que fue cuando empezó a rebosar», comenta Portero.
De esta manera, ya no pudieron seguir la cantidad de agua embalsada. «A partir de 7,5 sabemos que es peligroso», recuerda. Entre las diez menos cinco y las diez de la noche, el embalse subió un hectómetro cúbico, cuando llegó la riada de la parte de Utiel. «Eso es que hubo algún tipo de retención en los puentes y luego pasó porque la cantidad es una barbaridad», afirma.

En su opinión, las inversiones deben ir acompañadas por un sistema de aviso a las poblaciones cercanas en caso de emergencia. «En cuanto suba el nivel hay que alertar a Sot de Chera, Gestalgar, Bugarra y Pedralba, que fueron los más afectados, pero que se escuche la sirena en toda la provincia», destacó, para añadir la necesidad de mejoras en un embalse que ha estado con poco mantenimiento los últimos años, como se ha demostrado.
«Este embalse debe mejorar porque es un elemento patrimonial, de paisaje, además de un valor turístico de primer nivel. Sólo en 2023 hubo más de 25.000 pernoctaciones en el área recreativa. Y debe contar con una presa en condiciones», comenta el primer edil, quien señala que el afluente del Turia, primero Reatillo y luego Sot, fue uno de los motivos de que creciera tanto el caudal en el río principal.
Las obras de emergencia se acometen para el «aseguramiento de la presa», así como la remodelación necesaria para «disponer de la capacidad de desagüe precisa» en caso de necesidad. La relación de daños es grande y detalla hasta ocho aspectos. Se han producido desprendimientos en la ladera derecha sobre la que se apoya un estribo, mientras que se han derrumbado las casetas de las tomas 1 y 3.
También se rompió la válvula de la toma 1, lo que provoca el «desagüe descontrolado del agua del embalse», junto con la rotura de las válvulas en la toma 3. El derrumbe de las barandillas y pretiles de coronación fue otra de las consecuencias, junto con el derrumbe de una escalera y daños en la instalación eléctrica. Por último, también hubo deslizamientos en la ladera izquierda, que pueden «poner en riesgo ese lado de la presa».
Para realizar todas estas operaciones, ha sido necesario rehabilitar el único camino de acceso a la presa desde la CV-395, con el fin de que pueda llegar maquinaria pesada a las obras.
La intervención es más que necesaria para asegurar la estabilidad de la presa. De ahí que tras la limpieza se haya decidido la reposición de las válvulas, los elementos de seguridad, las líneas eléctricas y trabajos de más envergadura en el estribo derecho y la margen izquierda, en ambos casos para asegurar la infraestructura construida entre 1903 y 1915, según los registros.

A partir de todas esas reparaciones en marcha o a punto de iniciarse, quedará resolver el problema estructural de la presa, como es la «capacidad de desagüe ante una avenida como la sufrida o una mayor». Con su configuración actual, la presa de Buseo no puede evacuar más allá de 260 metros cúbicos por segundo, mientras que por normativa de seguridad, estas infraestructuras han de poder soportar hasta 1.800 metros cúbicos.
Para tratar de aumentar el caudal a aliviar, se ha elegido a un panel de tres expertos (Francisco Javier Sánchez, Enrique Cifres y Luis Fernández) que deben considerar ocho alternativas.
Las dos primeras se han colocado de «relleno» y pasan por no hacer nada o demoler la presa. La Conselleria estima que serán necesarios unos 30 millones de euros para la solución que se decida. La tercera pasa por un aliviadero lateral, con una excavación en la ladera de una montaña con «notables problemas geotécnicos y ambientales».
Una más es un aliviadero central sobre el cuerpo de la presa, donde se haría una especie de trampolín. También un «morning glory», un desagüe por rebosamiento con un encaje «muy difícil en Buseo». Por último, hacer una presa aguas arriba excede de las competencias de la Generalitat, mientras que se habla también de una presa agujero que supone hacer una «ventana» en el cuerpo principal.
El alcalde de Sot de Chera, Tomás Cervera, entiende los plazos de obra de la Conselleria, que todavía no ha tomado una decisión sobre la presa. «Hay una saturación de trabajos, ocurre igual en los municipios, hay una carencia de técnicos importante».
El día 29 de octubre, esta localidad registró dos víctimas mortales. El primer edil recuerda que aparte del susto hubo mucho desconcierto. «No sabíamos lo que estaba pasando, si se había roto la presa o no y la dinámica de la noche no te deja ningún margen para reflexionar», señala. Coincidió con su homólogo de Chera en la necesidad de un sistema de alerta para los vecinos.
«Teníamos una estructura medieval árabe que había resistido durante siglos y la dana la arrancó de cuajo». El primer edil de Sot de Chera recuerda la violencia del 29 de octubre, que también arrasó con el suministro de agua potable, por lo que han estado bebiendo agua embotellada «hasta hace apenas tres semanas. Hemos repuesto el suministro de manera provisional y queremos buscar una alternativa» para el suministro.
El conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, señala por último que el «mantenimiento y la modernización de nuestras infraestructuras hidráulicas no es una opción, es una obligación. Por eso, desde el Consell de Carlos Mazón, revisamos la única presa competencia de la Generalitat».
Cita que la inversión de 30 millones garantizará «su viabilidad a largo plazo y, sobre todo, la seguridad de las poblaciones que se encuentran aguas abajo». El conseller asegura que mientras «otros gobiernos se han limitado a realizar reparaciones puntuales sin una visión de conjunto, o incluso han optado por demoler presas y embalses sin valorar adecuadamente su impacto en la gestión del agua y la protección frente a avenidas, nosotros apostamos claramente por actuaciones responsables, planificadas y orientadas a corto y largo plazo».
«En Buseo no solo estamos reparando: estamos reforzando, modernizando y preparando esta infraestructura que cuenta con más de 120 años. Pedro Sánchez en lugar de promover la destrucción de presas y embalses, debe priorizar la construcción, conservación y mejora de estas infraestructuras, que son clave para la protección frente a inundaciones y el desarrollo agrícola y económico de nuestras comarcas», destaca.
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