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Shandy enciende una estufa de butano, la única calefacción que puede permitirse en su casa de Valencia. LP

Retrato de las familias pobres: ni mil euros al mes, sin dentista ni fruta fresca

Un informe de Save the Children Valencia alerta de que más de la mitad de las familias que atienden llevan a duras penas a fin de mes. «Es muy duro decirle a tus hijos que no hay de algo», lamenta Shandy

Arturo Checa

Valencia

Jueves, 21 de diciembre 2023, 00:33

Shandy es una equilibrista de la vida. Una experta en alargar cada zumo. Cada pack de fiambre para el bocata de los niños. Una maestra ... en colocar la estufa de butano en la mejor posición para intentar caldear su hogar en Valencia. La única calefacción que puede permitirse. Una as de la economía familiar, la única forma de que 1.300 euros de sueldo como empleada de la hostelería lleguen para pagar los 500 de alquiler, las facturas, la lista de la compra, las cosas del cole de sus hijo, el mantenimiento de su sobrina, de su madre, de su abuela... «Cada mes la cuenta se vacía... Y vuelta a empezar».

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'Te quiero tata', se lee en un dibujo infantil que cuelga de la nevera de su hogar. No faltan los motivos navideños como un calcetín por si a Papa Noel le da por dejar algo. Difícil. «Salimos por ahí una vez al mes. No se puede más. Un helado para los niños y a casa. Es duro decirles a tus hijos que no tenemos de algo, pero ellos lo entienden», suspira la joven colombiana con ojos de melancolía.

Cuando va al supermercado, «casi nada de carne, mucho 'grano' », explica con su forma de referirse a arroz, pasta, etc.... No recibe ni una sola ayuda pública. «La he pedido para nada». Se desloma cada día para sacar a su familia adelante. Y piensa en cómo hacerlo mejor. «Trabajo una jornada de 40 horas a la semana y ya estoy barajando hacer otra de 20 el año que viene. Si no, imposible». Sus niñas no pueden hacer extraescolares. No llegan. Pero aún así Shandy mantiene el optimismo: «Sólo pido que en el futuro sean felices».

Shandy arregla la habitación de sus niñas en su casa de Valencia. LP

La de Shandy es una de las familias a las que cada año asiste Save the Children Valencia. Y al menos ella es un poco 'priviliegiada'. Casi la mitad de los grupos que atiende la ong sobrevive con menos de 1.000 euros al mes, según un informe hecho público este miércoles que radiografía la situación de los casi 1.200 hogares pobres con 2.500 niños a los que se ayuda en seis autonomías españolas.

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Y hay cosas básicas a las que no tienen acceso estas familias ni sus niños. Por ejemplo, el estudio demuestra como la mitad de los grupos valencianos no pueden ir al dentista. No les llega el bolsillo. Y casi la mitad tampoco puede comer fruta fresca al menos una vez al día. ¿Calentarse en invierno? Más de la mitad declaran que «nunca, casi nunca o a veces». Otra losa en pleno invierno.

El informe nacional arroja otra conclusión. El tradicional ascensor social de la sociedad española, el del empleo y la educación, si no se ha roto al menos está muy averiado. Una formación media y un trabajo ya no garantizan en la mayoría de casos romper el círculo de la pobreza familiar, según el informe de Save the Children.

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Shandy cocina pasta, la comida más barata y que más se repite en su hogar. LP

El primer dato que chirría de lo que llaman la 'foto de familia' de estos hogares es que el 51% de los padres tienen un empleo remunerado y que en más de la mitad de los casos tienen estudios de secundaria. Incluso uno de cada diez son titulados universitarios.

Pese al esfuerzo laboral y de formación, estos hogares no consiguen traspasar el umbral de la pobreza. Sus empleos precarios, con alta temporalidad y mucho horario a tiempo parcial, más un 35% de parados, generalizan unos ingresos familiares de 1.000 euros mensuales, de los que más de 850 van a alimentación y un techo bajo el que vivir. Esto explica sus grandes carencias, sobre todo las de los menores.

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Al final sólo queda hacer como la valenciana Shandy. Rogar para que le llueva del cielo alguna ayuda pública (muchas familias no reciben el ingreso mínimo vital pese a cumplir los requisitos, según denuncia la ong). Y mientras, apretar los dientes y pelear cada día para sacar adelante una casa de seis miembros con poco más de mil euros.

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