La reversión de Torrevieja costará 45 millones de euros más al año

El Gobierno del Botánico nunca ha escondido que una de sus mayores aspiraciones es revertir a la gestión pública todos los departamentos de salud administrados bajo el modelo de concesión, y eso puede salirle caro a las arcas autonómicas. Tras la experiencia piloto de la Ribera, proceso envuelto en polémicas y enfrentamientos, llega el turno del hospital de Torrevieja, un área de salud que puede suponer a la Conselleria de Sanidad un coste adicional de unos 45 millones de euros al año. Así, según la auditoría elaborada por la Sindicatura de Cuentas, la gestión indirecta del departamento ahorra a la Generalitat alrededor de un 30% en comparación con el coste medio de los hospitales administrados por el Consell, de ahí que el cambio de manos implique casi con total seguridad un incremento del gasto.

Este aumento se debe a varios factores. Por un lado, el coste laboral es menor: 28,6 euros por hora frente a los 31,3 que, de media, recibe del personal estatutario en el conjunto de la Comunitat, sumado a unos índices de absentismo del personal muy inferiores a la media autonómica. Por otro, la estructura organizativa de mandos directivos e intermedios y la antigüedad media de la plantilla también contribuyen a que el gasto en salarios sea inferior. Esto hace, asimismo, que aumente la eficiencia, lo que se traduce, por ejemplo, en que Torrevieja sea el departamento con menos lista de espera quirúrgica (56 días frente a los 157 de media del resto de hospitales) y donde los usuarios muestran un grado de satisfacción mayor (un punto por encima de la media total autonómica). El cumplimiento de los acuerdos de gestión también está casi diez puntos por encima del resto de hospitales.

Para lograr estos resultados, Ribera Salud  (concesionaria de Torrevieja) ha invertido en los 14 años en los que lleva al frente del departamento 117 millones de euros, frente a los 80 comprometidos, y ya tenía planificada una nueva inversión de otros 40 millones para el periodo 2021-2026, puesto que tenían esperanzas en que se pudiera prorrogar la concesión otros cinco años más.

El cambio de manos, por tanto, deja en el aire esta partida y los distintos proyectos que los actuales gestores pretendían poner en marcha, como la Unidad de Hospitalización a Domicilio Pediátrica o la construcción y puesta en marcha del nuevo centro de salud de la costa de Orihuela.

Los trabajadores, por su parte, siguen sumidos en la incertidumbre sobre su futuro. Desde el comité de empresa explicaron que, en la reunión mantenida el martes con la consellera Ana Barceló, «salimos igual que entramos, no nos informó de nada« pese a la batería de preguntas formuladas, sobre todo en la línea del modelo que se iba a seguir para subrogar a las plantillas. »La consellera nos dijo que les queda un año para estudiarlo y ahora no tienen ningún modelo estudiado, algo que nos extraña«, precisaron.

En este encuentro, Barceló se justificó por no haber mantenido ninguna reunión antes con los trabajadores –pese a las continuas concentraciones a las puertas del hospital de los sanitarios– y se comprometió a «abrir un calendario de información con el comité, que no de negociación, y le dijimos que queríamos una negociación, porque no creemos que se tenga que tomar la decisión unilateralmente. Sólo nos dijo que iban a buscar el modelo que mejor garantice los derechos laborales, ¿pero cuál?«, se preguntan. La opción más viable es la creación de una empresa pública que contrate a los trabajadores, algo que no satisface a los sindicatos.

Por otra parte, la plataforma ciudadana Sanidad Excelente ha convocado para el sábado una protesta contra la reversión.