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Emoción, color, dulces y sonrisas. Las calles de los pueblos del sur volvieron a llenarse de ilusión gracias a la magia de los Reyes Magos. Sus Majestades visitaron durante la tarde de ayer Llocnou de la Corona, Sedaví, Benetússer, Alfafar, Massanassa, Catarroja y Albal. ... La Cabalgata más especial. Estos pueblos han sufrido una tragedia histórica, y la magia de la Navidad permitió hacer desconectar a decenas de miles de ciudadanos que vieron su municipio arrasado tras la riada del 29 de octubre. Aunque eso sí, no todo iba a ser maravilloso. Alguno que otro percance inicial no empañó una velada que alegró la Navidad a muchos ciudadanos afectados.
La Cabalgata fue una realidad gracias a las Cámaras de comercio de la Comunitat, que colaboraron la Generalitar y los ayuntamientos de estas localidades para hacer posible la celebración del evento. «Todos los recursos están puestos en la emergencia, y que exista esta solidaridad para que podamos llenar de magia nuestras calles es todo un regalo», afirmaba la alcaldesa de Catarroja, Lorena Silvent, visiblemente emocionada de saber que sus ciudadanos tendrían Cabalgata. «Las Cámaras de Comercio hemos estado colaborando todo este tiempo en los pueblos afectados y nos coordinamos con la Generalitat para que también tuvieran cabalgata» aseguraba José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, quien incidía en que «la mejor manera de ayudar es apoyar a la pequeña empresa que ha sufrido la dana. Las Cámaras vamos a estar apoyando a todas estas empresas».
Por su parte, el presidente de la Cámara de Alicante, Carlos Baño, afirmaba que con la Cabalgata se pretendía «echar una mano a la gente que ha sufrido tanto. Primero una pandemia, y ahora una dana. Hemos traido de Alicante nuestra uva, juguetes, chocolates, y nos hemos puesto manos a la obra para traerlos hasta aquí», y aseguraba que «si la gente tiene miedo de que nos olvidemos de ellos eso no va a pasar, por eso me comprometo a volver el año que viene y volver a celebrar otra Cabalgata de Reyes mágica.
Con un retraso de 50 minutos, a eso de las 17.10 arrancaba la Cabalgata por las pocas calles que conforman Llocnou de la Corona. Allí, el contraste entre la alegría de las familias por ver a los Reyes con la devastación de algunos bajos, coches y barro, evidenciaba lo especial, necesaria y emotiva que iba a ser esta cabalgata para los afectados por la dana. Entre la comitiva que acompañaba a Sus Majestades, los militares también desfilaron. Niños y familias saludaban, sonreían y agradecían su presencia en Valencia. Siguen trabajando día a día por sacar a sus pueblos de la emergencia.
A la salida de Llocnou llegó el primer incidente de la tarde. La primera de las carrozas que repartía caramelos chocó contra la fachada de un edificio al intentar realizar un giro muy estrecho. Tras un parón de la marcha de unos 20 minutos, la cabalgata consiguió reanudarse, no sin antes sufrir un segundo golpe, esta vez con un coche mal aparcado que acabó con el morro destrozado. Era una cabalgata solidaria con un recorrido que se realizaba por primera vez, así que no estuvo exenta de pequeños inconvenientes.
Pese a lo accidentado que pudo estar el paso de la Cabalgata por Llocnou y con su consiguiente retraso, al fin la marcha llegó a Sedaví. Allí, ya eran centenares las familias que bailaron y cantaron villancicos con la banda de música que ponía el toque más festivo al evento. Canciones de Miliki, 'La Gallina Turuleta' y demás temazos pusieron a bailar a los presentes. Una alegría inmensa ver a los afectados por la riada disfrutar de una tarde-noche tan ilusionante. La carroza que lideraba la marcha soltaba de vez en cuando burbujas rellenas de humo, todo un atractivo para los más pequeños, pero sobre todo para sus padres. Sonrientes, felices. El ovjetivo de la cabalgata se cumplía.
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Los Reyes Magos, a su paso por cada pueblo, descendían de sus carruajes para dedicar unas palabras a las familias reunidas para celebrar la visita Real. Una de las carrozas, con una máquina de nieve artificial, llenó la plaza de Sedaví, sede del ayuntamiento, de una enorme simulación del temporal invernal. Los niños, emocionados, reían a carcajadas mientras jugaban con la nieve, recogían caramelos y los mostraban emocionados a sus familiares. Sólo hay algo más bonito que ver la cara de ilusión de un niño, y es la cara de sus padres visiblemente emocionados viendo a su pequeño disfrutar.
Como en todas las cabalgatas, la comitiva se entretenía con los numerosos retos improvisados que suelen ingeniarse desde las carrozas. Algunos niños jugaban a acertar con los caramelos por las ventanas y balcones abiertos de los vecinos. Otros, derretidos ante la termura de ver felices a los más pequeños, buscaban ganarse su favor sobornándoles con dulces. Por unas horas, la resignación en las caras de la gente que ha invadido Alfafar, Benetússer y demás municipios tras la dana, se convirtió en una alegría inmensa. Recibir dulces de esos militares que por la mañana estaban limpiando calles fue un símbolo mas de lo que significó esta Cabalgata.
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