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Como si estuviesen en el interior del paciente. Parece ciencia ficción, pero así son capaces de operar ya algunos especialistas valencianos gracias a los equipos de cirugía robótica que han empezado a aterrizar en la sanidad pública de la Comunitat. Por el momento hay cuatro de estos sistemas quirúrgicos funcionando, pero como muy tarde en junio llegarán otros cinco, o al menos esa es la previsión que maneja la Conselleria de Sanidad.
Estos dispositivos de última generación (aunque hace más de dos décadas que están en el mercado) consiguen minimizar las complicaciones y el riesgo de lesiones, reducen la duración de la intervención, acortan la estancia del paciente en el hospital... y pueden llegar a ofrecer una tabla de salvación a enfermos que, posiblemente, sin estos brazos robóticos estarían desahuciados.
A su nivel óptimo de actividad serán capaces de desarrollar, cada uno, unas 300 intervenciones anuales con una precisión que, con los instrumentos actuales, es difícil conseguir; y hasta permite a los profesionales trabajar de forma más ergonómica y cómoda.
Frente a ello, se trata de una herramienta que requiere un elevado nivel de especialización y un extenso aprendizaje, por lo que en estos momentos no todos los cirujanos, ni mucho menos, lo pueden manejar, de ahí que a corto o medio plazo no tendrán un impacto apreciable a la hora de incrementar la cantidad de operaciones que se realizan en la actualidad.
Aún así, los robots Da Vinci, bautizados con este nombre como homenaje a Leonardo da Vinci, inventor que construyó el primer robot del que se tiene constancia y que usó la anatomía y los detalles tridimensionales para dar vida a su trabajo, suponen un importante avance en la medicina valenciana como una evolución de las laparoscopias actuales, esas operaciones que se llevan a cabo con una pequeña cámara que se usa para observar el interior del paciente y guía al cirujano en la intervención, que realiza a través de unas pequeñas incisiones.
Los servicios de Urología, Ginecología y Cirugía General son los que han empezado a beneficiarse de las bondades de estos sistemas quirúrgicos robotizados. Pacientes con cáncer de próstata, de endometrio (revestimiento del útero de la mujer) o colorrectal son algunas de las dolencias en las que ya trabajan los cirujanos con los equipos Da Vinci instalados en los hospitales La Fe, el General de Valencia y de Castellón, y el Doctor Balmis de Alicante; aunque también se llevan a cabo histerectomías con ganglio centinela, pancreatectomías (tumores en el páncreas) y cirugías de la vía biliar.
En los próximos meses (en el primer semestre, según Sanidad) llegarán dispositivos de este tipo a los hospitales de Elche, La Ribera, Arnau de Vilanova, Clínico y Doctor Peset. Según los cálculos que maneja la conselleria, y «una vez alcanzado el punto óptimo de la curva de aprendizaje» (por parte de los profesionales), con un programa quirúrgico estándar cada equipo podrá realizar unas 300 intervenciones al año (aunque en el caso de La Fe la cifra podría incrementarse hasta las 500 operaciones).
«Toda nueva tecnología requiere un aprendizaje. En el caso de la cirugía robótica, el programa de formación viene establecido y es desarrollado por el propio fabricante. Como es lógico, cada profesional tiene una curva de aprendizaje y es ésta la que marca el número de pacientes que se atienden, en función de la habilidad que va adquiriendo y del tipo de intervención que se realiza, puesto que cada una tiene una duración distinta», detallan desde el departamento autonómico.
Precisamente, esa puede ser otra de las principales ventajas de los dispositivos. Según especialistas consultados por LAS PROVINCIAS, una prostatectomía (una de las intervenciones estrella del Da Vinci) puede durar entre tres y cinco horas (si no presenta complicaciones, y el cirujano tiene mucha práctica, se puede reducir a una hora y media), mientras que gracias a estos equipos robóticos se podrá reducir el tiempo de la operación (todavía está por ver cuánto), por lo que en el futuro sí servirán para que la red pública pueda acometer más intervenciones y, de esta forma, reducir las esperas.
Además, agregan, al ser más preciso «no es descartable» que incremente el número de pacientes «con indicación quirúrgica», es decir, la cifra de enfermos cuya dolencia, gracias a los nuevos sistemas, pueda intervenirse; posiblemente porque en esos casos concretos «permita llegar a sitios que antes no llegabas», como ocurrió con la laparoscopia.
La Fe, el hospital de referencia de la Comunitat y uno de los más importantes de España, fue el primer centro público valenciano en contar, y en utilizar, con el Da Vinci. A mediados de noviembre pasado llevó a cabo la primera intervención, concretamente a un hombre de 70 años con un cáncer de próstata localizado al que se le practicó con éxito una prostatectomía radical del tumor mediante el citado robot.
«Este tipo de patología es una de las más indicadas para realizarse con esta tecnología ya que el tumor se encuentra en el fondo de la pelvis y tenemos que trabajar en un espacio muy reducido y rígido», explicó en ese momento el jefe de la Unidad de Laparoscopia Urológica del Servicio de Urología del hospital, José Luis Ruiz Cerdá. «El robot nos ha permitido una mayor accesibilidad, mayor visibilidad a través de tecnología 3D y, sobre todo, nos ha ofrecido mayor maniobrabilidad y precisión quirúrgica que el abordaje laparoscópico convencional», subrayaba el especialista.
Al respecto, recalcó que esta intervención es una cirugía «muy complicada que combina objetivos oncológicos, reconstructivos y funcionales. No sólo hay que extirpar el tumor completamente, sino que hay que restablecer la vía urinaria y, al mismo tiempo, preservar la funcionalidad tanto de la erección, como de la continencia», de ahí la gran ayuda que proporciona este sistema quirúrgico al especialista, profesional que maneja a distancia los brazos del robot mediante una consola que le ofrece una visión inmersiva tridimensional y ampliada. De hecho, ese primer paciente apenas requirió cinco mínimas incisiones, de aproximadamente ocho milímetros, para acceder al campo quirúrgico. «La cirugía robótica es muy precisa, preserva los tejidos y apenas hay pérdida sanguínea», recalcó el facultativo. La recuperación es extraordinariamente rápida ya que la mayoría de los pacientes permanece entre 24 y 48 horas en el hospital o, incluso, pueden ser dados de alta en el mismo día de la intervención.
Enfermos con patologías complejas, o que padecen obesidad o cánceres avanzados, en los que se desaconseja la cirugía convencional o la cirugía laparoscópica, serán, por tanto, los grandes beneficiados por esta innovadora herramienta.
Estos aparatos, cuyo valor incluido el mantenimiento roza los tres millones de euros por unidad, también son muy útiles para pacientes con obesidad mórbida. De hecho, los profesionales del Hospital General de Castellón ya han realizado con éxito dos intervenciones de cirugía bariátrica (reducción de estómago) dentro de la treintena de operaciones realizadas ya con este sistema quirúrgico.
Por último, y para evitar que sólo los pacientes adscritos a los departamentos que cuenten con robots Da Vinci tengan opción de beneficiarse de estos dispositivos, la conselleria ha creado una comisión que coordinará y gestionará su funcionamiento para garantizar el acceso equitativo de todos los pacientes valencianos, independiente del área de salud que tengan asignada.
Los Da Vinci acaban de aterrizar en la sanidad pública, pero hospitales privados como IMED ya los tienen totalmente implantados (en este caso, desde 2017). Este centro sanitario realiza con el robot 150 operaciones anuales especialmente en el campo de la urología (prostatectomía radical por cáncer de próstata, que es la más frecuente; nefrectomías parciales por cáncer de riñón, que están experimentando un aumento considerable; o cistectomías radicales por cáncer de vejiga ocasional); ginecología (cirugía compleja de cáncer de endometrio o de cérvix); cirugía general (cáncer de esófago o colorectal, cirugía bariátrica); y, próximamente, incorporará la cirugía torácica.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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