Cinco vidas truncadas por crímenes machistas. El cadáver de Alina Mocanu fue encontrado dentro de un contenedor subterráneo de basura en la urbanización La Sabatera en Moraira. El macabro hallazgo tuvo lugar a primera hora de la mañana del 17 de febrero. El cuerpo estaba envuelto con una colcha ensangrentada. Madre de un hijo de 14 años, la víctima había convivido dos años con Arthur K., un exmarine veterano. Un mes después de romper la relación, él la degolló con un cuchillo, se deshizo del cuerpo y se entregó a la Guardia Civil al día siguiente, aunque sabía que faltaba poco para que lo detuvieran. Alina tenía 36 años y trabajaba como agente inmobiliaria.
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Mónica recibió un tiro en la cabeza en la madrugada del 6 de marzo en Villanueva de Castellón. Ella fue la segunda víctima mortal este año de la violencia de género en la Comunitat Valenciana. Llevaba dos años malviviendo con su pareja: un hombre con antecedentes policiales que cultivaba marihuana. Tras ser detenido por el homicidio, Juan Salvador, de 31 años, declaró que disparó de forma accidental con una pistola que sólo pensaba utilizar para evitar que le robaran las plantas de cannabis.
Karina tenía 35 años y dos hijos. Su expareja la mató el pasado 19 de marzo en Almassora. El autor del crimen acudió al día siguiente al cuartel de la Guardia Civil para entregarse y confesó el acuchillamiento. Los menores estaban en el domicilio cuando ocurrieron los sangrientos hechos. La víctima era muy conocida en la localidad castellonense por su profesión de peluquera.
Yesica Gularte, una joven argentina con sangre de artista en sus venas, fue estrangulada por su novio en un piso de calle Pablo Meléndez en Valencia. La policía encontró el cadáver de la víctima dentro del maletero de su coche pocas horas después de que una amiga denunciara su extraña desaparición. Janner J., de 29 años, mató a su pareja en la madrugada del 23 de agosto tras una discusión y días después envió varios mensajes desde el perfil de Instagram de Yesica para hacer creer a sus amigos que seguía viva. El homicida huyó de España y la policía lo detuvo el 3 de septiembre en Suiza.
Otro crimen machista truncó la vida de Jing Z., una joven de 26 años de edad y origen chino. La joven fue estrangulada por su novio en la madrugada del 24 de septiembre en una vivienda del distrito de Jesús en Valencia. Diego Ricardo J. R., de 24 años, fue detenido por la Policía Local poco después de que llamara al teléfono de emergencias 112 y confesara que había matado a su pareja.
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Alina, una agente inmobiliaria que perdonó a su maltratador
Alina tenía una fuerte dependencia emocional y económica de su asesino, un exmarine de 60 años. Antes de fijar su residencia en España, la víctima había vivido en la ciudad de Calarasi (Rumanía). Tras conocer a Arthur, comenzó a trabajar en la inmobiliaria que él regentaba y poco después iniciaron una relación sentimental con altibajos. Ella presentó una denuncia en julio de 2019 por violencia de género contra su pareja, por lo que un juez acordó una orden de alejamiento del individuo con respecto a la víctima, aunque esta medida no estuvo en vigor durante mucho tiempo.
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Tras aquel episodio de maltrato, Alina perdonó a Arthur después de que él le regalara flores, como había hecho otras veces tras acaloradas discusiones. El riesgo que sufría fue valorado como bajo en el programa de protección de víctimas, y además la orden de alejamiento y otras medidas cautelares quedaron sin efecto cuando un juzgado de Benidorm absolvió al maltratador.
Mónica Espinola murió el Día Internacional de la Mujer
La violencia de género se cobró la vida el 9 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, de Mónica Espinola Nevado, la primera víctima mortal del año en la provincia de Valencia. La mujer fallecida tenía dos hijos de una relación anterior, aunque ninguno se encontraba en la casa cuando recibió un disparo en la cabeza. El hijo pequeño de la víctima estaba con la familia paterna, y el mayor dormía en la casa de sus abuelos maternos. Mónica llevaba dos años viviendo con su presunto homicida. La pareja también había residido un tiempo en la localidad de Novetlè.
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El crimen tuvo lugar de madrugada en un chalé donde vivían como okupas. Mónica tenía 37 años y sufrió un aborto en 2019, al parecer, por causas naturales, aunque la Guardia Civil investigó una supuesta agresión de su compañero sentimental. Tanto el Ayuntamiento de Villanueva de Castellón como el de Canals, localidad donde reside la familia de la víctima, decretaron dos días de luto y realizaron sendas concentraciones para condenar la muerte de Mónica.
Karina Andrés, la peluquera que quería divorciarse
Karina Andrés fue asesinada en el domicilio familiar y se convirtió, el 19 de marzo, en la víctima número 17 de la violencia de género en 2020 en España. El número de víctimas mortales asciende ya a 41 en nuestro país en lo que llevamos de año. Sus hijos menores de edad, de siete y diez años, se encontraban en el domicilio cuando ocurrieron los sangrientos hechos.
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La víctima y su presunto asesino, ambos de 35 años, residían junto a sus dos hijos en un adosado en la playa de la localidad castellonense. Karina había comenzado los trámites para divorciarse, pero él no aceptaba la ruptura. Trabajaba como auxiliar de peluquería y estudió en el colegio Embajador Enrique Beltrán y el instituto Álvaro Falomir de Almassora.
Yesica Gularte, la joven que soñaba con ser cantante
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Carnavalera desde su infancia por herencia familiar, Yesica Gularte trabajaba como auxiliar de enfermería en residencias de ancianos, era muy activa en redes sociales y residía en Valencia desde 2006, cuando viajó a España con su tía y su primo en busca de un mejor porvenir. La joven tenía entonces 19 años. Sus amigos recuerdan que su sueño era ser cantante como Jorginho Gularte, uno de sus parientes más famosos, un gran compositor, productor y guitarrista que grabó cuatro discos en Uruguay.
La víctima pertenecía a la tercera generación de una familia de legendarios cantantes, compositores y bailarinas de carnaval, como Martha Gularte y su hijo Jorginho, cuyas muertes causaron una gran conmoción en el ambiente artístico de Uruguay, país donde reside la madre de la joven fallecida y la mayoría de sus parientes. Aunque nació en Buenos Aires, Yesica tenía la nacionalidad española tras contraer matrimonio con Romu Hilario Cortell, el joven valenciano que localizó el coche de la víctima con el cadáver dentro del maletero.
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