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JUAN SANCHIS
valencia.
Sábado, 18 de junio 2022
Salvador Marín es el presidente de los regantes valencianos desde hace tres años. Habla claro y rotundo desde la experiencia que le da haberse dedicado al mundo de la agricultura, que así conoce de primera mano, desde hace muchos años.
-¿Cómo les ha afectado la subida de precios?
-Basta con dos cifras. El abono ha pasado de los 180 euros la tonelada a 560 euros. Y el gasoil de 40 céntimos a 154. Estamos hablando de que se ha triplicado el coste. Otro ejemplo. Calculamos en su momento que el precio del agua se duplicaría y nos hemos quedado cortos por lo que la comunidad de regantes va a cerrar el año con pérdidas.
-¿Cuáles son sus necesidades?
-Necesitamos siempre una garantía de agua porque el agricultor no puede estar pendiente de si habrá recursos para el año que viene. Este ejercicio ha sido muy bueno por las lluvias y están asegurados pero hace dos tuvimos restricciones de un 30%. Hubo una sequía aunque parece que ya no nos acordemos. Tuvimos que reajustarnos. Tenemos para dos años pero si la agricultura se va a pique habrá agua de sobra.
-¿Tan mal está?
-El 99% de los agricultores no vive del campo. Muchos están cobrando otras prestaciones y sólo el 1% come de él. Si un agricultor tuviera que vivir de sus cultivos hace tiempo que no podría. Hasta ahora se mantenían y equilibraban el coste con lo que cobraban. Pero este año no podrán y tendrán pérdidas y así el sistema se hunde. Los que se dedican a tiempo parcial van a perder y el 1% que dependía de su campo quedará arruinado. Esto no se sostiene porque cualquier persona necesita cuando acabe el mes tener un ingreso. Así no puede haber relevo generacional. Es mentira. La agricultura está muerta y se sostiene porque el 99% no vive del campo porque si no estaría abandonado. Lo saben los políticos pero no lo quieren decir.
-¿Qué tal son las relaciones con la conselleria?
-La consellera que ocupa hoy el puesto no se ha identificado con el regadío histórico, el que produce alimentos, el que da beneficios y valor a la Comunitat. Sólo está con las políticas de ecologistas. A mí me parece bien que el que quiera haga productos ecológicos, pero la consellera no está con nosotros, no apuesta por nosotros y lo puedo demostrar. Pero hablo de la persona porque como es un tripartito hay otros detrás con los que se puede hablar y están en sintonía. Pero la cabeza pensante la lleva un partido político que no nos representa y que no está con nosotros.
-¿Y con el Gobierno central?
-En el Gobierno central dependemos del Ministerio de Transición Ecológica y como dice el nombre no estamos en sintonía. Hace una semana tuvimos el congreso nacional de regantes de España, con más de mil presidentes de comunidades de todo el país, y la ministra declinó la oferta para asistir. Envió al tercero o cuarto de la fila. No está en sintonía. Tardó más de un año en recibir el presidente nacional. Después de verse con todos no tuvo más remedio que llamarnos a nosotros. Se rigen por unas consignas determinadas; son sectarios.
-¿Qué problemas hídricos arrastra la Comunitat?
-Siempre tenemos déficit. Hace dos años tuvimos que apretarnos el cinturón. Hay ciclos de diez años con dos o tres sequía, otros tantos boyantes pero luego llega otra vez la sequía. Hay que estar un poco a la expectativa. Alicante es distinto porque nunca han tenido agua.
-Ahí están los trasvases.
-El del Júcar-Vinalopó tras diez años se ha puesto en marcha. Pero tanto el Estado como la Generalitat han tenido que meter dinero. Se hizo una infraestructura faraónica y está parada. Puede que la pongan en marcha pero habrá que ver si los números salen. Si los precios no compensan tendrá que verse cuál es el futuro. Hay que tener en cuenta el precio del agua que puede pagar el agricultor. Por ejemplo, la desalada es inasumible para los que se dedican al campo.
-¿Y el del Segura?
-Es una obra vital y gracias a eso hay riqueza. Si no se hubiera hecho hace 40 años todo sería un secarral. Ahora es un caso político, que no económico, porque los regantes pagan el agua y no barata. El problema es simple: No nos dan agua. Si eso se cierra será un desastre. En España se tendría que haberse hecho una canalización como una autovías del agua tener unos canales que se interconectaran para atender todas las necesidades. Porque tenemos problemas de agua y si no fuera por los pantanos no podrían vivir las casi 50 millones de personas en este país.
-¿Qué le parece el Plan Hidrológico del Júcar?
-El plan del Júcar se va a aprobar si o sí por el sistema de votos. El 70% los tiene la administración autonómica y la central. No puede ser que el regadío tenga el 70% del consumo y únicamente el 30% de los votos. Aunque votáramos los regantes en contra se iba a aprobar igual. Si nosotros pagamos el 70% de los gastos pero solo tenemos el 30% de sufragios aquí pasa algo. Estamos en contra y se lo dijimos pero por hacerlos callar votamos a favor, Nos prometieron el oro y el moro y sabemos que no lo van a cumplir. Fueron miles de millones. Veremos que pasa.
-¿Qué pasa con la modernización de regadíos de la Acequia Real del Júcar?
-Algo parecido. Tendría que estar modernizada toda la acequia real en 2009 pero estamos en 2022 y sólo se ha ejecutado un tercio y el resto continúa sin ponerse en marcha. Como el Estado no tiene dinero y no puede hacer las obras, una parte las va a sufragar la propia Acequia Real. Ahora el Gobierno pretendía vender una parte de agua para poder hacer frente a estas infraestructuras. Creo que si te has comprometido con la modernización, pues hágase.
-¿Qué le pediría al Gobierno?
-Al Gobierno le pediría que valgan los productos del campo. Si no valen, es absurdo hacer nuevas infraestructuras hídricas. Estaríamos perdiendo el tiempo porque la situación actual no se puede mantener. Estamos vendiendo a pérdidas. Si se consiguiera eso, los agricultores se podrían quedar y habría un futuro para la agricultura. Si no es así es absurdo meter miles de millones. Hay que empezar la casa por el suelo, porque los productos valgan algo. Si no es así que paren, que no gasten nada.
-Pero en el comercio la fruta está cara.
- El consumidor está pagando bien pagadas las frutas. El problema es que en el campo los precios son muchos más bajos. Ahora mismo estamos vendiendo por debajo de coste, trabajamos a pérdidas. Si con lo que le pagan el agricultor tiene que aclarar, sulfatar. podar... Así no se cubren los gastos. Este año recogerá la fruta porque la tiene ahí pero el que viene es ya otro cantar. No se puede seguir vendiendo a pérdidas. Un año puedes perder dinero, incluso dos, pero al tercero ya no vas al campo.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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