Sánchez se desdice y apoya ahora mantener el trasvase Tajo-Segura

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, consiguió hace dos semanas enfadar a su partido en Murcia al mostrarse contrario a los trasvases. El domingo consiguió también disgustar a los socialistas castellano-manchegos.

Sánchez se desdijo el pasado domingo de las afirmaciones realizada en Albacete una semana antes. Así, el líder socialista se comprometió a mantener las infraestructuras hídricas existentes, entre ellas el Trasvase Tajo-Segura. En una reunión previa, los regantes urgieron al líder socialista a que mostrara en público su respaldo a las transferencias de agua.

El cambio de opinión no ha sentado nada bien en Castilla-La Mancha, especialmente entre sus compañeros de partido. El presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, afirmó que los ciudadanos castigan «la incoherencia, la contradicción y el zigzagueo».

García-Page recordó que Sánchez expuso con «mucha claridad» que prefería un planteamiento que apostaba por la desalación y que el trasvase fuera «la excepción o tendiera a desaparecer», si bien ha considerado que «todo el mundo está expuesto a las tácticas del momento y del sistema electoral».

García-Page consideró que «se ha tardado mucho tiempo en España» en asumir la necesidad del uso de las desaladoras y afirmó que los gobiernos nacionales del PSOE «han apostado con mucha determinación por la alternativa de la desalación frente a los trasvases».

Por ello, recalcó que no tiene duda de que «el fin del trasvase es una cuestión de tiempo y, si quieren, de peso», ya que ha opinado que es un razonamiento que cae por su propio peso y recordó la propuesta del Gobierno regional de que el agua desalada cueste lo mismo que el agua del trasvase.

En este sentido, manifestó que si debe decidir entre los intereses de los castellanomanchegos y los del PSOE, «que nadie tenga duda» de que pondrá «por encima los intereses de Castilla-La Mancha».