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Un menor de edad en una máquina de vending de bebidas energéticas. José Luis Bort

Sanidad cumple un año sin avanzar en la prohibición de bebidas energéticas a menores

El conseller se comprometió a estudiar «muy seriamente» la restricción de estos productos pero el tema sigue aparcado

José Molins

Valencia

Miércoles, 16 de octubre 2024, 00:39

El consumo excesivo de bebidas energéticas supone una amenaza para los menores de edad por los problemas de salud que pueden causar su alto contenido ... en azúcares, cafeína y otras sustancias estimulantes, que incluso crean adicción. Hace justo un año, el 17 de octubre de 2023, el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, se comprometió a «estudiar muy seriamente, de forma sensata y serena, la restricción de las bebidas energéticas a menores si procede», según dijo públicamente. Pero 365 días después la situación sigue en el mismo punto. El tema está aparcado.

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Desde la conselleria sostienen que no se hizo ningún anuncio, sino simplemente se mostró una intención de estudiar la situación, y por eso no se han producido avances. Están a la espera de que el Gobierno central marque alguna directriz sobre la que regirse en el resto de comunidades. La iniciativa de analizar desde el gobierno valenciano este problema social partía del camino que había comenzado la Xunta de Galicia, que sí llevó al parlamento autonómico la restricción de las bebidas energéticas a menores de edad.

Se hizo público un anteproyecto de ley de prevención de conductas adictivas, pero ni siquiera en esta región un año después ha habido novedades. La ley en sí no está ni aprobada ni en marcha en Galicia y un conflicto de competencias está haciendo que esta norma pionera en España se retrase. También está paralizada. Y tampoco se ha materializado en ley aún en Andalucía, la segunda comunidad que se mostró decidida a prohibir la venta a menores.

Esta intención de regulación afecta a las bebidas sin alcohol que contienen sustancias estimulantes como la cafeína, la taurina, la L-carnitina, la glucuronolactona, las vitaminas del grupo B y otros ingredientes a base de plantas como el ginseng o el guaraná. Según el último estudio del Plan Nacional sobre drogas en 2023 del Ministerio de Sanidad, el 45% de los chicos entre 14 y 18 años consumen estas bebidas energéticas y un 42% lo hacen ya con 12 y 13 años. Son muy populares, crean adicción e incluso un 20% de estos menores las mezcla con alcohol cuando están en una fiesta.

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Sus efectos en la salud pueden ser peligrosos, sobre todo en gente tan joven. Sus altas dosis de cafeína, más el azúcar que contiene, puede provocar alteración del sueño y afectación cardiovascular y psicológica. Incluso con dos o tres botellines en un corto espacio de tiempo son habituales los casos de aceleración del ritmo cardiaco y la aparición de taquicardias o arritmias, además de otros cuadros como ansiedad o epilepsia.

Sin embargo, pese a todos estos condicionantes, estas bebidas energéticas se pueden comprar fácilmente en los supermercados, tiendas o máquinas de vending. Las recomendaciones generales actuales del Gobierno sobre la venta y consumo de bebidas energéticas se incluyen en el apartado de obesidad infantil, que hace referencia también al resto de bebidas azucaradas. Pero por el momento no se establece una regulación específica para estos productos.

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