daniel guindo
Lunes, 15 de marzo 2021, 00:15
Las vacunas de AstraZeneca venían generando cierto recelo en la Comunitat porque, según trasladó personal sanitario a LAS PROVINCIAS, causaban más efectos secundarios, y más intensos, que las de Pfizer o Moderna (náuseas, fiebre, malestar, dolor de cabeza...), pero nada especialmente grave. Sin embargo, las alarmas se encendieron el pasado jueves, cuando la Dirección General de Sanidad de Dinamarca suspendió durante 14 días la inoculación de la vacuna de este laboratorio tras registrar «graves casos de trombos» en personas que la habían recibido, incluida la muerte de un paciente. Sólo unas horas después de la decisión de las autoridades sanitarias de Copenhague, Noruega e Islandia también frenaron de golpe la inoculación de cualquier vial de AstraZeneca. España no siguió ese camino, pero la Comunitat, al igual que otras autonomías como Cataluña, Asturias, Castilla y León y Andalucía, decidieron apartar el lote sobre el que había sospechas como una medida preventiva. Sin embargo, la decisión se adoptó después de que la Conselleria de Sanidad hubiese administrado ya 7.700 de las 23.850 dosis que componían la partida.
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Al respecto, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, señaló ayer en relación a este lote de AstraZeneca que, en la Comunitat, «simplemente se ha dejado de suministrar, pero momentáneamente, porque ni la Agencia Estatal del Medicamento, ni la agencia europea ni la Organización Mundial de la Salud ven ningún problema para seguir administrándola», por lo que su aplicación «se retomará en el momento que consideren que técnicamente puede hacerse, porque no hay ningún problema«.
En esta línea, la titular del departamento autonómico quiso lanzar un mensaje de calma. «Todas las personas que van a vacunarse tienen que estar con tranquilidad, está todo bajo supervisión, se está controlando perfectamente. La vacuna AstraZeneca es tan buena como el resto de vacunas». Asimismo, insistió: «Mucha tranquilidad y confianza total porque las vacunas son seguras, han pasado por todas las evidencias y pruebas científicas para poder conseguir su autorización. Por tanto, muchísima tranquilidad y muchísima confianza en el sistema sanitario y también en las vacunas que ahora mismo se están administrando«. La consellera, pese a ello, trató de explicar también por qué se paralizó su administración. »En el momento en el que apareció la noticia nos pareció oportuno ese aplazamiento, pero no hay ningún problema, incluso entre las 7.700 personas vacunadas no se ha detectado ningún caso ni ninguna reacción adversa«. Insistió en que el número de dosis que se recibió de ese lote »son 23.850 dosis y se han administrado 7.700, el resto se ha quedado –paralizado– momentáneamente, pero empezaremos inmediatamente a administrarlas«.
Desde la Conselleria de Sanidad no han llevado a cabo un seguimiento especial de estas casi ocho mil personas vacunadas con el lote cuestionado de AstraZeneca, puesto que no ha sido necesario. «Las personas que se vacunan son ellas mismas las que, si tienen algún síntoma que no sean las reacciones propias de la vacuna, se ponen en contacto con el sistema sanitario para recibir una respuesta, pero no tenemos ningún conocimiento de que con ese lote se haya producido alguna reacción adversa distinta a las normales«, subrayó Barceló.
Precisamente tras conocer las noticias que llegaban desde Dinamarca, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) intentó frenar la escalada de desconfianza con un comunicado en el que aseguraba tajante que no hay evidencias de que el «número de tromboembolias en individuos vacunados» sea «mayor que el observado en la población general». Pero para entonces, otros seis países europeos (Austria, Letonia, Estonia, Lituania, Luxemburgo e Italia) habían suspendido –o estaban a punto de hacerlo– la administración del lote de AstraZeneca, tras detectar las autoridades austriacas dos trombos graves anteriores a los notificados en Dinamarca. En uno de los casos, el tapón sanguíneo provocó una muerte diez días después de la inoculación y en el otro, el paciente tuvo que ser ingresado con una embolia pulmonar al poco de ser pinchado. Ese lote tenía un millón de dosis y fue repartido por 17 países de la UE, entre ellos España. En Italia, la retirada del lote se produjo después de la muerte de dos personas en Sicilia.
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El Ministerio de Sanidad ya informó de que no ha identificado efectos secundarios imprevistos ni en la vacuna de AstraZeneca ni en las otras dos que se están inoculando, la de Pfizer y la de Moderna. Hasta ese momento, el ministerio había distribuido entre las autonomías un total de 1.700.500 dosis de AstraZeneca, aunque solo se han inoculado algo más de 725.000, ya que las comunidades están haciendo reservas estratégicas para poder garantizar el segundo pinchazo. «En España no hay ningún caso de trombo relacionado con la vacuna, solo efectos menores», intentó tranquilizar la titular de Sanidad, Carolina Darias, quien pidió «prudencia».
La Comisión de Salud Pública acordó que esta profilaxis desarrollada por la Universidad de Oxford se reservara en España para personal esencial y otros profesionales, aunque siempre menores de 55 años, por la falta de estudios clínicos previos sobre la efectividad de esta fórmula entre las personas de más edad; otra de las cuestiones que ha generado desconfianza.
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Aunque en España no se han detectado casos graves vinculados con esta profilaxis, lo cierto es que es la fórmula que más contratiempos está causando a pesar de la juventud de los inoculados. De hecho, hace un par se semanas el Ministerio de Sanidad recomendó tomar un gramo de paracetamol antes de recibir la profilaxis de AstraZeneca, así como seguir ingiriendo el analgésico cada seis horas si aparecen efectos secundarios leves tras la inoculación de esta fórmula.
Los expertos del departamento que dirige Darias cambiaron el protocolo para introducir el uso del paracetamol al constatar que son numerosos los casos en que las personas inoculadas durante las 24 horas posteriores al pinchazo sufren efectos secundarios similares a los de una intensa pero breve gripe.
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En sólo seis días se vacunará a 116.032 docentes y el resto de personal de los centros educativos en 23 municipios distribuidos por todo el territorio de la Comunitat. Así lo anunció ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una visita al hospital de campaña de La Fe acompañado por el conseller de Educación, Vicent Marzà, y la titular de Sanidad, Ana Barceló. Precisamente en este centro provisional hoy arrancará la campaña de vacunación de estos profesionales, mientras que Puig destacó que todo está preparado para comenzar hoy la inmunización.
Este proceso servirá de ensayo general de la vacunación masiva que comenzará en abril. En concreto, entre hoy y el jueves se pondrá la primera dosis a 74.000 personas. Se empezará por Valencia y se seguirá por el resto de municipios de la provincia. La semana siguiente se administrarán 42.032 dosis en Castellón y Alicante entre el viernes y el sábado.
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En la provincia de Alicante serán nueve los municipios en los que se vacunará: Dénia, Benidorm, Alicante, Sant Joan d'Alacant, Alcoi, Elda, Elx, Orihuela y Torrevieja. Se pondrán 39.780 dosis entre el jueves de esta semana (el 18 de marzo), y el viernes y sábado de la próxima semana (26 y 27 de marzo).
En la provincia de Castellón serán tres los municipios en los que se vacunará: Castellón, Vila-real y Vinaròs. Se pondrán 14.081 dosis entre el jueves de esta semana y el viernes y sábado de la próxima (26 y 27 de marzo), tal y como confirmó el presidente en su visita al hospital de campaña.
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