Sanidad propone una jornada de 35 horas sin fines de semana pero los sindicatos deciden hoy si hacen huelga

La cuerda se está tensando y este miércoles los seis sindicatos van a reunirse para establecer una postura común, unitaria, con la que negociar con Sanidad. En ese encuentro van a plantear las primeras protestas, con un calendario de acciones que, si no hay acuerdo con el gobierno valenciano, van a ir 'in crescendo'. Hasta el punto de que no descartan llegar a la huelga más adelante, como ya ocurrió en tres ocasiones con el Botánico. De hecho, este miércoles ya van a pasar a la acción y están previstas protestas por parte de los sanitarios ante la visita que el conseller hará al hospital General de Elche para presentar al nuevo equipo directivo.

Gómez sigue argumentando que no hay dotación presupuestaria que respalde esa reducción inmediata a las 35 horas semanales y que por tanto el acuerdo del 8 de marzo es nulo. «Era un acuerdo de reducción de jornada, de forma paulatina de 11 días hasta el 2025. La consecuencia de esa reducción de jornada dividida por semanas eran 35 horas semanales», explica. La conselleria actual lo que pretende es «un acuerdo de 35 horas para el personal fijo de mañanas de centros de salud, consultas externas, hospitalización y administración. De 8 de la mañana del lunes a 3 de la tarde del viernes. Y el personal de turno rodado, bajarle la jornada anual en la base proporcional que se le baja de las 35 horas», expone el titular de Sanidad.

El conseller defiende por tanto que su propuesta es «un acuerdo real de 35 horas semanales, no de 11 días menos» pero que entraría en vigor en enero de 2025, a lo que los sindicatos se niegan. Por parte de CC.OO., Rosa Atiénzar señala: «No necesita renegociar el acuerdo, sino consignar un presupuesto para aplicarlo, ya que los de 2024 no se han aprobado aún, están en trámite y en plazo de enmiendas, es cuestión de voluntad. Pero no trae ninguna propuesta. Para cumplir el acuerdo hace falta voluntad política, si no hay dotación presupuestaria que la haga», apunta, y añade que el acuerdo de las 35 horas tiene «un calendario de ejecución para que se tenga en cuenta en los presupuestos», dice la representante de los trabajadores.

Pese a las actuales diferencias, el conseller es optimista y considera que las posturas se acabarán encontrando. «Estoy convencido de que llegaremos a un acuerdo, de la responsabilidad de los trabajadores, de los sindicatos y de nuestra voluntad de intentar llegar a un equilibrio entre las necesidades de la ciudadanía, que es lo primero, y los derechos de los trabajadores. Y será así por la responsabilidad y profesionalidad de ellos y nuestra voluntad de acuerdo, vamos a dialogar con todos, nos va a llevar a esto», ha comentado.

Aunque insiste en el aspecto económico. «Estoy por la labor de que el 1 de enero de 2025 se empiece ya con las 35 horas semanales, pero no vamos a firmar ningún acuerdo sin dotación presupuestaria», indica Marciano Gómez. Hay que recordar que la implementación de este acuerdo (que lleva incluidas más medidas organizativas y salariales para los sanitarios) conllevaría la necesidad de que la Generalitat contrate a 2.000 sanitarios en los dos próximos años ante la reducción horaria de la plantilla.

Pero esta situación para Atiénzar supone «una oportunidad» de renovar las plantillas. «La jornada de 35 horas rejuvenece la plantilla y permite un incremento de personal, hace más atractiva la oferta, ya que en las comunidades limítrofes ya la tienen aplicada y no podemos competir. Es una oportunidad para incrementar la plantilla y retener talento, que no se marchen los sanitarios de la Comunitat», señala la responsable de CC.OO, que sostiene que el conseller «no está siendo claro» y lo que pretende es «anular el acuerdo» que se firmó en la anterior legislatura pero no se llegó a publicar en el BOE.

En esos acuerdos del 8 de marzo y 23 de diciembre se incluían, además de las 35 horas semanales, otras medidas para la Atención Primaria, como la mejora salarial de las plazas de auxiliar administrativo, así como la mejora del SAMU, que en muchas ocasiones no tiene personal suficiente, sobre todo conductores para salir a la calle. Incluía también el topaje de agendas en los 35 pacientes, medidas para desburocratizar las consultas, refuerzos para absorber el exceso de demanda, así como incrementar la plantilla en Primaria para garantizar un número máximo de tarjetas SIP por médico, que lograba disminuir los actuales ratios, tanto con los médicos como para las enfermeras. También mejoraba la autoorganización y aumentaba la capacidad gestión de cada centro.