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El consumo de marihuana sintética entre jóvenes valencianos es ya una preocupación a nivel sanitario y no sólo de los terapeutas que ayudan a salir del pozo a los afectados. La Conselleria de Sanidad ha comenzado a hacer un seguimiento exahustivo desde verano sobre la incidencia particular de esta droga en la población, diferenciándola de los informes generales de adicciones que se vienen elaborando sobre las conductas adictivas relacionadas con el cannabis.
Así lo expusieron fuentes del departamento autonómico a consultas de este diario sobre los problemas de salud y dependencia que está generando este estupefaciente más potente que la marihuana natural. Cabe recordar que a principios de la semana pasada un joven de 26 años pereció en un incendio que se declaró en un laboratorio de esta droga ubicado en un piso de San Marcelino, en Valencia.
Según fuentes de la Conselleria de Sanidad, en junio se incorporó el cannabis sintético en el Sistema Información para las Evaluación de la Calidad Asistencial en Drogodependencias (SECAD). El objetivo es que las Unidades de Conductas Adictivas y Unidades de Alcohología, las UCAS repartidas por toda la región, puedan notificar y posteriormente elaborar el indicador de tratamiento ante el consumo de marihuana sintética en la Comunitat.
De momento, Sanidad no dispone de datos que permitan diferenciar la evolución de la adicción a este estupefaciente de la del cannabis en general. En este último caso, se aprecia un preocupante incremento, especialmente en menores y jóvenes, y se trata ahora de conocer hasta qué punto el consumo de marihuana sintética puede ser la causa de que las cifras se hayan disparado en el último año.
Desde 2016, las adicciones al cannabis están creciendo en la Comunitat. En el último año medido, 2018, fueron casi 1.800 las personas que acudieron a la sanidad pública para desintoxicarse. Pero atención. Son sólo los que dieron el paso tras admitir su adicción. Obviamente, la bolsa real de adictos podría ser muchísimo mayor.
El cannabis se está cebando con los jóvenes. En el último año creció de manera muy significativa la franja de adictos menores de edad: iniciaron tratamiento casi 500 frente a los 431 de 2017. También aumentó el número de nuevos toxicómanos de entre 18 y 34 años: 861 en todo 2018. Por contra, descienden las adicciones en edades más adultas. Dicho de otro modo, es el consumo juvenil el que está disparando las adicciones al cannabis.
Tal y como avanzó este diario, los datos sobre intervenciones de drogas que maneja el Ministerio del Interior sitúan a la Comunitat como principal foco en la distribución de esta droga cuya elaboración causó la muerte de un joven en un laboratorio clandestino de Valencia y sigue generando nuevas y graves adicciones entre menores de la ciudad.
De acuerdo con las fuentes gubernamentales, en 2017, el último año del que existen datos completos, la Guardia Civil y la Policía Nacional se incautaron de 10.000 gramos de cannabinoides sintéticos en la Comunitat. Nuestra región, añade un portavoz de Interior, «es el único punto de España donde hubo intervenciones significativas de esta droga», lo que permite concluir que su incidencia aquí es elevada.
Miguel Rubio, psicólogo y responsable del Área de Prevención de la Fundación A. Miguel Roca-Proyecto Hombre en Valencia, ha encendido las luces de alarma sobre esta sustancia que se fabrica rociando hierbas secas con cannabinoides sintéticos. Sitúa el 'boom' de la droga en la Comunitat a partir del verano del año pasado. Desde septiembre, y hasta el final de 2018, Proyecto Hombre atendió a 14 jóvenes que acudieron al centro con intención de desintoxicarse. A lo largo de este año son ya 22 los adictos auxiliados, la inmensa mayoría, menores.
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