La Comunitat Valenciana encadena otro récord con más de 7.800 contagios en un día

La Comunitat volvió a registrar ayer cifras catastróficas, con un alarmante incremento de contagios, hospitalizaciones e ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), marcando nuevos récords desde que se inició la pandemia. No hay que irse muy atrás para encontrar los picos anteriores: se registraron el viernes en todos los parámetros citados. La factura de la Navidad, de los incumplimientos o de la falta de medidas más contundentes nunca se podrá pagar. Lo más costoso, las vidas. Ayer se perdieron 16 más.

Según los datos facilitados por la Conselleria de Sanidad -la actualización de las últimas 24 horas- se detectaron 7.875 nuevas infecciones confirmadas por pruebas PCR o de antígenos. Otro máximo histórico que destroza el anterior, del viernes, cuando se notificaron 7.497. Y ya van cuatro récords en enero. El balance de contagiados desde el inicio de la pesadilla rompe otra barrera psicológica, la de los 200.000. Ya suma 204.841 afectados.

Además, el virus acabó con la vida de 16 personas más, por lo que el total de defunciones asciende a 3.560. El parámetro más macabro fue también el más contenido ayer: menos casos que el viernes y lejos del medio centenar largo de los días previos.

Los coletazos de los festejos navideños (el periodo comprendido hace pensar en la influencia de las reuniones o la movilidad relacionada con el Día de Reyes) también están provocando una elevada presión asistencial, situando a la red sanitaria en el peor momento de la crisis en cuanto a pacientes Covid.

Los hospitales valencianos contaban ayer con 3.216 personas ingresadas, lo que supone 154 más que las notificadas en el balance anterior. Y de estas 467 ocupaban camas de Unidades de Cuidados Intensivos (+12).

El incremento de las hospitalizaciones ha llevado al colectivo sanitario a dar, por enésima vez, la voz de alarma. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, actualizados el pasado viernes (y por tanto haciendo referencia a la situación del jueves), el 30,35% de las plazas hospitalarias están ocupadas por pacientes Covid, porcentaje que se eleva al 48,09% en el caso de las UCI. Ninguna autonomía presenta semejantes niveles. El informe estatal arroja más datos funestos. Entre los días 8 y 15 fallecieron en la Comunitat 211 personas. La segunda región de la lista, y bien lejos, es Andalucía, que no se puede comparar a nivel demográfico (108). Respecto a la incidencia acumulada, los contagios diagnosticados por cada cien mil habitantes en las últimas dos semanas, se eleva a 760, registro sólo superado por Castilla la Mancha y Extremadura.

La Conselleria de Sanidad también informó ayer de la detección de 21 brotes nuevos, dos en la provincia de Alicante y 19 en la de Valencia. Todos, excepto dos, tuvieron un origen social. El más grande afecta a 16 personas y se produjo en un centro de trabajo.

Más allá de la disparidad entre autonomías, la realidad es que el país encara el ascenso a la tercera ola en una situación muchísimo más delicada que a mediados de octubre, cuando se asomaba la segunda. España se enfrenta a un tsunami infectivo con el 'talón de Aquiles' de cualquier pandemia, el sistema asistencial y hospitalario, en una situación de alerta extrema. El punto de partida es demasiado alto.

La gran preocupación en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias más allá de los nuevos casos -el viernes se marcó récord, con más de 40.000- estriba en los indicadores asistenciales, que avisan desde finales de diciembre que España se dirige de cabeza a la saturación de muchos de sus hospitales si la situación no se embrida a muy corto plazo.

A pesar de que comenzó su lenta escalada hacia la tercera ola apenas salió de la anterior en la segunda semana de noviembre, el sistema había aguantado sorprendentemente bien. De hecho, en fechas tan tardías como el día de Nochebuena el país todavía estaba marcando mínimos de la segunda oleada con 'sólo' 10.744 ingresados en los hospitales, o un porcentaje de ocupación de las UCI inferior al 20%, una proporción que no se veía desde mediados del mes de octubre. Actualmente roza el 30%. Pero a partir de la Navidad todo ha cambiado en la red asistencial. Y de forma demasiado radical.