Sanidad retrasa hasta el fin de la pandemia asumir la gestión de las resonancias y Dénia

valencia. La consellera de Sanidad, Ana Barceló, señaló ayer el relación al servicio de resonancias magnéticas que presta Eresa, cuyo contrato expiró el 1 de noviembre de 2018, que cuando el departamento que lidera disponga de «más tiempo» a causa de la pandemia podrá acometer la reversión de la actividad y que ese servicio pase a la gestión pública. La conselleria, a finales de 2019, tenía previsto asumir la realización de las resonancias en el primer trimestre de 2020, pero la expansión del virus obligó a cambiar los planes. Del mismo modo, sobre la reversión del hospital de Dénia señaló que «sigue igual que la dejamos antes de la pandemia» ya que tras el rechazo de la concesionaria a la oferta del Consell, «no hemos movido las posiciones». «Después de la pandemia se retomarán las conversaciones pero hasta entonces no ha habido un acercamiento de posturas», indicó.

Barceló también explicó que no todos los trabajadores de las distintas concesionarias que volverán a la gestión pública tienen por qué subrogarse bajo la misma fórmula, sino que su departamento se está «planteando distintos escenarios», aunque no detalló ninguno de ellos.

Por otra parte, la consellera aseguró que el retraso del grupo Ribera en entregar la documentación requerida sobre el departamento de Torrevieja «no afectará» a la reversión del área de salud aunque obligará a su departamento a «trabajar más intensamente y más rápidamente para poder llevarla a cabo». Explicó que «esas normas lo que permiten es tener la información para planificar la reversión y esa información es la que Ribera Salud no facilita a la Conselleria de Sanidad». Por eso, aclaró que «no es posible en estos momentos mantener reuniones para planificar esa reversión» porque «no sabemos cuántos profesionales tenemos, de qué categorías profesionales y cuáles y qué duración tienen sus contratos».