Sanidad no sustituye a la mayoría de profesionales con bajas de corta duración, lo que provoca saturación y retrasos

En teoría se debería cubrir cada baja desde el primer día de ausencia, pero lo cierto es que en la mayoría de centros no llega un sustituto hasta al menos el cuarto o quinto día, con suerte, y muchas veces incluso más tiempo, o no llega a incorporarse nadie porque regresa antes quien estaba enfermo tras su tiempo de baja. Aunque esta situación afecta a todos los profesionales, Sanidad tiene más recursos para solucionarla en los puestos de enfermeros y auxiliares, porque sí tienen bolsa de trabajo de gente disponible para incorporarse de inmediato para hacer una sustitución, algo que no sucede con los médicos, ya que no hay facultativos desempleados con capacidad para trabajar sólo unos días en un centro cubriendo una baja corta.

En el último Consejo de Salud de la Comunitat, que es el órgano superior colegiado de carácter consultivo de participación ciudadana, diversos alcaldes y representantes municipales mostraron sus quejas a Sanidad porque en los centros de salud no se estaba sustituyendo al personal sanitario que se encontraba de baja. Estas ausencias cortas engloban las bajas laborales de corta duración, los días de libre disposición que le corresponden a cada profesional o los permisos y vacaciones que ya estaban pedidos con antelación. Desde el sindicato UGT exigieron a la Dirección General de la conselleria que las ausencias se debían cubrir siempre que hubiera gente disponible en la bolsa de trabajo, pero aún así denuncian que Sanidad continúa sin cubrir las bajas pese a poder hacerlo y evitar la saturación.

Incluso en las bajas más largas, aunque estén previstas, como puede ser el caso de una maternidad, las sustituciones sí que llegan pero igualmente tardan una media de cinco días en realizar los trámites burocráticos y dar la autorización para que se pueda incorporar el nuevo profesional que cubrirá su ausencia. Primero se debe autorizar la sustitución desde la gerencia del departamento de salud y luego desde recursos humanos a través de la bolsa de trabajo tiene que llamar a los candidatos en la lista.

Sindicatos como CCOO critican que aunque hay procedimientos para agilizar estos trámites y que se puedan resolver incluso el mismo día, no se utilizan y suelen pasar esos cinco días o hasta casi dos semanas sin contratar a un sustituto, con el perjuicio que causa para los profesionales y los pacientes. Además, si la baja se produce fuera de horario laborable matinal, por ejemplo por la tarde o un fin de semana o festivo, no se pone en marcha el mecanismo de búsqueda de sustitución del profesional hasta el siguiente día laborable.

La situación es generalizada en los departamentos de salud de la Comunitat y los trabajadores se quejan de que les crea continuos problemas de exceso de horas, para poder llegar a atender a la demanda asistencial. Ya de por sí las plantillas son cortas, si encima casi diariamente hay bajas que no se cubren durante varios días, los sanitarios deben alargar su jornada para ver a los pacientes. No obstante, en algunos departamentos destacan que el atasco se produce generalmente porque los centros necesitan que la Seguridad Social (INSS) envíe la baja del trabajador enfermo, y hasta que ese documento no llega, que puede tardar diez días, no se busca al sustituto.

Una baja laboral corta es la de menos de 10 días de ausencia, y en esos casos suele resultar muy complicado que Sanidad ponga un sustituto, ya que los trámites necesarios se alargan en el tiempo, entre tres y cinco días como mínimo hasta que se empieza a llamar a los candidatos de la bolsa. Para el resto de bajas más largas, como operaciones, maternidad, etc, se cubre la ausencia pero siempre unos días después de que el profesional se haya ausentado.

Esta sobrecarga de trabajo que produce afecta al personal sanitario y las que más quejas han llevado a cabo son las enfermeras, dado que hay gente para cubrir las bajas, por eso muchas han dicho basta. En la Comunitat el año pasado se marcharon 440 enfermeras a otras comunidades españolas o países extranjeros, la mitad de ellas en la provincia de Valencia, en busca de mejores condiciones laborales.

Ya de por sí la región tiene uno de los ratios de enfermeros por cada 1.000 habitantes más bajos de España, con sólo 5,54 profesionales, por debajo de la media nacional (6,31). Sólo Andalucía, Galicia y Murcia empeoran esas cifras, según el informe que se ha presentado este jueves del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España. De ellas, en 1,54% de las enfermeras valencianas se marchan a otras comunidades españolas o países extranjeros en busca de mejores condiciones laborales. «La razón principal para esta elevada movilidad no es otra que la precariedad laboral que vive el sector y dentro de ella la temporalidad y las malas condiciones laborales. La temporalidad entre las enfermeras no baja del 30% y pese a las OPE de estabilización, sigue siendo un lastre», señala Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.