Un turista francés señala dónde comenzó el fuego en Adzubia. iván arlandis

El sector turístico prevé un descenso de las reservas al arder el enclave natural

Las casas rurales se encuentran llenas de visitantes este agosto que escogen este lugar por sus rutas senderistas y por la tranquilidad

A. Talavera

Martes, 16 de agosto 2022, 00:34

Pequeños municipios rodeados de montañas. Tranquilidad y naturaleza. Éste es el encanto Les Valls, en el interior de la Marina Alta, donde el turismo rural es una de sus principales fuentes de ingresos. El incendio que se inició el pasado sábado en la Vall d' ... Ebo está acabando con gran parte de la sierra y, por tanto, con el atractivo esencial de este punto donde acuden los amantes de la naturaleza y del senderismo de diferentes partes de Europa.

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Precisamente, durante este mes se nota el incremento de vecinos en cada una de las pequeñas aldeas que conforman está área de interior y que se ha visto afectada por el fuego. Localidades como Benialí, que durante el invierno apenas supera el centenar de habitantes, ahora triplica su población que ha tenido que ser desalojada como la del resto de municipios vecinos.

Muchas de las personas que han llegado al Espacio Vecinal de Pego son turistas, la mayoría extranjeros, que estaban pasando sus vacaciones en estos idílicos pueblos de interior y que se han visto sorprendidos por esta emergencia.

El turismo rural es esencial en esta área y son muchas las casas rurales que se encuentran en cada uno de los pueblos. Tanto los propietarios como los hosteleros que se ven beneficiados de las visitas de los turistas temen que el fuego pueda afectarles en las próximas temporadas vacacionales.

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«Habrá que esperar a ver cómo acaba pero si lo arrasa todo tendremos un problema», comenta Antonia Ivars, propietaria de dos casas rurales en Adzubia mientras observa como frente al pueblo el fuego no para de avanzar.

Antonia ha tenido que acudir a las casas para limpiar toda la ceniza que se había acumulado en las terrazas. Ambas viviendas están ocupadas en estos momentos por turistas extranjeros que se han visto sorprendidos por el fuego.

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«Anoche fue increíble, las llamas estaban muy cerca», recuerda Bernardo, un turista francés mientras recoge sus enseres para volver a su casa con antelación ante el avance del incendio.

También se lamentan en la Vall d'Ebo donde el turismo es su principal fuente de ingresos. «Esta zona tiene un alto valor y en agosto y septiembre viene mucha gente. Pero ahora no tendrán ganas de ver este espectáculo, con todo negro», subraya la alcaldesa de la localidad alicantina, Leonor Jiménez.

En este pequeño municipio donde han ardido unas 4.000 hectáreas del término el drama también se extiende al sector agrícola ya que muchos de los terrenos que se han quemado son de cultivos que rodeaban el pueblo. De esta forma, la producción de manzanos y olivos mermará agravando la crisis del sector agrícola.

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Otros visitantes europeos se han visto sorprendidos por la magnitud de este incendio en su primer día por la zona. Es el caso de unos jóvenes italianos de ruta por Alicante que querían ir a Benialí y han comprobado que las carreteras estaban cortadas por la Guardia Civil.

No sólo los dueños de los alojamientos temen que este gran incendio cause pérdidas en sus negocios, también los establecimientos hosteleros de la zona que se favorecen de los visitantes.

«Es horrible lo que está pasando, va a afectar mucho al turismo porque aquí vienen muchos senderistas que conforme está ahora la montaña no vendrán», comenta la gerente de una heladería de Pego.

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Toda la sierra de Les Valls se ha teñido de negro dejando un panorama desolador ya que los pequeños núcleos habitados que lucían rodeados de naturaleza ahora lo hacen entre las cenizas de una tragedia natural que tardará mucho en recuperarse.

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