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Uno de los proyectos estrella del Consell para esta legistatura, el seguro de salud para mascotas, va tomando forma. La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras ... y Territorio trabaja desde hace meses en una cobertura veterinaria «completa» para animales de compañía a un precio reducido, que oscilaría entre los 50 y 100 euros anuales, por debajo del coste de mercado (unos 150-250 euros de media). Este seguro permitirá cubrir las necesidades básicas de salud de los animales y, además, permitirá avanzar hacia el abandono cero, puesto que para acceder a esta cobertura, que será voluntaria, el propietario deberá tener identificada a la mascota mediante microchip. La conselleria está en contacto con compañías de seguros a nivel nacional e internacional para perfilar este producto, así como con los colegios de veterinarios de la Comunitat.
A la par, desde la Dirección General de Medio Natural y Animal de la conselleria que encabeza el Vicente Martínez, se está trabajando a través de un convenio con la Cardenal Herrera-CEU, y en especial con la Facultad de Veterinaria, para realizar un estudio de todos los seguros que existen en el mercado, así como de otras coberturas similares que se ofrecen en otros países. Reino Unido dispone de un seguro veterinario para mascotas que, según las fuentes consultadas, ofrece una buena base de trabajo, con coberturas para cirugías de urgencia (con un tope económico máximo), salud primaria (se incluirían las vacunas pero no los medicamentos) y otro tipo de cirugías motivadas por dolencias. «Queremos un producto completo», subraya a LAS PROVINCIAS el recientemente nombrado secretario autonómico de Medio Ambiente, Raúl Mérida, quien siendo director general de Medio Natural ya había considerado esta iniciativa «un aliciente para identificar a la mascota porque (los dueños) se van a ahorrar mucho dinero si lo identifican». Mérida remarca que, con esta cobertura, «se habrá dado un paso de gigante hacia el abandono cero», especialmente entre aquellos propietarios en los que no calan las campañas de concienciación, a los que «hay que hacerles atractivo que los identifiquen».
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A partir del estudio de las diferentes coberturas en el mercado, se elaborará un primer modelo de seguro. De ello se están encargando la directora del Hospital Clínico Veterinario de la Cardenal Herrera y el director de la facultad. Posteriormente, ese primer modelo se consensuará con diferentes entidades como los colegios veterinarios, colectivos de protección animal o entidades sociales. «A partir de ahí será cuestión de hacer números, pero el compromiso es que a finales de año haya un primer diseño, la primera maqueta de lo que va a ser ese producto», señala Mérida.
Se trata de un seguro «reembolsable» y se podrá elegir la clínica veterinaria a la que acudir. Cuando la mascota reciba atención veterinaria, el dueño pagará el servicio al especialista y el seguro le devolverá el dinero en menos de quince días.
Todavía queda por perfilar cómo se concretará la participación de la Generalitat, algo que se desarrollará durante 2025. La conselleria se ha inspirado en la experiencia de los seguros agrarios. Las coberturas de Agroseguro están incentivadas. Su coste no repercute al cien por cien en el agricultor, sino que están subvencionados por el Gobierno central, las comunidades autónomas y las organizaciones agrarias. El porcentaje que vendría a pagar el agricultor asegurado es del 55% de la póliza, según la memoria de Agroseguro.
El Consell ha puesto en marcha una serie de medias, como el seguro veterinario voluntario, para conseguir el abandono cero de mascotas. No existen datos fidedignos del número de perros, gatos y hurones sin identificar, aunque algunas protectoras señalan que el 90% de los perros que recogen en las calles no tienen implantado el microchip. Y eso que hace 30 años (desde 1994) que es obligatorio identificar a los canes. ¿Qué falla? Asociaciones como Modepran lo tienen claro: faltan campañas de control de identificación y sanciones. El secretario autonómico de Medio Ambiente, Raúl Mérida, coincide pero, consciente de la dificultad de que la Policía pueda poner en marcha campañas de este calibre, opta por «actuar» con otro tipo de iniciativas, como los seguros veterinarios.
Mérida apunta a otro culpable de esta situación: la aprobación de leyes sin establecer medios económicos. «En España muchas veces se hacen leyes pensando más en cómo van a quedar reflejadas sobre papel en un mundo utópico, como pasa con la ley de protección animal estatal (de 2023), que es utópica. Hacer una ley para no cumplirse es hacer daño a lo que tú quieres 'proteger'. La ley estatal es una ley de desprotección animal».
E igual de crítico se muestra con el anterior gobierno del Botánico, que aprobó la ley valenciana «con diez días de diferencia» de la estatal. «Porque un mes después había elecciones. ¿Les importaron los animales o los votos que daban los animales? Por eso hicieron una ley que era muy difícil que fuera compatible con la nacional. Y ahora ambas leyes hay que conjugarlas, hacerlas compatibles, y en eso estamos, en que no haya una inseguridad jurídica».
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