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Alumnos durante uno de los exámenes de la selectividad de hace un año, en la UPV. Iván Arlandis

La selectividad llega con las mismas facilidades y menos alumnado

Los estudiantes tendrán la máxima optatividad a la hora de elegir las preguntas a responder al mantenerse el modelo flexible de la pandemia

Joaquín Batista

Valencia

Lunes, 6 de junio 2022, 00:26

El martes empiezan las pruebas de acceso a la universidad, la tradicional selectividad, que recupera la máxima normalidad tras dos ejercicios marcados por la pandemia. Habrá menos alumnos que en años anteriores y se mantendrá la flexibilidad aprobada por el Gobierno y las comunidades autónomas, aplicada por primera vez en 2020.

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Pese a que la actividad lectiva se ha desarrollado con relativa normalidad, pues ha habido presencialidad total salvo aislamientos puntuales -entre no vacunados en la primera parte del curso- las administraciones han decidido continuar con un modelo que da más facilidades a los alumnos a la hora de elegir las respuestas de sus exámenes y que fue ideado cuando se tuvieron que enfrentar a las pruebas tras un trimestre sin clases presenciales. Seguirá vigente en 2023, cuando llegarán las últimas convocatorias tal y como se conocen en la actualidad.

La nueva prueba de acceso

El curso que viene la Ley Celaá llega a 1º de Bachillerato, que se tendrá que adaptar a las nuevas reglas en cuanto a organización, contenidos y metodologías, con un aprendizaje basado en competencias más que en contenidos. Los cambios afectarán a 2º en el 2023-2024, y será necesario rediseñar la selectividad en base a este nuevo enfoque.

El Gobierno ya trabaja en el nuevo modelo con la previsión de que se aplique en 2024. Se basará en ejercicios de ámbito más práctico, como en el informe PISA, y aunque no habrá examen único en España sí se prevé algo más de homogeneidad entre regiones.

Matriculaciones

La conselleria ha informado de que el número de estudiantes matriculados en las pruebas asciende a 22.511, una cifra ligeramente inferior a la registrada en las convocatorias de junio previas, que fueron de récord: 24.557 en 2021 y 23.979 en 2020.

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Eso sí, sigue siendo bastante superior a la de las convocatorias previas, algo que se puede explicar desde el punto de vista demográfico -están llegando las generaciones del último 'baby boom', previo al desplome de la natalidad- y también por la flexibilidad de las pruebas, que puede atraer estudiantes que en años anteriores hubieran optado por estudios de régimen especial o de FP o que aprovechan para mejorar notas de ejercicios previos. Y sin olvidar que las reglas de promoción aplicadas durante la pandemia (se podía llegar con algún suspenso en Bachillerato) han tenido continuidad este curso con la aplicación de la Lomloe, que permite, de manera excepcional, conseguir el título de Bachiller con una asignatura no superada.

La flexibilidad

La normativa del Gobierno que fija los requisitos mínimos a cumplir en todas las comunidades recoge que la estructura de la prueba debe permitir que todas las preguntas sean susceptibles de ser elegidas por los alumnos. Es decir, no habrá modelos A y B de exámenes, como sucedió hasta 2019. En esto se basa la flexibilidad aprobada tras la pandemia, en facilitar que el alumno pueda conseguir la máxima calificación.

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En algunas asignaturas los estudiantes tienen hasta 16 preguntas para elegir (estructuradas por bloques). Por ejemplo, en las pruebas de Matemáticas y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales hay seis ejercicios de los que hay que hacer tres, o en Historia de España se plantean cinco bloques con dos enunciados en cada uno, de los que se elige uno. En Lengua Castellana el apartado de Literatura cuenta con diez preguntas de las que se seleccionarán cinco.

La oferta de títulos

Las universidades valencianas tienen, entre el sistema público y el privado, 404 grados a disposición de los estudiantes, una oferta que recoge la gran mayoría de las titulaciones que se pueden cursar en el resto del país. Cabe recordar que en España, al existir distrito único universitario, cualquier alumno de otra autonomía que consiga la nota suficiente puede hacer la carrera en un centro de la Comunitat. Es algo bastante habitual en estudios muy demandados como Medicina. Sobre este, la región dispondrá de más oferta de nuevo ingreso tras aprobarse su impartición por parte de la Universidad de Alicante, aunque no llegará hasta 2023.

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Las notas de corte

Los aspirantes pueden hacerse una idea de qué calificación de acceso se requerirá para entrar en la carrera deseada consultando las notas de corte de años anteriores, que siempre son orientativas. Las de 2022 no se pueden conocer, pues se derivan del resultado de la preinscripción, haciendo referencia a la calificación del último estudiante que consigue plaza. Influye tanto la oferta de puestos como la demanda. En 2021 y 2020 la más elevada fue la del doble grado de Física y Matemáticas de la Universitat.

Carreras más baratas

Los alumnos que vayan a la universidad pública pagarán alrededor de cien euros menos por curso respecto a los precios actuales, fruto de la bajada de las tasas que acordó el Consell con el Gobierno en 2020. Eso sí, sólo se aplica en primeras matrículas, no en posteriores renovaciones. Suspender una materia implica siempre pagar un recargo.

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