«Cada semana nos llaman 150 nuevas familias para pedirnos comida»

La pandemia está golpeando con fuerza a muchas familias en la Comunitat. Las personas vulnerables lo son aún más en esta situación, pero ahora quienes más necesitan ayuda son familias jóvenes y personas que han perdido su empleo o están inmersas en un ERTE.

Mientras los políticos se enzarzan en desgastar al contrario, las 'colas del hambre' en la calle no paran de crecer, una situación que han notado mucho las entidades que prestan ayuda a los colectivos vulnerables. Como explica Jaime Serra, del Banco de Alimentos y el Banco Solidario, "lo preocupante es que cada semana nos llaman 150 nuevas familias para pedirnos comida y ayuda y al final no vamos a poder atenderlos. Estamos desbordados". Indica que "empezamos con 43.000 personas entre el Banco de Alimentos y el Solidario, en la primera oleada subió a 53.000 personas y ahora superamos las 60.0000 mensuales".

Como ejemplo, Serra explica que en las instalaciones de Mestalla, donde entregan mensualmente alimentos, "empezamos a dar comida a 670 personas y ahora ya superamos las 7.200 y pensamos que a final de año se puede llegar a 10.000 personas".

En cuanto al perfil de los demandantes, afirma que antes los españoles representaban el 37% y "ahora ha subido al 46%". Y añade que está llegando mucha gente joven, "gente que era autónoma, gente en ERTE pero que no tiene suficiente o en paro".

En el Banco de Alimentos de Castellón, su presidente, Santiago Miralles, afirma que "antes de la pandemia atendíamos a 11.000 personas; en la primera oleada llegamos a las 14.000 y ahora ya alcanza las 17.000 personas". Y describe que son "matrimonios jóvenes. Muchos están en ERTE pero no han cobrado desde marzo o sólo tienen para pagar la hipoteca". Y añade que cada día reciben entre 10 y 15 expedientes nuevos. Y pronostica que "lo difícil vendrá desde ahora y hasta principios de año".

El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, detalla que en lo que va de año "hemos repartido 140.000 raciones de comida, más de 56.500 desde marzo". Además, "estamos entregando kits de alimentos a las personas o familias que por seguridad no están usando ahora nuestro servicio de comedor. En lo que llevamos de Covid, se han repartido 3.500 kits, que suponen 50.000 kilos de comida". También detallan que como la gente está perdiendo el empleo o está en ERTE, han puesto en marcha ayudas económicas para sufragar alquileres y desde junio están entregando cheques de supermercados. También coincide con Miralles en señalar que "el gran aluvión vendrá si a la gente se le acaba el ERTE. Veremos a partir de enero".

Desde Save the Children recuerdan que cerca de 215.000 niños menores de 16 años de la Comunitat están en riesgo de pobreza o exclusión social, tal como reflejan los datos del portal estadístico de la Generalitat, con datos de 2019. "En 2019 hemos pasado del 32% de niños en riesgo de pobreza al 27%, pero no recoge la situación de la pandemia. Los datos del año que viene serán demoledores si no se toman medidas. Pedimos apoyo a Les Corts para que lo reflejen en los presupuestos", comenta Rodrigo Hernández, director de Save The Children en la Comunitat.

Por otro lado, cabe destacar que cuando estalló la pandemia se puso en marcha el Plan Cruz Roja Responde a nivel nacional y, desde entonces, en la Comunitat la entidad ya ha entregado bienes básicos a más de 128.000 personas. Además, han cubierto las necesidades de 5.552 personas en pobreza energética. A estas aportaciones Cruz Roja suma la entrega de una cuantía económica a más de 4.500 personas y se han centrado en otros aspectos como la atención a mayores acompañándolos al médico o en materia educativa la entrega de tablets y tarjetas a menores. En total han sidocasi 398.000 personas atendidas.

Tres perfiles de personas son los que se están acercando a pedir ayuda: colectivos vulnerables que ya eran usuarios; personas que acudían hace años y regresan; y personas que se acercan por primera vez tras perder el empleo. Familias con similares características son las que han recibido ayuda de Cáritas, sobre todo con "contratos precarios o de tiempo parcial que se han visto afectados por un ERTE o han periodo su empleo", apunta María Luz Vicent, responsable del servicio de acogida de la Diócesis. Ahora se han sumado familias monoparentales con hijos o gente nueva que no había necesitado ayuda antes.

Señala que el perfil de usuarios de la primera oleada y de esta segunda "va en consonancia". No obstante, indica que hay un aumento de familias que acuden para evitar la situación de impagos y el posterior desahucio.