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La sequía ha pasado a ser uno de los principales problemas para muchos españoles. La falta de lluvias no sólo está afectando a los seres humanos sino que ha obligado a muchas aves a modificar sus costumbres.
El parque natural de la Albufera se ... ha convertido en lugar de refugio para muchas especies de aves. Entre ellas se encuentran los flamencos que este año han elegido el parque para asentarse con una presencia masiva. El censo que se ha realizado ha permitido calcular que se han reunido en el espacio natural cerca de 12.000 ejemplares y se han contabilizado unos 4.000 nidos.
Es el primer año con una presencia masiva de estas aves en el parque. Hay que tener en cuenta que en el censo de 2011 apenas se localizaron dos decenas de ejemplares en la Albufera por lo que el salto ha sido exponencial.
El espectáculo de miles de aves en la Albufera se ha convertido en un atractivo turístico, en este caso no deseado. El elevado número de ejemplares y la expectación que han levantado han obligado a la Generalitat a recordar que el espacio donde se ubican las colonias no se puede visitar. Se trata de un área restringida del parque reservada a la conservación de la biodiversidad y que está gestionada por el Ayuntamiento de Valencia. El objetivo es que estas aves no sean molestadas durante su ciclo vital.
Un lugar apropiado para el avistamiento de estos ejemplares es el Racó de l'Olla. La entrada a este centro de interpretación de aves es libre y no es necesario hacer reservas para los particulares, pero sí para los grupos (mínimo 15 personas y un máximo de 50). Los administradores de este espacio aconsejan llevarse unos prismáticos para ver mejor los distintos animales.
Está abierto todos los días del año salvo el 1 y 6 de enero, el 19 de marzo, y el 24, 25 y 31 de diciembre. El horario es de 9 de la mañana a las 14 horas de lunes a domingo. Las visitas dirigidas son de 10.30 horas a 12 y de 12 a 13.30. Tienen una duración de una hora y media y los guías son miembros del equipo de educación ambiental.
Las razones de su presencia son varias, según explica Juan Miguel Benavent, director general de Conservación de la Albufera del Ayuntamiento de Valencia. Por un lado, se encuentra el hecho de que la sequía está afectando de forma muy intensa a la Península Ibérica. Muchos espacios naturales se han visto dañados por la falta de lluvias y los flamencos son unas aves que buscan continuamente lugares donde ubicarse.
Benavent ha explicado que la situación de la Comunitat es mucho mejor que la de otras partes de la Península y del Mediterráneo Occidental. Gracias a las lluvias de la primavera pasada, los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran por encima de la media peninsular y con abundantes reservas. Este hecho ha permitido que este año la 'perellonà' -cuando se inundan los campos de arroz en los meses de noviembre y diciembre en la Albufera- haya sido muy extensa y ha llegado a inundar unas 14.000 hectáreas, «lo que ha atraído a poblaciones que hasta el momento no habían estado en el parque», ha señalado el director de conservación.
«También ha influido la mejora en la situación del parque», ha señalado Juan Miguel Benavent. «La Albufera resulta atractiva porque tienen alimento», ha añadido y ha manifestado que «ha ido mejorando en los últimos años gracias al incremento de los caudales».
En este sentido, Juan Jiménez, subdirector de Medio Natural de la Conselleria de Emergencia Climática, ha indicado que, además, la Albufera presenta una situación óptima comparada con otros humedales de la Península Ibérica que están sufriendo con más intensidad las consecuencias de la sequía.
Además, Jiménez ha recalcado que los flamencos no permanecen fijados a su lugar de nacimiento como sucede con otras especies «y abarcan una zona muy amplia», en referencia a todo el Mediterráneo Occidental. El subdirector de Medio Natural ha reseñado que se trata de una especie muy nómada y «busca un lugar con mucha agua y crían de forma masiva». De esta forma, cuando algunos se asientan en un lugar sirven de reclamo a otros que rápidamente se les unen.
Mario Giménez, delegado de SEO-Birdlife en la Comunitat, ha añadido otro factor. Y es que hay más flamencos en el Mediterráneo Occidental por lo que «es normal que se vean más».
Giménez también ha destacado que la diferencia de este año con otros es que han criado en la Albufera -que además este periodo se ha ampliado porque ha sido un invierno suave- lo que les obliga, si no lo encuentran en el parque, a buscar alimento en otros lugares para luego regresar y dar de comer a los pollos. Así se comportan mientras los más jóvenes no pueden volar. «Cuando puedan es posible que se vayan a un lugar donde haya más accesibilidad o que se queden dependiendo de la disponibilidad de alimento en el espacio natural», ha detallado.
Los flamencos tienen una amplia capacidad para volar y son capaces de recorrer grandes distancias en un sólo día. Puede que estén asentados en la Albufera pero se pueden desplazar hasta Orán (a 400 kilómetros en línea recta) a unas lagunas que se encuentran en esta localidad en busca de alimento. En el caso de las que se encuentran en el parque se desplazan bastante a El Hondo en Elche. Pero no es extraño que vayan a Ibiza para alimentarse o a las lagunas de Fuente de Piedra o Gallocanta y regresen por la noche para dar de comer a las crías.
No es seguro que este fenómeno, la gran presencia de flamencos, se vuelva a repetir otros años. Pero tampoco es improbable. «Dependerá en parte de la situación de otras lagunas en el Mediterráneo Occidental», ha indicado Juan Jiménez. «Puede ocurrir y puede que no», ha matizado.
En esta línea, Benavent ha coincidido en destacar que la evolución de la sequía puede determinar si el año que viene se repetirán estas colonias. «Muchas se quedarán aquí porque reúne condiciones favorables», ha indicado el director de conservación del parque.
También se desconoce cuando abandonarán el paraje, si es que lo hacen. Los expertos no rechazan la posibilidad de que se queden durante todo el verano. «Ahora viene la inundación primaveral de los campos de arroz y estas aves encuentran un hábitat perfecto para ellas», ha añadido Benavent. Pero la incógnita es qué pasará cuando se vuelvan a secar los campos o el arroz germine, lo que no les gusta demasiado, según detalla Giménez.
Otra de las cuestiones que resta por dilucidar es si entrarán en competencia por el alimento con otro tipo de aves que llegan a la Albufera ahora de cara al verano como charranes, fochas, cerceta o garzas. «Todo esto nos dirá si estratégicamente le interesa al parque que este fenómeno se repita, ya que la presencia de flamencos puede molestar a otras especies», ha indicado Benavent.
Por otro lado, el panorama no es tan idílico para todos. Es el caso de los agricultores que ven con preocupación la presencia de estas aves. Así lo señala José Pascual Fortea, delegado de AVA en la Albufera. Ha explicado que estos ejemplares son especialmente dañinos cuando se reúnen muchos. «Con las grandes patas y los picos pisan y destrozan los campos de arroz como ha pasado en el Delta del Ebro», ha apuntado Fortea.
La situación es más complicada cuando los campos de la zona alta se tiñen de verde mientras que los de la parte baja todavía no han germinado y atraen la presencia masiva de estas aves.
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