La soledad de las familias monoparentales

Es una de las conclusiones que arroja el estudio presentado por la Asociación de Familias Monoparentales de la Comunidad Valenciana, Monofamilia. El documento desvela que más de 200.000 hogares están formados por familias monoparentales. De ellos, tan sólo 22.000 familias cuentan con el título oficial de familia monoparental. Esto se debe a la falta de información y asesoramiento sobre los beneficios y derechos de este tipo de colectivo que sin duda va en aumento.

Tal como explica Beatriz Navarro, presidenta de la asociación, «el prototipo de familia monoparental suele ser de madre soltera con uno o más hijos». Este estudio recoge además que el 60% de este colectivo tiene dificultades para hacer frente a los suministros: «Comer o pagar la luz es el debate continuo de muchas de las mujeres que se encuentran en este tipo de situación».

Noelia Ferrer tiene 42 años y es madre soltera de un niño de 14 meses. Un niño que todavía no sabe lo afortunado que es de tener una madre que lucha cada día para darle lo mejor a su hijo y unos abuelos que actúan como segundos padres. «Mi madre cuida del niño mientras yo estoy trabajando, pero también está mayor y a mí me sabe mal», explica Noelia.

Actualmente no recibe ninguna ayuda por parte de las administraciones públicas para pagar una escuela infantil porque hasta que el pequeño no cumpla dos años no tiene derecho a este tipo de subsidio. «Parece que hasta que los niños no tienen dos años no comen», indica la presidenta, quien asegura que más de la mitad de estas familias no reciben ayudas, becas o prestaciones.

En una situación similar se encuentra Eva Gómez, madre soltera de una niña de once años. «Es una situación muy complicada con todos los gastos a los que tenemos que hacer frente», explica Eva, quien lamenta «la falta de interés de perspectiva de las clases políticas en general». «Se ha hecho mucho hincapié en las familias numerosas y las ayudas familias monoparentales son muy pobres», indica.

Pero volvamos a Cinta. A ella la vida nunca se lo ha puesto nada fácil. Todos los días se levanta a las cuatro de la mañana para ir a trabajar al campo y por la tarde lo compagina con otro trabajo. «Tengo un alquiler que pagar, un hijo al que dar de comer y muchos más gastos que no paran de subir. Si no hago esto, no llegaría a fin de mes», explica Cintia, apenada por no poder dedicar tiempo de calidad a su hijo. «Al final siento que todo esto lo está pagando él y me encantaría poder explicarle que todo lo que hago es para que a él no le falte nada», asegura.

A este problema económico se le suma el de la conciliación. Como Noelia, el 87% de las familias monoparentales se ven obligadas a recurrir a sus padres para el cuidado de los hijos y el 70% no tiene flexibilidad en el trabajo según refleja el Estudio elaborado por la Asociación. «Se me ha olvidado lo que es tomarme un café sola o dedicarme tiempo a mí misma», explica Noelia, quien desde que descubrió la Asociación intenta acudir a todos los talleres que realizan y agradece la gran labor que hacen a diario desde Monofamilia para allanarles un poco este camino.