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Carmen Callén, en unos jardines de Valencia. J. L. BORT

El suicidio ya es la mayor amenaza para los jóvenes

40 personas de entre 15 y 29 años se quitaron la vida en la Comunitat en 2023. Algo que supone, por primera vez, la mayor causa absoluta de muerte en esa franja de edad

Domingo, 8 de septiembre 2024, 00:43

«Cada vez hay más gente joven que está perdida y no sabe qué hacer con su vida. Todo les desborda y el dolor interno ... que sienten les lleva a pensar que morirse es la única alternativa posible. Eso es un cáncer que nos está consumiendo como sociedad». Son las crudas palabras de la valenciana Isthar Saldaña. Habla con conocimiento de causa. Ahora tiene 47 años, pero cuando apenas había alcanzado la mayoría de edad atravesó una experiencia demoledora. Intentó quitarse la vida. Se recuperó y se reconstruyó. Ahora, con una sonrisa cargada de luz, se dedica al coaching centrado en la prevención de una epidemia silenciosa. Los datos son escalofriantes. En 2023, el suicidio se convirtió en la principal causa absoluta de muerte en las personas de entre 15 y 29 años en la Comunitat. Algo inaudito. Almas que caen a pozos y no hallan auxilio.

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En términos generales, cada 20 horas y 11 minutos, se produce un suicidio en la Comunitat. Un reloj terrorífico. Este promedio se extrae del balance provisional sobre 2023 del INE (Instituto Nacional de Estadística). 434 vidas se apagaron de esa desesperada manera. A diferencia de los números registrados en toda España, en la región valenciana se mantiene desde 2008 como la principal causa de muerte externa (no natural) por encima de ahogamientos, caídas y accidentes de tráfico.

Este martes se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Carmen Callén, psicóloga que ejerce labores de formación en el Teléfono de la Esperanza de Valencia, se realiza una pregunta sin esperar respuesta: «¿Cómo puede ser tan dura la sociedad en que vivimos que haya personas que no pueden sobrevivir en ella?». Precisamente, perdió a su hermana de esa forma. «El suicidio no tiene una causa, es multifactorial. Hay muchas cosas que lo determinan. Se asocia el suicido con el trastorno mental y no es así. Los hay, por supuesto. Pero luego está el sufrimiento emocional, el vacío existencial, el sentido de la vida… Me duele. La echo mucho de menos», lamenta.

En España, el año pasado, el suicidio cayó al segundo puesto en cuanto a causas de fallecimiento no natural. 3.952 personas se quitaron la vida, un 6,5 por ciento menos que en 2022, mientras que los fallecimientos por caídas accidentales continuaron creciendo hasta situarse en 4.018. Una tendencia vinculada con el envejecimiento de la población.

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Sin embargo, en la Comunitat, pese al ligero descenso en la cantidad de suicidios, que pasaron desde los 445 de 2022 hasta los 434 de 2023, permanecen como la primera causa de muerte externa. Un panorama que persiste desde 2008. Previamente, entre 2007 y 1993, que es el año del que parte la comparativa del INE, el origen principal eran los accidentes de tráfico.

En 2023, la tasa de suicidios de la Comunitat se situó en 8,32 por cada 100.000 personas. Aunque experimentó una leve bajada respecto a 2022, este índice se alza como el tercero más elevado desde 2010. El pico, con un ratio de 8,74, se produjo en 2020, un año marcado por las consecuencias del confinamiento por el Covid.

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«Hay que aceptar muchas cosas cuando hay un intento de suicidio en tu vida»

María de Quesada

Periodista

«Es muy duro levantarte cada día queriéndote morir. Pero si sabes que eso no va a ser para siempre alivia mucho. Igual que saber que otras personas han pasado por ahí y ya no están en esa situación. Nadie es feliz continuamente», advierte la periodista valenciana María de Quesada, quien preside la asociación La Niña Amarilla. Esta entidad organizará el próximo día 15 en Madrid una manifestación nacional por la prevención del suicidio: «La gente se está muriendo. Hay gente con muchos problemas y no está atendida».

La asociación toma el nombre del libro lanzado por María en 2021. 'La niña amarilla: relatos suicidas desde el amor' da visibilidad a un «pensamiento tabú» a través de la narración de 23 experiencias personales. Un proyecto que surgió de la propia necesidad de contar su vivencia.

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«Yo lo tapé mucho porque no estaba preparada. Fue el hecho de que otra persona lo contara lo que me hizo darme cuenta de que yo también podía hacerlo. Fue en una formación de yoga en Estados Unidos. Un chico contó cómo había llegado al yoga y explicó que él había intentado suicidarse con 16 años. Ahí yo quise decir que también me había pasado eso, pero no pude. Se me hizo una bola. Luego hablé con él en privado y le di las gracias por contarlo», recuerda María. Hubo un clic: «Eso me hizo darme cuenta de que no era tan horrible como yo pensaba y que no me tenía que avergonzar. Hay que aceptar muchas cosas cuando hay un intento de suicidio en tu vida. Sientes mucha culpa y es difícil de gestionar, por lo cual necesitas ayuda para volver a la vida con esa nueva situación en la que sabes que has intentado no estar aquí». Le ocurrió con 15 años. Ahora tiene 44.

Había llegado la hora de exteriorizarlo: «Primero se lo conté a mi marido, Samuel. Luego pasé a mis amigas. Y después, a mi madre. Ella lo sabía pero nunca habíamos tratado el tema. Fue muy liberador». María creó junto a las también periodistas Desirée y Cristina una asociación a la que destinar los beneficios obtenidos con el libro: «Nuestro pilar es la comunicación del suicidio en los medios». Organizan talleres en las universidades y eventos.

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Cada 20 horas y 11 minutos. En 2023 hubo 434 suicidios en la Comunitat. A diferencia de los datos nacionales, persisten como la primera causa de muerte externa desde 2008

Isthar, de 47 años, también ha logrado canalizar un dramático capítulo de su juventud para ayudar a los demás. «Empecé con el coaching hace cuatro años. Un poquito antes de la pandemia decidí cambiar el rumbo», explica. Ayuda a sus pacientes a «salir del bucle» en el que se encuentran: «Estoy centrada en la inteligencia emocional, la autoestima y el autoconocimiento enfocados a la prevención del suicidio. Para mí, la inteligencia emocional es la base de todo. Me he enfocado principalmente en jóvenes y adolescentes porque es donde tenemos que empezar a incidir para que luego no sean adultos con problemas que ya no podamos resolver».

Ella intentó suicidarse con 18 años: «Siempre es una caja negra con muchas cosas. Lo que nos sucede en la vida que nos lleva a la ideación son detonantes, cosas que nos suceden. Gente que pierde parejas, que pierde el trabajo, que pierde dinero, que pasa una circunstancia muy dolorosa... Pero realmente, si no hubiera un caldo de cultivo previo, el detonante no haría explotar lo que hay dentro». Esa acumulación pasó factura a Isthar: «Yo viví una infancia complicada, mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña. No tenía muchas habilidades sociales y no tenía muchos amigos. Tenía mucho mundo interno pero me costaba expresarme. Entras en la adolescencia, COU fue año complicado y con mucha presión, no tenía claridad en lo que quería estudiar... Vas metiendo en la caja un montón de cosas». Hasta que se desbordó: «Inicié una andadura en trastorno de conducta alimentaria. Cada vez se me iba más de las manos. Aunque había pedido ayuda, el profesional que me atendió no vio la gravedad que tenía la situación y se limitó a pensar que era una cosa temporal. Le dijo a mis padres que era cosa de la edad y se me pasaría. Y al poco tiempo estaba en el hospital ingresada».

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«Si no hubiera un caldo de cultivo, el detonante no haría explotar lo que hay dentro»

Isthar Saldaña

Coach

En la franja de edad de entre 15 y 29 años, el suicidio fue la principal causa absoluta de muerte en la Comunitat en 2023. Y lo fue en solitario, algo que nunca había ocurrido. Fallecieron 40 personas, la cifra más elevada desde 2010. Las enfermedades del sistema circulatorio provocaron la defunción de 30. Los tumores, de 29. En 2022, el principal origen fueron los accidentes de tráfico (37), mientras que el suicidio estuvo en segundo lugar (36). En tercera posición, los tumores (34).

La comparativa del INE empleando esta franja de edad arrancó en 1999. Desde entonces, sólo en dos ocasiones, en 2021 y 2014, el suicidio había estado en lo más alto, aunque arrojando la misma cantidad de víctimas que los tumores. En los demás años, había estado por debajo, sobre todo teniendo en cuenta las escandalosas cifras de accidentes de tráfico mortales previas a 2008.

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Isthar arrancó su travesía hacia la recuperación: «Fue un proceso largo, de diez años, tanto del trastorno de la conducta alimentaria como de la ideación suicida. Pasé por muchos profesionales hasta que di con una persona que atinó y congenié con ella. Cada vez fui encontrándome mejor física y emocionalmente. Aunque los pensamientos seguían apareciendo durante años, los llevaba más controlados».

Durante una etapa, Carmen Callén estaba al otro lado de la línea cuando una persona en crisis recurría al Teléfono de la Esperanza de Valencia. Esta psicóloga ha atendido tanto llamadas como mensajes del moderno chat creado para facilitar la comunicación con los jóvenes.

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«Haberlo vivido me permite estar más conectada con la gente que lo está pasando»

Carmen Callén

Psicóloga

Los últimos datos del Teléfono de la Esperanza de Valencia muestran que, a lo largo de 2023, recibieron 396 llamadas con temática suicida: 312 de ideación, 69 de crisis y 15 de acto en curso. Hubo un descenso respecto a 2022, cuando se registraron 452. Todo se disparó en 2021, pasando de 281 a 433. En 2019 se contabilizó 200.

¿Cómo frenar el impulso suicida durante una llamada? «En el fondo no quiere hacerlo o está dudando entre vivir y morir. Si llama es que está pidiendo ayuda. Lo que hay es una duda. Entonces tienes que intentar por todo los medios que esa persona se incline hacia la vida. Busca una figura de protección, de sostén, que le contenga, alguien que entienda lo que le está pasando, que no tenga miedo, que no minimice lo que le está pasando... Proporcionar esa escucha es lo más importante», desgrana Carmen, quien pone énfasis en el fomento de la «empatía» y la «sensibilidad» como método de prevención: «Una de las cosas más importantes es sentir que tu red de apoyo es amplia, que tienes amigos de verdad, gente que te echa un cable». En esa misma línea habla Isthar: «La gran ventaja que tengo es que sé cómo se sienten. He pasado por esa misma situación. Nunca le quito hierra a una persona que me dice que está pensando en morirse... Soy muy consciente de lo importante que es que en ese momento te escuchen, te entiendan y te ayuden a gestionarlo».

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Históricamente, la tasa más alta de suicidios se encuentra en las personas mayores de 80 años. La hermana de Carmen tenía 58 cuando falleció: «Haberlo vivido me permite estar más conectada con la gente que lo está pasando. Cuando te pasa algo así es devastador. He sufrido pérdidas de seres queridos y es diferente. Es la sensación de que nadie entiende por lo que estás pasando».

De esa angustia, ese dolor, habla también Rafael Martínez. En mayo de 2022, su hija, Isabel, falleció por su conducta autodestructiva tras el empeoramiento de su enfermedad, anorexia nerviosa. La joven de Requena estaba a punto de cumplir 17 años.

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«Las familias nos quedamos destrozadas. Tu prioridad es proteger a tu hijo»

Rafael Martínez

Miembro de AFEM Altiplano

«Con mi hija no se activó protocolo ninguno. Hay muy poca formación en todos los estamentos. Es un abandono de la salud mental en general. Las estadísticas son bestiales. La llave la tienen los políticos», lamenta Rafael, quien carga contra el sistema: «Mi hija tenía una enfermedad mental. Empezó con 14 años. No tenía aprecio a la vida. En el último parte médico, se ve que se podría haber prevenido si la hubiesen ingresado de urgencia como manda el protocolo. Para eso vas a los profesionales y a los médicos. ¿Las familias tenemos que ser psicólogos? La sensación es de que no se destinan los medios ni se pone el empeño en que esto cambie».

Habla de una situación cruel: el estigma de la culpa. «Quedas marcado de por vida. No es una pérdida normal. Es una sinrazón. Es muy duro. Las familias nos quedamos destrozadas. Cuando tienes un hijo, tu prioridad es proteger. Y cuando te pasa esto, dices: '¿Qué he hecho yo mal? ¿Qué ha pasado? ¿Cómo no lo he visto venir? ¿Por qué mi hija no habló conmigo?'. El sistema te hace verlo así. Yo como padre me siento como una mierda. Como se sienten todos».

Un drama que, desde aquel fatídico día, guía la vida de Rafael. Este vecino de Requena puso en marcha una recogida de firmas en Change.org para exigir más recursos públicos en salud mental y lidera la asociación AFEM Altiplano, que apuesta por la prevención. Esta entidad, con un proyecto aprobado por la Generalitat, organiza charlas de psicólogos a niños de entre 10 y 12 años en colegios de la comarca Requena-Utiel: «Están detectando muchos casos de conducta adictiva, anorexia, bullying, abusos sexuales…».

«Cuatro meses para citar a una persona con ideación suicida»

El pasado mes de enero, la Generalitat presentó el mayor presupuesto de la historia para la prevención, detección y tratamiento en materia de salud mental y adicciones, destinando 284 millones para la ejecución del plan 2024-2027. En cambio, los afectados por el suicidio en la Comunitat piden una mayor celeridad a la hora de poner en marcha los proyectos. «Hay planes regionales pero se han quedado muy obsoletos. Y necesitamos un plan nacional de prevención ya», avisa Isthar Saldaña. La coach habla de situaciones alarmantes: «Necesitamos aumentar el número de asistencia de profesionales por persona. No puede ser que una persona con una ideación suicida se presente al médico de cabecera y lo manden a salud mental y le den cita para cuatro meses. No se puede consentir. Estamos perdiendo gente por el camino. No todo el mundo se puede permitir pagar asistencia privada».

Los estímulos actuales pueden actuar como un factor en contra. «De la misma manera que las redes sociales en el mundo virtual ayudan mucho a conectar, es cierto que también desvirtúan mucho las conexiones entre los seres humanos. Entonces la gente se encuentra cada vez más sola. Los jóvenes y los adolescentes están cada vez más desconectados tanto de sí mismos como de las personas más cercanas», explica Isthar. Una tendencia en la que profundiza Carmen: «A día de hoy la fragilidad del ser humano es mayor. La sociedad te está pidiendo que seas bueno en todo, y sentir que no llegas te puede afectar». María ve en el suicidio un asunto social por encima de todo: «Hay muchos temas que en el día a día nos oprimen y nos afectan como la violencia, el abuso, el acoso, la violencia de género, la inseguridad, la falta de independencia económica, la falta de recursos... Y todo eso también puede llevar a una persona a conductas suicidas sin necesariamente tener un problema de salud mental».

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Carmen lamenta una situación que se repite: «Hay gente que va urgencia de un hospital porque está pensando en suicidarse y lo único que hacen es darles medicación a tope, pero no ingresarlos. Están desbordados. No hay suficientes recursos». María considera básicas las terapias de grupo cuando se detecta un caso de conducta suicida.

Como sociedad tenemos esa tarea de aprender en prevención del suicidio porque es algo que nos puede pasar a cualquiera. No es algo tan ajeno«, advierte María. La esperanza de Rafael tiene un camino: »Pretendo que a alguien le sirva de ayuda y lo pueda evitar. Es el legado de mi hija«.

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