La tasa turística suspende en la calle

Les Corts Valencianes aprobó este pasado jueves el inicio de la tramitación de la tasa turística en la Comunitat Valenciana. Los grandes municipios turísticos han señalado que no lo van a aplicar en sus localidades. En esta línea, el alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, se unió a las críticas de sus homólogos.

El primer edil gandiense señaló que sin entrar a valorar el fondo del impuesto «la idiosincracia de Gandia y también el momento que atravesamos no invitan a imponer esta tasa». Prieto ha subrayado que no es oportuno además destacó que esta postura no supone ninguna fricción en el equipo de Gobierno. «Hay prioridades más urgentes», dijo.

Las consideraciones del alcalde se unen a las que vertieron los primeros ediles de municipios tan turísticos como Benidorm, Peñíscola o Dénia. Todos ellos incidieron en que no es el momento para imponer este nuevo impuesto. Además, mostraron su temor a que hiciera que la Comunitat perdiera competitividad respecto a otros destinos.

Por su lado, el presidente del PP, Carlos Mazón, afirmó que este impuesto «es un error que hará perder competitividad a la Comunitat Valenciana». Según explicó, «en este caso además contribuirá a la despoblación porque no hay incentivos y no está ligado al medio ambiente».

Pedro Saiz conoce de primera mano lo que una tasa turista implica. «Este impuesto ya se aplica en otros lugares y supone una complicación a la hora de planificar un viaje», explica. «Que exista un gasto extra por el simple hecho de visitar otra ciudad, como sucede por ejemplo en Barcelona, a mucha gente le echa para atrás», añade. «La situación económica que atraviesa el mundo ya es un grave problema de por sí para el sector, así que no estamos como para seguir añadiéndole más dificultades innecesarias», matiza.

Uno de los primeros colectivos en notar cualquier problema en este sector son los guías turísticos. «No sé hasta que punto esta medida hará gracia a los turistas, yo espero que sigan viniendo y gastando lo mismo» explica esperanzado Belaguer. Sin embargo, el grupo de italianos al que guiaba por las calles de Valencia no se ha mostrado tan optimista. «No creo que esta sea una medida justa», afirma Gina, una turista florentina, y añade: «prefiero ir a lugares en los que no se aplique este tipo de impuesto».

Preocupa especialmente al sector hostelero el efecto que pueda tener la falta de turismo en plena recuperación post-pandémica.En el bar y restaurante Tintpea Nou Mestalla las mesas están llenas de comensales, pero no están contentos con que se implemente una tasa turística en Valencia. «No se que efecto acabará teniendo pero no me parece bien. Con todo lo que ya tienen que pagar los turistas cuando vienen si les metemos más impuestos seguramente no sea bueno para la hostelería» cuenta el encargado Jose.

Los taxistas parecen menos afectados por como pueda repercutir en ellos el nuevo impuesto turístico. «Mientras sea un precio razonable no creo que afecte» comenta el taxista Ramón. «Cuando una persona tiene intencion de viajar, no se lo va a impedir una tasa. Le encuentro sentido a que con ese dinero se contribuya a los gastos que generan los turistas, y no creo que sea algo que nos vaya a afectar a los taxistas» explica en su coche mientras, después de dejar a sus ultimos pasajeros, está a la espera de nuevos clientes.

Arantxa no cree que «ahora mismo sea el momento adecuado para implantar la tasa turística». Según considera la joven «vamos a entrar en recesión, si a eso le sumamos una economía debilitada por la crisis del Covid-19 y una inflación descontrolada, no tiene sentido la puesta en marcha de un nuevo impuesto que podría esperar». Asegura que este sector ha sido el más perjudicado por la pandemia, y hay que darle un poco de tregua al turismo.

«Este impuesto terminará de matar al turismo», asegura Anna. Como empresa de alquiler de bicis indica que «lo vamos a notar negativamente y mucho. Tendrían que haber esperado para tomar esta decisión para que se atenúen los efectos negativos de la economía». Según la empresaria, esto hará que el turista se lo piense dos veces antes de alquilar una bici, «algo que no viene muy bien en momentos en los que el estamos remontando tras los últimos años».

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