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ÁLEX SERRANO
VALENCIA.
Martes, 31 de julio 2018, 00:24
Ni un paso atrás. Los trabajadores del sector del taxi de la ciudad de Valencia acordaron ayer mantener las movilizaciones que ya ayer colapsaron la ciudad y dejaron a más de 22.000 valencianos sin servicio de transporte público. La principal arteria comercial de la ciudad estuvo cerrada todo el día hasta que se abrió un carril por la tarde y los principales nodos turísticos del cap i casal, el aeropuerto y las estaciones de ferrocarril, no tuvieron taxis disponibles en todo el día en plena operación salida de las vacaciones de agosto.
Las promesas del Ministerio de Fomento sobre un real decreto ley que obligaría a que se cumpliera la proporción 1/30 entre taxis y coches de plataformas como Uber o Cabify no fue suficiente y los taxistas mantendrán las concentraciones al menos hasta mañana. El miércoles se reúne el Comité Nacional del Transporte donde están representadas las comunidades autónomas.
Tras una larga reunión de en torno a las cuatro horas en Madrid, las asociaciones del taxi decidieron que las promesas no eran suficientes. Ni siquiera el anuncio de que se iba a ceder las competencias sobre la concesión de licencias para vehículos de transporte con conductor (VTC) a las comunidades autónomas sirvió para aplacar al sector, que pidió que las administraciones se comprometieran a asumir la misma regulación que Barcelona. Con esa situación, y el centro de las grandes ciudades, incluida Valencia (con la calle Colón cortada), colapsado, se llegó a las 19 horas.
Fue entonces cuando fuentes de las asociaciones del sector confirmaron a LAS PROVINCIAS que la huelga se mantendrá hoy, independientemente de la nota de prensa que, aún a esa hora, se esperaba. En ese documento habían puesto sus esperanzas algunas asociaciones nacionales, que incluso convocaron asambleas nocturnas en Barcelona para que fueran los propios conductores quienes decidieran si desconvocaban o no los paros.
Antes de eso, a las 20 horas, el taxi valenciano se reunió en asamblea. Como el día anterior, los asistentes a la concentración insistieron en seguir adelante: se gritó «ni un paso atrás». Al cierre de esta edición, la intención era mantener el paro a la espera de ver qué hacía en Madrid y Barcelona, aunque fuentes de las distintas entidades señalaron ayer que la sensación con la que salieron las asociaciones de la reunión en Madrid es que el comunicado del Gobierno se había quedado «muy pobre» y que las grandes capitales mantendrían el paro al menos hasta el miércoles y posiblemente hasta el jueves. Hoy, han quedado a las 7 horas en el aparcamiento frente al Cementerio General para de ahí discurrir hacia el centro de la ciudad y, como dijo un representante del sector en la asamblea de ayer, «sembrar de nuevo el caos».
Y eso que el Gobierno anunció ayer por la tarde que planteará a mediados de septiembre una propuesta concreta de las modificaciones normativas, «un marco regulatorio que vamos a ofrecer al sector del taxi y con el que se conseguirá dar estabilidad y resolver el problema definitivamente», según un comunicado oficial del Ministerio de Fomento. La propuesta del Ministerio pasa también por transferir la competencia de las VTC a las comunidades autónomas, para que sean las administraciones autonómicas las que tengan la capacidad para regular en este sector, incluyendo la posibilidad de una licencia.
Pero de nada sirvió porque en Valencia lo tenían claro: continuarían con las huelgas. Pese a que la valenciana es la comunidad autónoma con menos licencias VTC por cada 30 taxis (1,03), según datos de Europa Press, los taxistas valencianos volverán hacer huelga hoy. Con ellos, de manera obligada, pararán miles de valencianos. Decenas de miles.
En concreto, más de 22.000 se quedarán sin poder utilizar los taxis. Esta cifra, conservadora, se extrae de la media de carreras de un taxista en un día, 16, según indica un estudio sobre el taxi en el área de prestación conjunta de Valencia realizado por la Conselleria de Obras Públicas el pasado año. Ese mismo documento cifraba en más de 1.300 los conductores que circulan un día en el cap i casal.
Y ayer, todos ellos, junto a los otros 1.300 que conforman los más de 2.600 que trabajan en la ciudad, salieron a la calle para paralizar Valencia. Todo comenzó al filo de las 6.30 horas, cuando las licencias pares estaban convocadas en el aeropuerto de Manises y las impares en el aparcamiento de Ikea en Alfafar. Desde ahí circularon en lo que llamaron «marchas lentas», a entre 30 y 40 kilómetros por hora, hacia la ciudad. Se provocaron importantes retenciones en la V-30 y en la avenida del Cid mientras los vehículos discurrían hacia el centro de la capital de la Comunitat.
Con todo, al menos a primera hora de la mañana las molestias fueron menores de lo esperado. Tráfico lento de entrada a la ciudad desde el oeste y poco más. Sin embargo, conforme se acercaba el mediodía y, por tanto, la hora de la esperada reunión con representantes de Fomento en Madrid, la situación se complicaba. Las marchas fueron hacia la calle Colón, donde prácticamente «acamparon» hasta la noche. Fue entonces cuando, tras decidirse en asamblea, se levantó esa suerte de campamento que obligó a cortar el puente del Real y que provocó tráfico lento en prácticamente toda la ronda interior, sobre todo en la plaza de España, San Vicente Mártir y Guilem de Castro.
Los taxistas volvieron a organizarse en piquetes informativos que quedaron a las 22 horas en la estación del AVE y se prepararon para una nueva jornada de paros. La coincidencia de este conflicto con la época veraniega tuvo un evidente efecto negativo sobre el turismo: era fácil encontrarse a visitantes de la ciudad con las maletas a cuestas.
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