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Viernes, 13 de septiembre 2019, 23:59
Hay una serie de áreas a las que la gota fría acostumbra a volver. Ya en noviembre de 1987, las inundaciones del Segura y del Júcar se llevaron gran parte del protagonismo. Años después, en octubre del 2009, el río Júcar volvió a desbordarse, en la zona de Alberic, debido a la afluencia de agua procedente de los ríos Cañoles, Sellent, Albaida y Magro, y se alcanzó un pico de caudal de 600 metros cúbicos por segundo. Lo mismo ocurrió el pasado jueves 12, una vez más, debido a la gran cantidad de agua que los afluentes del río llevaban.
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