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El bloque de viviendas en el que se ha producido el arresto de Said, el joven marroquí de 24 años acusado de colaborar con la célula terrorista de Barcelona, sigue acordonado y rodeado de un fuerte dispositivo policial. Los nervios se han instalado entre los vecinos, sobre todo por la cercanía de un colegio al lugar del arresto. “¿Que hacemos sacamos a los críos del colegio?”, ha preguntado visiblemente tensa una madre al alcalde, Enric Plà, trasladado al lugar. El primer edil ha trasladado un mensaje de tranquilidad y calma.
El detenido trabajaba en un pequeño supermercado marroquí propiedad del tío, dueño de la vivienda en la que se están produciendo los registros, un humilde bloque de viviendas, antiguamente de pescadores, a 100 metros del mar. “Es un chaval normal, no vestía con ropas árabes ni nada, y muy amable, alguna vez había ayudado a subir la ropa a mi mujer”, ha explicado Juan Luis, vecino de la puerta situada el mismo rellano en el que residía el ahora detenido. “A las seis de la mañana mi perro ha empezado a ladrar. Me he asomado por la mirilla y estaba tapada con cinta aislante. Al mirar por el balcón ya he visto la calle plagada de guardias civiles”, relató el testigo.
Había estallado la operación que demuestra la supuesta conexión entre la célula de Barcelona y Castellón.
Como ya publicó en exclusiva LAS PROVINCIAS, Interior investigaba si el imán de Ripoll cerebro de los atentados de agosto, había captado o radicalizado a compatriotas en Castellón durante sus permisos penitenciarios en la cárcel de Castellón, en la que cumplía condena por tráfico de drogas.
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