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Primero de forma casi inexplicable desapareció el papel higiénico. Luego las levaduras y las harinas. Y después el alcohol. La pandemia vació los lineales del supermercado de cerveza, vino y bebidas de alta graduación y el consumo de alcohol en las casas se disparó. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de este tipo de bebidas aumentó un 85% el pasado mes de abril, lo que complica sobremanera la situación de las personas con problemas de alcoholismo. Pero la Asociación Valenciana de Ex Alcohólicos no ha querido dejarles solos y ha intensificado sus actividades de apoyo y terapia con estas personas.
La entidad, que este mes ha cumplido los 50 años de vida, consciente de esta situación, ha tenido que reinventarse, al igual que ha ocurrido en otros ámbitos. Para ello, ha empezado a ofrecer por primera vez asistencia telemática a sus pacientes mediante el uso de plataformas digitales dirigidas a terapias de grupo e individuales o de forma telefónica o correo electrónico a las personas que no tienen acceso a este tipo de herramientas informáticas. Según Pura Martínez, psicóloga de la entidad, el confinamiento pudo provocar «un empeoramiento de su adicción al alcohol y otras sustancias, dado que en este periodo la ansiedad y los síntomas depresivos, cobran fuerza debido posibilidad de contagio propio o de seres queridos y la incertidumbre que genera la vuelta a la denominada nueva normalidad».
La utilización de estos medios, que siguen en vigor durante el estado de alarma que termina el domingo, ha sido valorada por las personas que atiende la entidad, que han dado «un importante paso para lograr su rehabilitación, individual, familiar y social dado que han podido contar con la ayuda de profesionales, eso sí, de una forma no presencial, en esta durísima época que nos ha tocado vivir con la aparición del Covid-19», según un comunciado de la asociación.
La circunstancia de que el domicilio se haya convertido, durante el confinamiento, en refugio, oficina, escuela o gimnasio pero también bar, dado que los más de 300.000 establecimientos de hostelería cerraron de la noche a la mañana. El consumo esporádico y antes fundamentalmente de componente social que se hacía en los bares podría suponer un peligro si se interioriza y se convierte en hábito, tal como denunció el Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana. Tradicionalmente un 46,4% de los habitantes de la Comunitat consumían cerveza, seguido de vino un 29,2% y combinados y licores un 24,4%. Estos porcentajes pueden crecer tras la pandemia, advierten los expertos.
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