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Ciudadanos con mascarilla pasean por la calle Colón de Valencia la pasada Navidad. iván arlandis

ANÁLISIS | ¿Se ha terminado el Covid?

La guerra de Ucrania sepulta el interés por una pandemia normalizada por el fin de las restricciones de los gobiernos

Héctor Esteban

Valencia

Miércoles, 9 de marzo 2022, 00:25

¿Se ha acabado el coronavirus? La respuesta es no, pero la sensación es que el coronavirus se ha convertido en algo menos importante desde que Vladimir Putin decidió invadir Ucrania la última semana de febrero. La amenaza nuclear rusa se ha impuesto a la ... variante ómicron. Los muertos de la guerra, con imágenes terribles como la de la familia de Irpin que buscaba un corredor humanitario para salvar la vida, son los cadáveres de la sinrazón. Durante los primeros días de la invasión todavía se veía imágenes de ucranianos buscando refugio con una mascarilla en la barbilla. Hoy aquella fotografía ya no se da. El Covid ya no es la amenaza. ¿A quién le importa el coronavirus?

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El parte diario de casos de positivos por Covid-19 se sigue notificando. En España, este martes se notificaron casi 23.149 contagios y 285 muertos. De estos, 1.975 se dieron en la Comunitat, que registró 12 fallecidos desde la última actualización -hombres y mujeres entre 66 y 98 años-.

Los ciudadanos ya se han liberado de la mascarilla en exteriores, «pronto» -como dijo el presidente, Pedro Sánchez, y ya prepara la madrileña Díaz Ayuso- desaparecerá de interiores y el virus pasará de pandemia a enfermedad con la que se ha aprendido a vivir. Los fallecidos por el virus ya no serán más especiales que los que mueren por cualquier otra dolencia. El siguiente paso, si una séptima ola no lo evita, será dejar de notificar el parte diario de casos más pronto que tarde. De hecho, en la web del Ministerio de Sanidad está sin actualizar la tabla de vacunación desde el 4 de marzo.

Por si a alguien aún le interesa, durante la última semana no se ha secuenciado en España ningún caso de la variante Delta. La cepa de ómicron se lo lleva todo. En su mayoría en el linaje B.A.1 aunque el B.A.2, conocido como ómicron silencioso va ganando terreno desde que se secuenciaron los primeros casos en España.

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El porcentaje de positividad supera a nivel nacional el 16,8%, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) apunta que la pandemia está controlada cuando ese porcentaje es menor al 5%. Extremadura presenta el nivel más alto con el 22,5% y en la Comunitat Valenciana la tasa es del 15,6%.

La incidencia acumulada, que llegó a estar por encima de los 3.000 casos por cada 100.000 habitantes está en 435, tras la última notificación del Ministerio de Sanidad. Todo empieza a volver a una ansiada normalidad que no era la prevista tras la amenaza de Putin de apretar el botón nuclear. Cuando el mundo esperaba superar la peor etapa del siglo XXI nadie esperaba que llegaría una peor en forma de bombas.

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La invasión rusa en Ucrania ha inyectado una dosis de angustiosa nueva normalidad en una pandemia inacabada. Ha desviado la atención. De la misma manera que en los dos últimos años la crisis del Cumbre Vieja pasó, la del PP de Casado, Ayuso y Feijóo o la toma del Capitolio por un grupo de partidarios del expresidente Donald Trump. Circula un meme por las redes sociales en el que un grupo de extraterrestres esperan su turno para invadir la tierra que, visto lo visto desde el inicio de 2020, puede ser lo más parecido a una realidad no tan lejana.

Ante la amenaza de una III Guerra Mundial, con el añadido del armamento nuclear, los ciudadanos miran a Ucrania con el litro de combustible por las nubes, la cesta de la compra cada vez más vacía, los sueldos estancados y con la calefacción apagada porque el megavatio se paga a precio de oro. Nadie había avisado de qué iba a pasar esto bajo el dintel de la felicidad una vez casi superada la pandemia.

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El coronavirus sigue ahí, en muchas casas y con gente en el hospital, pero el mundo suma nuevas temporadas en una serie de terror que no parece terminar. Las noticias emergen sin que se haya hecho la digestión de la anterior.

El virus se ha convertido en algo secundario en las tertulias de sobremesa. El Covid ya no es la gran amenaza mundial, ahora la encarna Putin. Los contagios caen, los ingresos por Covid en planta sólo representan el 4% de los ingresados y las UCI empiezan a vaciarse de casos de coronavirus, muchos de ellos con el alta en la mano. La pandemia no ha terminado pero Putin se ha encargado de sacarla a bombazos de los titulares de portada.

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