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Domingo, 11 de julio 2021
La incidencia acumulada del coronavirus, tasa que marca los contagios en dos semanas en relación con la población, se desboca en la Comunitat Valenciana. Y lo hace de manera desigual, tanto en franjas de edad como sobre el mapa. Tal es la situación que, a fecha de hoy, los principales municipios turísticos de la Comunitat ya se encuentran en riesgo extremo.
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El presidente Ximo Puig anunció a mitad de semana que la Generalitat iba a ofrecer una respuesta «contundente» ante el aumento de positivos en la autonomía -sobre todo ante la «explosión de contagios» entre los más jóvenes en los últimos días, donde se ha triplicado la incidencia en la franja de edad de 20 a 29 años- e indicó que si «hay que tomar decisiones y las vamos a tomar». De hecho, este jueves, Puig anunció una batería de nuevas restricciones que estarán vigentes hasta el próximo 25 de julio. Entre ellas se encuentra aplicar, de nuevo, la limitación a la movilidad noturna (toque de queda).
Este lunes, de hecho, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) ha dado luz verde a volver a controlar la movilidad nocturna. Este nuevo toque de queda se aplicará de la 1 a las 6 de la mañana y no afecta a toda la Comunitat, sino a los municipios con mayor riesgo epidemiológico, que son 32 localidades de la Comunitat, la mayoría, ubicadas en la provincia de Valencia. La ciudad de Valencia, por ejemplo, es una de las más afectadas con una incidencia de 511 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas.
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El toque de queda entrará en vigor una vez sea publicado hoy en el DOGV. Tras esto, el Consell deberá aclarar algunos asuntos como la circulación de personas entre municipios que tengan o no toque de queda y las excepciones a dicha restricción de circulación.
El toque de queda es la prohibición o restricción, establecida por instituciones gubernamentales, de circular libremente por las calles de una ciudad o permanecer en lugares públicos, permaneciendo los habitantes únicamente en sus hogares salvo excepciones de necesidad o urgencia.
Las excepciones en el último periodo de limitación a la libre circulación de personas en horario nocturno fueron las siguientes.
a) Adquisición de medicamentos, productos sanitarios y otros bienes de primera necesidad.
b) Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
c) Asistencia a centros de atención veterinaria por motivos de urgencia.
d) Cumplimiento de obligaciones laborales, profesionales, empresariales, institucionales o legales.
e) Retorno al lugar de residencia habitual tras realizar algunas de las actividades previstas en este apartado.
f) Asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
g) Desarrollo de actividades cinegéticas vinculadas al control de la sobreabundancia de especies cinegéticasque puedan causar daños a los ecosistemas, en los ciclos productivos de la agricultura y la ganadería y en la seguridad vial.
h) Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad.
i) Cualquier otra actividad de análoga naturaleza, debidamente acreditada.
j) Repostaje en gasolineras o estaciones de servicio, cuando resulte necesario para la realización de las actividades previstas en los párrafos anteriores.
Este nuevo confinamiento nocturno busca, principalmente acabar con los botellones, que preocupan especialmente al Consell. «Una parte fundamental de los brotes tienen su origen en el ocio, reglado y no reglado», ha explicado el presidente.
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Para luchar contra esta problemática, ademas del restablecimiento del toque de queda, el gobierno valenciano modificará el Decreto Ley del régimen sancionador para considerar los botellones como infracciones graves, y prohibirá la venta de alcohol a partir de las 20.00 horas.
La Comunitat dijo adiós al toque de queda y a las limitaciones a las reuniones sociales y familiares a principios del pasado mes de junio. Pero, en aquel entonces, la Comunitat iniciaba su desescalada tras el estado de alarma y la precaución se imponía ante un incierto futuro. Hoy, la situación es diferente. Por un lado, el estado de alarma está agotado y el Gobierno central lo último que se plantea es decretar una nueva situación de excepcionalidad.
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Es cierto que la incidencia de los últimos 14 días se ha disparado, en especial, en una franja de edad que abarca hasta los 29 años. Pero, de igual modo, esta situación no se ha traducido, por el momento, en un aumento exponencial de los ingresos hospitalarios ni en número de fallecidos. Y aunque estos indicadores siguieran al alza no lo harían en la proporción de anteriores olas. Hay que tener en cuenta que un amplio porcentaje de la población, alrededor de 45% con la pauta completa.
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